La poesía es para disfrutar, para degustar, para recorrer un camino de palabras que arrullan, desde la cuna, esa será la puerta de entrada, quienes desde pequeños pudimos beber las palabras mágicas podemos sentir ese placer maravilloso… La poesía tiene que ver con la conmoción, nos hipnotiza, ejerce poder lúdico en nuestra vida, es importante por eso poner a los niños en un CONTACTO FRECUENTE CON ELLA…
Ahora te invitamos a que leas algunos poemas para niños para ayudarte a arar un corpus de poesía para tu examen final…
POESÍAS DE LILIANA CINETTO
La lechuga resfriada
Yo no sé qué le pasa a mi lechuga.
Desde ayer que estornuda y estornuda.
Seguro se ha enfermado
y eso le habrá pasado
por andar por ahí siempre desnuda.
*
Cosas de mono
En París, un mono portugués
a una mona le preguntó en francés:
—¿Usted habla alemán,
coreano o catalán?
Pero ella solamente hablaba inglés.
*
Las mariposas
Son sonrisas de colores
que juegan a la escondida
con las flores.
Son caricias voladoras
que les cantan a las nubes
soñadoras.
Al viento le hacen cosquillas
azules, anaranjadas,
verdes, rojas y amarillas.
Y dibujan con sus alas
garabatos en el cielo,
con forma de caramelo.
*
El mapa del pirata
Una vez, cuentan que un pirata
en un arcón halló un antiguo mapa.
—¿Será de algún tesoro?
—se preguntaba el loro
al verlo saltar en una pata.
*
Chisme
¿Será cierto lo que me han contado,
que una vez en un supermercado
un pepino atrevido
dijo algo indebido
y el tomate se puso colorado?
POESÍAS DE EDITH VERA
“El tomate es un rojo
almohadón de seda.
Lo ponen en la mesa,
se queda.
Lo ponen en un plato,
se queda.
Rojo.
Rojo.
De seda.
Se queda.”
De Las dos naranjas
(Ediciones Boletín Publicitario, Buenos Aires, 1969.)
Naranja, niña de espuma
quiso bajar a la tierra
y en el oro se bañó.
Naranja, niña de oro,
jugando a la ronda-ronda,
en el azul se durmió.
La tortuga dice
que para el resfrío,
es bueno bañarse
con agua de sol.
Y para las muelas
que duelen de noche
agüita de luna
con gotas de olor.
Mi abuelo nació en un mapa
de tierras color de miel,
con un mar inquieto y bravo
y barquitos de papel.
Un día salió en un barco
diciendo: Adiós, adiós!
Le despidieron dos gatos
un grillo y un ruiseñor.
A Eulalia, mi vaca,
le puse corona
de trébol y alfalfa.
Ella alza los ojos
y mira que mira,
queriendo comerla...
No quiere ser reina
mi vaquita Eulalia!
Mi sombra sólo bebe
agua de río.
Sueña sobre la hierba,
duerme en los nidos.
La he visto de día
trenzar su pelo
con los azules linos
y con el trébol.
Y en las noches de frío
buscar el ala
de una blanca paloma
que fiel la llama.
Haremos tres coronas:
una para la gata,
una para la tía
y otra para mí.
Para la gata
tarata, con colitas de ratón.
Para la tía
Lucía, con ovillos de color.
¿Y para mí? ¡Con semillas de melón!
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