lunes, 30 de octubre de 2017

¿Qué debemos tener en cuenta paara escribir diferentes tipos de texto?

TIPO TEXTUAL NARRATIVO
En los textos narrativos se cuentan sucesiones de acciones realizadas por sujetos a los que se llaman 'personajes'. Estos hechos transcurren en un tiempo y lugar determinados. Ahora bien, cómo debemos usar los verbos en la narración. Veamos:
En los diálogos que se incluyen en los textos narrativos, los tiempos verbales del Modo Indicativo sitúan los hechos en relación con el momento en que se emite el mensaje. Esto significa que se emplea el presente de la enunciación y representa el tiempo base de los diálogos.
El Presente del Modo Indicativo tiene significados diferentes según la situación de comunicación en la que aparezca.
Uno de los sentidos puede ser el de Presente histórico. En este caso se lo utiliza para contar acontecimientos históricos. Ejemplo:
 La revolución Rusa se produce en Octubre de 1917.

El segundo es presente de enunciación que, como habíamos visto con el presente de los diálogos de la narración, remite al presente del emisor, al presente de enunciación. Predomina, también, en los comentarios de un narrador sobre la historia que cuenta, en las observaciones que hace un autor acerca de las características del momento en que escribe. Ejemplo:
 Esto me resulta encantador.

Presente atemporal es el presente que se emplea en las definiciones, en las máximas, generalizaciones y en las aserciones. Se denomina 'atemporal' porque no está relacionado con un tiempo preciso y, generalmente, expresan ideas que se pretenden válidas en todos los tiempos; por ejemplo:
 No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan .
La narración en sí tiene, como tiempo base, el pretérito perfecto simple (que se usan para referirse a las acciones principales de la historia) y el pretérito imperfecto (para mencionar las acciones del segundo plano o para descripciones). Un ejemplo:
"Cuando estábamos en mi casa, mi abuela y yo, distinguimos, en la pared de la sala principal, una enorme mancha de humedad."

Algunos géneros de tipo textual narrativo.
1.   El relato autobiográfico. Cuenta la vida de una persona en 1ra persona que identificando así al narrador y al protagonista de la historia. En este tipo de narraciones, se remite al momento de la escritura o a un recuerdo (por eso se usa el tiempo presente) y al momento en el que transcurren los hechos narrados (pretérito perfecto simple, pretérito imperfecto).
2.   La crónica periodística es un género que informa sobre algún hecho importante de la actualidad que ha ocurrido recientemente. Se escribe casi totalmente en los tiempos del pasado. Si bien en la crónica predomina la narración, hay partes que son descriptivas y hay también comentarios o evaluaciones del cronista acerca de lo que está contando. En la crónica se incluyen muchas veces palabras dichas por testigos de los hechos o por especialistas, que se distinguen porque están entre comillas.
3.   El cuento tradicional presenta características de un ambiente regional. Es anónimo ya que cuenta historias que se transmiten en una comunidad de una generación a otra. Por esta razón existen distintas versiones de una misma historia, como el caso de Rosa Silvestre, o sea La Bella Durmiente, o sea La Princesa del Palacio Encantado, etc.
4.   La fábula tiene como objetivo dar una enseñanza o moraleja que puede estar o no escrita en el texto. Los personajes de las fábulas son generalmente animales que actúan con características humanas, o bien personas que representan un tipo social, más que a una persona en particular, a modo de estereotipo. Por ejemplo: el avaro, el malvado, el labrador, los pastores, el viejo, el ama, el viejo, etc.


PARTES DE LA NARRACIÓN
El tiempo, el lugar y los personajes que realizan las acciones, forman el marco de la narración. En los textos narrativos, generalmente tienen un marco general de toda la historia, pero aparecen, también, marcos particulares. Cuando el tiempo, el lugar o los personajes cambian, lo mismo sucede con el marco particular. Por ejemplo: Cuando entran o salen personajes.
Teniendo en cuanta las acciones que se narran, en las historia pueden identificarse tres partes:
. Una situación inicial: posición, relaciones entre ellos anterior a la complicación.
. Una complicación: conflicto/problema que los personajes deberán superar.
. Una resolución: los personajes salen de la situación de conflicto.
El conjunto formado por la situación inicial, la complicación y la resolución forman un suceso. Éste y el marco constituyen un episodio de la narración. Las narraciones pueden tener un episodio o más de uno.
Los episodios, a veces, se encadenan en un texto, de manera que la primera parte, la situación inicial puede ser el planteo de la solución del episodio anterior.
Los textos narrativos, también, tienen algunas palabras o expresiones que indican la sucesión del tiempo transcurrido en la historia. Este orden cronológico, entre las acciones que forman parte de una narración, no queda manifiesto solamente por medio de los tiempos verbales, sino que suelen usarse algunas palabras o expresiones que indican tiempo.
Palabras o expresiones que ubican las acciones con respecto al momento en que el narrador escribió su texto. Son frecuentes en textos en los que aparece el presente de la enunciación. Por ejemplo: hoy o mañana son palabras o expresiones que indican tiempo muy utilizadas en las crónicas periodísticas. Ese "hoy" o "mañana" se entiende teniendo en cuenta la fecha de publicación.
Otras palabras o expresiones de tiempo ponen las acciones en relación con otros incluidos en el mismo texto. Por ejemplo: en una novela, puede indicar que un acontecimiento sucedió al día siguiente o el mismo día que otro. La única forma de ubicar estas expresiones en una fecha es que el texto incluya alguna fecha particular.
Las palabras o expresiones que no necesitan relacionarse con ningún otro elemento temporal del texto, ni con otros datos temporales, ya que aportan por sí mismas esa información, son las fechas.

TEXTO DESCRIPTIVO
Toda descripción tiene un tema (objeto, paisaje, acción, persona, etc) y un observador que la realiza. Según su posición, el observador presenta objetos, personas y elementos situados en un determinado espacio, a los que les asigna propiedades y cualidades. Para mostrar los rasgos saliente de aquello que describe, hace una selección, jerarquiza y establece relaciones entre los elementos descriptos. La secuencia descriptiva puede armarse de dos formas:

. Con organizadores de la descripción que son palabras o construcciones que ubican espacialmente sus componentes (abajo, arriba, adelante, atrás, al costado, alrededor, en paralelo a, junto a, a la derecha, a la izquierda, en diagonal a, enfrente de, frente a, entre, en primer plano, en el fondo, en una punta, a lo largo, lejos, cerca, etc.)

. Sin organizadores de la descripción, es decir, que los componentes de la escena están enumerados sin indicar sus relaciones en el espacio.
Los verbos en la descripción
Como los textos descriptivos no narran acciones, suelen contener pocos verbos conjugados. Es común encontrar en ellos oraciones sin verbo (Ej.: “Diciembre. Tarde. Calor. Gran tormenta de verano. Espesa nube de tierra. Fuga de coches y autos”) Cuando los hay, generalmente se trata de verbos que indican posiciones, características o estados (Ej.: Ser, estar, parecer, quedar, tener, haber, ocupar.)
En las descripciones se usa como tiempo base el Presente o el Pretérito Imperfecto del Indicativo.
En algunos textos descriptivos, se usa el Fututo Imperfecto del Indicativo. Un ejemplo lo constituye la presentación de la escena en ciertas obras de teatro (Ej.: “Avanzando de esa puerta, hacia el foro, un mostrador sobre el que habrá cuadros de terciopelo rojo y azul”)
El observador en la descripción
Así como en las narraciones existe la figura del narrador, las descripciones tienen un observador. El observador de una descripción no siempre es el emisor del texto. Es la persona desde cuyo punta de vista se describe. El observador puede participar de la escena descripta o puede estar fuera de ella.
En caso de que participe, puede hacerlo desde una posición fija o puede desplazarse dentro de la escena. Podemos darnos cuenta de la relación (cercana o lejana) que el observador mantiene con el medio que describe a través de los recursos usados para calificar aquello que observa: adjetivos, construcciones, comparaciones, etc.




RECURSOS USADOS PARA DESCRIBIR

En las descripciones suelen alternar los adjetivos que simplemente asignan una cualidad a lo descrito (calificativos objetivos), con los que expresan un juicio de valor por parte del observador (calificativos subjetivos). La comparación es el recurso por el cual se establece una relación de semejanza entre el elemento descrito y otro de rasgos similares. Ej.: Sus manos como tenazas lo sostenían con fuerza. El recurso de la exageración, muy usado en las caricaturas, se denomina hipérbole. Ej.: Estaba muerto de miedo.
EL RETRATO
Es la descripción de una persona o personaje realizada por un observador. En el retrato, el observador seleccionas rasgos físicos, de aspecto y de personalidad y les asigna cualidades.
Puede focalizar su mirada en una parte del cuerpo, en una posición o hacer un retrato de cuerpo entero. También puede relacionar al personaje con el medio en el que se encuentra.
TEXTO DIALOGAL
El diálogo
La característica fundamental de las secuencias dialogales es que dos o más personas se alternan para tomarla palabra. Hay muchos géneros que son predominantemente dialogales. Alguno de ellos son el texto teatral, la entrevista periodística, la entrevista laboral y la conversación familiar con amigos.
En las obras de teatro y en las entrevistas se suele colocar el nombre de cada uno de los interlocutores al principio del renglón, antes de citar sus palabras. En las obras teatrales es habitual acompañarlas de acotaciones escénicas que son descripciones entre paréntesis de la actitud de los hablantes.

Cuando se inserta una secuencia dialogal en una narración, no se ponen los nombres de los personajes al principio del renglón. Hay que incluir comentarios del narrador indicando qué personaje es el que habla.
Las palabras o expresiones que no necesitan relacionarse con ningún otro elemento temporal del texto, ni con otros datos temporales, ya que aportan por sí mismas esa información, son las fechas.

TEXTO DESCRIPTIVO
Toda descripción tiene un tema (objeto, paisaje, acción, persona, etc) y un observador que la realiza. Según su posición, el observador presenta objetos, personas y elementos situados en un determinado espacio, a los que les asigna propiedades y cualidades. Para mostrar los rasgos saliente de aquello que describe, hace una selección, jerarquiza y establece relaciones entre los elementos descriptos. La secuencia descriptiva puede armarse de dos formas:

. Con organizadores de la descripción que son palabras o construcciones que ubican espacialmente sus componentes (abajo, arriba, adelante, atrás, al costado, alrededor, en paralelo a, junto a, a la derecha, a la izquierda, en diagonal a, enfrente de, frente a, entre, en primer plano, en el fondo, en una punta, a lo largo, lejos, cerca, etc.)

. Sin organizadores de la descripción, es decir, que los componentes de la escena están enumerados sin indicar sus relaciones en el espacio.

Los verbos en la descripción

Como los textos descriptivos no narran acciones, suelen contener pocos verbos conjugados. Es común encontrar en ellos oraciones sin verbo (Ej.: “Diciembre. Tarde. Calor. Gran tormenta de verano. Espesa nube de tierra. Fuga de coches y autos”) Cuando los hay, generalmente se trata de verbos que indican posiciones, características o estados (Ej.: Ser, estar, parecer, quedar, tener, haber, ocupar.)
En las descripciones se usa como tiempo base el Presente o el Pretérito Imperfecto del Indicativo.
En algunos textos descriptivos, se usa el Fututo Imperfecto del Indicativo. Un ejemplo lo constituye la presentación de la escena en ciertas obras de teatro (Ej.: “Avanzando de esa puerta, hacia el foro, un mostrador sobre el que habrá cuadros de terciopelo rojo y azul”)
El observador en la descripción
Así como en las narraciones existe la figura del narrador, las descripciones tienen un observador. El observador de una descripción no siempre es el emisor del texto. Es la persona desde cuyo punta de vista se describe. El observador puede participar de la escena descripta o puede estar fuera de ella.
En caso de que participe, puede hacerlo desde una posición fija o puede desplazarse dentro de la escena. Podemos darnos cuenta de la relación (cercana o lejana) que el observador mantiene con el medio que describe a través de los recursos usados para calificar aquello que observa: adjetivos, construcciones, comparaciones, etc.
RECURSOS USADOS PARA DESCRIBIR
En las descripciones suelen alternar los adjetivos que simplemente asignan una cualidad a lo descrito (calificativos objetivos), con los que expresan un juicio de valor por parte del observador (calificativos subjetivos). La comparación es el recurso por el cual se establece una relación de semejanza entre el elemento descrito y otro de rasgos similares. Ej.: Sus manos como tenazas lo sostenían con fuerza. El recurso de la exageración, muy usado en las caricaturas, se denomina hipérbole. Ej.: Estaba muerto de miedo.

EL RETRATO
Es la descripción de una persona o personaje realizada por un observador. En el retrato, el observador seleccionas rasgos físicos, de aspecto y de personalidad y les asigna cualidades.
Puede focalizar su mirada en una parte del cuerpo, en una posición o hacer un retrato de cuerpo entero. También puede relacionar al personaje con el medio en el que se encuentra.
TEXTO DIALOGAL
El diálogo
La característica fundamental de las secuencias dialogales es que dos o más personas se alternan para tomarla palabra. Hay muchos géneros que son predominantemente dialogales. Alguno de ellos son el texto teatral, la entrevista periodística, la entrevista laboral y la conversación familiar con amigos.
En las obras de teatro y en las entrevistas se suele colocar el nombre de cada uno de los interlocutores al principio del renglón, antes de citar sus palabras. En las obras teatrales es habitual acompañarlas de acotaciones escénicas que son descripciones entre paréntesis de la actitud de los hablantes.
Cuando se inserta una secuencia dialogal en una narración, no se ponen los nombres de los personajes al principio del renglón. Hay que incluir comentarios del narrador indicando qué personaje es el que habla.
TEXTO EXPOSITIVO – EXPLICATIVO
En el ámbito educativo y académico, los textos expositivos-explicativos son frecuentes. Aparecen en manuales y libros de texto: biología, química, matemática, física, entre otros. También, es común encontrarlos en enciclopedias, revistas de divulgación, periódicos. Estas notas o artículos, y por medio de un lenguaje accesible, permiten que el gran público pueda conocer determinados conocimientos especializados sobre un tema determinado.
Su función principal es presentar información sobre teorías, predicciones o descubrimientos, dar una respuesta a un problema, exponer características de un objeto, de un lugar o de una situación.
Teniendo en cuenta una situación comunicativa determinada, se puede ver que existe en un principio de diferencia de saberes entre el emisor y el receptor porque éstos no conocen o no comprenden acerca de algo que el emisor le explicará para volver a una simetría de saberes.
Los textos expositivo - explicativos responden a preguntas que pueden (o no) estar de manera explícita: ¿qué es...?, ¿cómo funciona...?, ¿para qué se usa...? Por lo tanto, el texto expositivo-explicativo es una respuesta a dichos interrogantes.
CARACTERÍSTICAS DE LOS TEXTOS EXPOSITIVOS
Función referencial del lenguaje: se usa la 3º persona gramatical lo que permite marcar una cierta objetividad con respecto del tema del que se está explicando el vocabulario técnico: para poder explicar los temas, se necesitan las palabras precisas de la disciplina, que luego, se explicará con precisión, o sea, debe aclararse y definirse para la comprensión del receptor, organización de la información: a) SECUENCIA TEMPORAL; b) RELACIÓN CAUSA- CONSECUENCIA: para lo cual se utilizan conectores como: porque, dado que, ya que, por lo tanto, por eso, por ende, etc.las definiciones: proporciona el significado de palabras o expresiones. En la definición se usa el verbo "ser" en presente, también, se usan otras expresiones: "se denomina", "se llama", “esto significa”, etc.
Ejemplificaciones: presenta casos concretos o particulares para hacer más comprensible el tema o la definición dada. Para introducir ejemplificaciones se usan palabras o frases o signos de puntuación: "como", "por ejemplo", "es el caso de", etc., los dos puntos y los paréntesis o guiones.
Comparaciones: señala similitudes y diferencias entre el hechos y/o conceptos; se utilizan nexos comparativos: "como" o "cual", o expresiones "al igual que", "se asemeja a", "se parece a ".
Los textos expositivo-explicativos suelen estar acompañados por algunos elementos paratextuales. ¿Qué es el paratexto? Son elementos que sirven para facilitar la lectura, ofrecer información complementaria. Ejemplos: bibliografía, diagramas, glosarios, apéndices, índices, infografías, fotografías, dibujos, esquemas, etc.

No es lo mismo un texto científico que un texto de divulgación científica, aunque los dos tienen la intención de aportar datos nuevos sobre un tema específico. ¿Cuál es la diferencia? El primero tiene como destinatarios/receptores a especialistas en el tema, vale decir, personas que ya conocen o saben sobre el tema. Sin embargo, el texto de divulgación científica tiene un destinatario que pertenece al público en general, no avezado en el tema, por esto se debe explicar el significado de términos, hay que ejemplicar y acentuar sobre determinados conceptos fundamentales.

viernes, 20 de octubre de 2017

¿Es necesario enseñar a leer y escribir?


 Por Estela Quiroga
 Esta pregunta no es trivial ya que hay propuestas de alfabetización que se basan en la idea de que la lengua escrita y la lengua oral se adquieren del mismo modo y por lo tanto no es necesaria la enseñanza sistemática y sostenida de la lectura y la escritura. Sin embargo, esta es una afirmación que necesita profundizar conocimientos. Cuando un niño nace se ponen en juego una serie de mecanismos lingüísticos innatos, con base cerebral, que le permiten adquirir naturalmente la lengua a la que está expuesto en su entorno inmediato, generalmente llamada lengua materna o lengua primera. Llegar a comprender y producir oralmente palabras y oraciones de esta lengua materna no requiere ningún tipo de enseñanza sistemática. A este proceso se lo llama adquisición de la lengua materna .
Debemos diferenciar este proceso de adquisición inicial respecto de la enseñanza sistemática de la oralidad en la escuela y del incremento del vocabulario, que son contenidos escolares obligatorios, desde el Nivel Inicial hasta la Escuela Secundaria.
 En contraposición, cuando nos referimos a la lengua escrita y dado su carácter de invención cultural reciente en nuestra historia evolutiva es necesario hablar de aprendizaje, porque el dominio de la lectura y la escritura requiere enseñanza sistemática, planificación y acuerdos metodológicos para la enseñanza. El hecho de estar rodeados de mensajes escritos, por sí solo, no conduce a los niños y niñas a aprender a leer. Por el contrario, hay que enseñarles a leer y escribir y para ello es necesario decidir qué contenidos son imprescindibles y qué formas de intervención son las más adecuadas. Veamos algunas respuestas desde las ciencias cognitivas. ¿Se debe enseñar la conversión grafema-fonema o los alfabetizandos la pueden adivinar? Un enfoque de enseñanza llamado global puro sostiene la idea de que el conocimiento de la lengua escrita surge como resultado natural de la exposición del niño a los estímulos escritos, de la misma manera que ocurre con la adquisición de la lengua oral materna o primera. Según este enfoque en sus formas más extremas y ortodoxas, se considera que para enseñar a leer es suficiente la inmersión del alfabetizando en situaciones de lectura de palabras, frases y textos completos sin enseñanza explícita de las correspondencias fonema-grafema, porque se sostiene que los que aprenden pueden “deducir” el significado de las palabras y por ende, de las frases y los textos completos. Desde este enfoque enseñar a leer consiste en que los alfabetizandos memoricen grandes cantidades de palabras como formas completas, pero sin reconocer ni analizar las unidades menores que las componen. Las actividades que se proponen están limitadas al conjunto de palabras memorizadas.
 ¿Qué pasa cuando los que están aprendiendo a leer y escribir se enfrentan con una palabra nueva?
 En estos casos son alentados a hacer conjeturas sobre la posible palabra usando pistas contextuales, pero sin utilizar ninguna pista fonológica. Un supuesto que sostiene esta perspectiva es que el conocimiento necesario para resolver el problema del reconocimiento de las correspondencias entre grafemas y fonemas surgirá como resultado de la simple exposición a las correspondencias sin necesidad de que el docente las enseñe ni las haga ejercitar de manera explícita. K. Goodman (1976) es quien, desde hace unas décadas, sostiene este enfoque y también quien más fuertemente cuestiona la enseñanza sistemática de las correspondencias grafema–fonema. Su argumentación se basa en la idea de que el alumno debe ser considerado como un aprendiz más activo. En este sentido, propone que la intervención del maestro debe ser menos preponderante y debe limitarse a guiar al alumno a explorar y descubrir progresivamente las convenciones de la lengua escrita a través de su uso en contextos naturales. Al que no consigue leer un texto se lo alentará para que adivine su significado, tomando en cuenta factores como las palabras que conoce, su propio saber sobre el tema o las ilustraciones que acompañan el texto. Esta es la máxima expresión de este enfoque que su autor denomina El juego de adivinación psicolingüística.
En este marco, el reconocimiento de partes de palabras es considerado un proceso secundario y casi opcional para la comprensión de la lengua escrita. Entonces, según el enfoque global puro un lector eficiente no precisa identificar todos los elementos, sino que selecciona un número reducido pero productivo de claves para poder “adivinar y predecir” lo que lee. Es decir, se propicia que los lectores utilicen la menor cantidad posible de información del texto, traigan a la situación de lectura su conocimiento del mundo y de la lengua oral y pongan en práctica distintas estrategias para predecir e inferir el significado del texto. Desde esta propuesta pedagógica eventualmente los alfabetizandos “descubrirían” el principio alfabético a partir de la práctica de la lectura y la escritura, y no a partir de una enseñanza sistemática. Esta propuesta recibió críticas de distintos investigadores, entre ellos Charles Perfetti (1985), quien señala al respecto: La mayor falla de este enfoque es que no reconoce que uno de los sistemas de claves es más importante que el otro. Un niño que aprende un código tiene un conocimiento que le permite leer a pesar de las dificultades semánticas, sintácticas o pragmáticas que pueda tener el texto. No importa cuán importantes sean estas claves, no sustituyen la habilidad para identificar una palabra.
¿Alguna forma de enseñar favorece la autonomía o el autoaprendizaje más que otra?
 En sistemas ortográficos como el español en los que las relaciones entre fonemas y grafemas son claramente sistematizables -aun en el caso de defectos en el paralelismo entre grafemas y fonemas - la posibilidad de sacar provecho de esta ventaja le brinda al que aprende a leer y escribir una herramienta de “autoaprendizaje” que le permite ser un lector autónomo en muy corto plazo.

 El neurocientífico Stanislas Dehaene afirma que la posibilidad de ser un lector independiente tiene su correlato en el cerebro ya que las conexiones desde cadenas de letras a los sonidos y al significado se automatizan gradualmente. Esto es, una vez que los alumnos aprenden y comprenden esta relación entre los grafemas y los fonemas, todas las palabras escritas se hacen disponibles para ellos, sin que sea necesario que un adulto les esté enseñando a vincular todo el tiempo una forma gráfica completa con una forma fonológica completa. Además, el cerebro se hace cargo también de la parte que le toca y consolida estas relaciones que los aprendices pueden hacer descifrando las palabras a partir de un conjunto limitado de reglas. Este es el fundamento de la noción de "autoaprendizaje", un procedimiento que explica cómo el aprendiz de lector, en la medida en que disponga de los mecanismos fonológicos de base que le permitan identificar palabras escritas, podrá generar su léxico. De este modo, incorporará nuevas palabras para ampliar su vocabulario escrito que le proporcionará el sostén para ser un lector fluido y comprensivo

Datos personales

Mi foto
Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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