EL ORIGEN DE LOS CUENTOS… por Estela Quiroga
Todos
somos palabra, todos nos construimos desde nuestras propias historias, siempre
fue si y siempre seguirá siendo así.
Las culturas de todos los tiempos tuvieron esa imperiosa necesidad de contar
sus vidas, sus experiencias, sus fantasías y no estaban destinados a los niños
porque la idea de niño como tenemos hoy no nace sino hasta el siglo XVIII El
origen del cuento se remonta a tiempos tan lejanos que resulta difícil indicar
con precisión una fecha aproximada de cuándo alguien creó el primer cuento. Se
sabe, sin embargo, que los más antiguos e importantes creadores de cuentos que
hoy se conocen han sido los pueblos orientales. Desde allí se extendieron a
todo el mundo, narrados de país en país y de boca en boca. Este origen oriental
se puede aún hoy reconocer sin dificultad en muchos de los cuentos que nos han
maravillado desde niños, y que todavía los leemos o narramos. Pensemos, por
ejemplo en LAS MIL Y UNA NOCHE, muchas de sus historias están lejos del público
infantil.. Digamos que en el siglo X,
los primeros cuentos de origen árabe y persa llegaron a Europa en boca de
mercaderes, piratas y esclavos. Más tarde, éstos mismos, diseminados en
distintas versiones, La prueba está en que un mismo cuento puede
encontrarse en distintos países; por ejemplo, "La Cenicienta ", que
probablemente tenga sus raíces en los albores de la lucha de clases, conoce más
de trescientas variantes, y deducir su verdadero origen, como el de muchos
otros cuentos -entre ellos del germano "Rosa Silvestre" y el francés
"La bella durmiente del bosque, que son variantes de un mismo tema-,
sería casi imposible. Asimismo, muchos
de los cuentos folklóricos, como los compilados por los hermanos Grimm y
Charles Perrault, no tienen autores ni fechas.
Los
cuentos de procedencia oriental, como los cuentos de hadas que tienen su origen
en las leyendas y el folklore de los primeros tiempos, tienen el soporte de la
fantasía y comienzan de una forma tradicional: "Érase una vez, un rey en
Egipto que no tenía ningún hijo... Hace mucho, muchísimos años, en un lejano
país del Oriente, allá donde el sol asoma cada mañana con su cara de oro y
fuego, hubo un rey muy poderoso y cruel..." Lo que sigue a continuación no
es más que la fusión de la realidad y la fantasía, del mito y la leyenda;
fuentes de las cuales bebieron poetas y cuentistas, como si hubiesen mamado de
una misma madre, quizá por eso existe tanto parecido entre los libros de unos y
de otros.
Las mil y una noches
El
lejano Oriente fue también la cuna de Las mil y una noches, célebre colección
de cuentos que nos abre las puertas de un mundo lleno de encantos y
alucinaciones, narraciones de aventuras fascinantes que proceden de siglos
diferentes y cuya redacción definitiva es posterior al siglo XVI. Las mil y
una noches es, pues, una creación colectiva de árabes, persas, judíos y
egipcios, que escribieron en un estilo popular, lleno de expresiones que no
pertenecen al árabe clásico, y aún a veces haciendo uso de dialectos, como en
el cuento de "Aladino y la lámpara maravillosa", que fue escrito en
dialecto siríaco.
Esta
colección de cuentos que pinta poéticamente la vida de los hombres del Oriente,
y, particularmente, la astucia de las mujeres del harén, es una joya literaria
y una "caja de Pandora", que encierra las figuras más inverosímiles
de la imaginación y la fantasía. De principio a fin, los cuentos están cargados
de un enorme poder sugestivo, a pesar de que la historia se inicia con un rey,
quien en venganza del daño que le causó su primera esposa, da muerte a las
demás una vez celebrada la noche de bodas, hasta el día en que contrae
matrimonio con la hija del visir de su reino, con la joven y hermosa
Schahrazada, quien, para evitar su muerte, relata a su hermana Doniazada y a su
esposo, el rey, los episodios de una historia que se prolonga durante mil y una
noches -y no mil-, seguramente debido a las supersticiones que los árabes
tienen con relación a los números.
LEER O NO LEER CUENTOS DE HADAS A LOS NIÑOS, ESA ES LA CUESTIÓN …
“Entonces le pidió al cazador que le trajese
el corazón de la pequeña Blancanieves”
Cuando uno lee esa parte del cuento siente escalofríos y se pregunta si
es válido contar cuentos de Hadas a los
niños. Sin duda hay opiniones encontradas al respecto.
Estos cuentos tradicionales, que se relataban
durante la Edad Media
alrededor del fuego y, que sabemos no eran destinados precisamente para niños,
tienen elementos, que a veces, nos hacen dudar de sus bondades.
En efecto, su dramatismo, la maldad
exacerbada de los antagonistas, o las virtudes desmedidas de sus héroes nos
provocan cierta desconfianza en el momento de pensar en leérselos a los más pequeños.
Sin embargo, debe haber un motivo que los
haya convertido en historias tradicionales, alguna razón para que sobreviviesen
a los siglos..
El cuento de Hadas plantea cuestiones
esenciales de la existencia humana y traduce los conflictos psíquicos de la
primera infancia. Abre interrogantes acerca de la vida y de la muerte, la
sexualidad, la estructura familiar, el poder, la ambición y los valores. Por
eso los niños los escuchan con interés, los releen una y otra vez y no desean
que los adultos modifiquen su contenido. Este tipo de historia les permite
identificarse con los buenos, pelearse con los enemigos, enamorarse de la mujer
más bella o del hombre más virtuoso.
El psicoanalista Bruno Betthelheim dice:
“”Los cuentos de Hadas les transmiten a los niños el mensaje manifiesto que hay
que enfrentar las dificultades de la vida, por dolorosa que parezca una situación,
la solución nunca es huir de ella (..) la imagen del héroe que sale adelante es
una fuente de ejemplo y firmeza para transitar las vicisitudes”[1]
Los cuentos de hadas liberan a los niños de
sus ansiedades. Tenemos que tener cuidado de no detallar el significado que el
cuento tiene para el niño…Los verdaderos cuentos de hadas tienen significados a
distintos niveles, cada niño deberá descubrir aquellos que le resulten
importantes en un momento dado. De hecho puede suceder que en cada lectura
descubra nuevos significados, por eso si nosotros elaboramos moralejas a partir
de una historia, estamos despojando de
su esencia al relato.
Privar a los niños del contacto con este tipo de historias es privarlos de tener la posibilidad de tener contacto con la cultura que fuimos construyendo a través de los siglos
Privar a los niños del contacto con este tipo de historias es privarlos de tener la posibilidad de tener contacto con la cultura que fuimos construyendo a través de los siglos
Los invitamos a leer tanto la versión de Perrault
y de los Hermanos Grimm de Caperucita, la Cenicienta y la Bella durmiente. Asimismo deberán leer la
historia de Hansel y Gretel. Luego les sugerimos la lectura de la bibliografía
“Psicoanálisis de los cuentos de Hadas” de B. Bettelheim. Es fundamental que la
lectura de la bibliografía la hagan semana a semana para poder discutir en
clase y preguntar las dudas que les vayan surgiendo.
Recuerden
que aprender es un complejo procedimiento
y que no conviene dejar todo para el final. Tenemos poco tiempo y mucho
material. Hasta nuestro próximo encuentro.
Las
versiones completas de los cuentos tradicionales que ofrece Internet es válida
para realizar la actividad propuesta.
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