Ser un mediador de
lectura significa tener una consideración alerta, cuidadosa, interesada,
curiosa de los gustos, intereses y necesidades de lectura de los estudiantes;
tener en cuenta los recorridos lectores que ellos van transitando e intervenir con una recomendación oportuna. Una mirada
atenta, una profunda convicción del poder de la mediación de lectura, una clara
decisión didáctica son ingredientes que, combinados, favorecen la formación de
lectores.
Los mediadores de lectura tienen la posibilidad de que niños,
jóvenes y adultos se
acerquen a los textos, establezcan diálogos, se familiaricen
con ellos. Esto será factible si logra transmitir pasiones, curiosidades y la
propia relación con los libros.
Los docentes jugamos este papel en las vidas de nuestros alumnos: generar la sospecha de que entre todos los libros habrá uno que seguramente sabrá decirles algo interesante.
Los docentes jugamos este papel en las vidas de nuestros alumnos: generar la sospecha de que entre todos los libros habrá uno que seguramente sabrá decirles algo interesante.
Ayudar a construir historias lectoras implica ofrecer
diversidad de textos que generen intereses múltiples. En este sentido, la
literatura da la posibilidad de asomarse a diferentes mundos y esto
posiblemente pueda captar el interés de lectores de todas las edades. Pero
también se puede disfrutar la lectura de otros textos que no sean literarios,por
ejemplo, hay alumnos que se acercan a la lectura a través de diarios, libros,
revistas o enciclopedias, que tratan distintos temas tales como los deportes,
la aviación, los avances en la mecánica, los autos de carrera...
Como sostiene María Eugenia Dubois, “Los caminos por los
cuales llega a formarse un lector son tan variados como los propios individuos.
El significado que para unos pudo haber tenido su primera poesía o novela, para
otros lo pudo haber tenido su primer libro de ciencia o de historia”.
Dubois, María Eugenia, Texto
en Contexto 7 Sobre lectura, escritura… y algo más. Buenos
Aires,Asociación Internacional de Lectura. Lectura y Vida 2006 p. 109
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