Vamos a hacer una brevísima
recorrida por el trabajo que venimos realizando en Nivel Inicial desde el
lactario al Jardín de Infantes. En primer lugar queremos destacar la importancia
de la lectura literaria y nuestro rol
como mediadores. Leer en voz alta en la
etapa inicial es sin duda fundante, como así también facilitar escenas de
lectura, armar mesas de libros, permitir la exploración de los mismos. Luego
nos interesa subrayar la enorme importancia del libro álbum en la formación de nuestros primeros
lectores.
¿Para qué sirve leer en el siglo
XXI? Hoy, leer sirve para descubrir, para integrarse a un mundo en el cual la
comunicación adquirió un protagonismo que supera cualquier expectativa, estamos
sumergidos en un espacio cibernético en el que las imágenes desfilan de un modo
vertiginoso, por lo tanto es cada vez
más necesario tener capacidad para seleccionar, recortar, jerarquizar y este
ejercicio, solamente lo puede llevar a
la práctica alguien que haya transitado los caminos de la lectura literaria,
que desde ya es la “madre” de todo tipo
de lectura.
Así, desde las canciones de cuna
hasta los cuentos tradicionales, desde las novela de aprendizaje, hasta las
desopilantes aventuras en islas desconocidas, desde el relato de la abuela,
hasta los cuentos de terror alrededor del fogón de algún campamento, desde la
lectura de los primeros poemas de amor, siempre será el libro el que nos abra
senderos, pero el libro, como el amor se
busca, no se impone, es una suerte de llamado que requiere de un vocero, de un
maestro o maestra que nos inicia, que nos posibilita transitar ese espacio
mágico y placentero. Esta maravillosa empresa no se puede llevar adelante si no
hay un docente que oficie como modelo. Leer es activar el deseo y como dice la canción de Serrat: “ si falta usted no habrá milagro.”
Ahora bien para que la magia se produzca el
docente debe ser un lector. Siempre
que les hablo de este tema a mis estudiantes, futuros docentes, les pregunto si
vieron gente leer en el subte, y luego insisto en saber: ¿qué caras
tienen?
- Algunos hasta sonríen – suelen
contestarme.
Y créanme que viajar en subte a
la hora pico, leer y sonreír es casi de extraterrestre.
En efecto, la capacidad de
abstracción que tiene un lector, la posibilidad de refugiarse en mundos
paralelos, entre otras tantas virtudes, es lo que convierte a la lectura en un
bien tan deseable.
A partir de las historias
afloran no sólo las ideas, sino también las emociones. Al compartir un cuento
con niños y niñas se echa a andar un
proceso que va más allá de la lectura, se crean vínculos, se construyen lazos afectivos. Todos sabemos perfectamente
que si no hay vínculos no hay aprendizaje posible.
Los libros conectan a sus
lectores con la tradición cultural, nos compete a nosotros, como mediadores
tamaña responsabilidad.
Pero… ¿Cuándo se inicia este
camino?
Digamos que desde la vida
intrauterina. Hoy se sabe de la elevada actividad psíquica que despliegan los
niños desde su gestación. Piensen en el poder de la palabra, recuerden cuando
ustedes le hablaban a ese bebé que llevaban en las entrañas, ese ser que
sumergido en líquido amniótico sintió durante nueve meses el latido del corazón
de su mamá y su voz ¿Será por eso que nos atrae tanto la percusión a los seres
humanos?. Ese bebé a quien las maestras de Jardín Maternal le van a hablar, a
cantar, a susurrar desde el lactario hasta la sala de Deambula y cuando aún no son capaces de trasladarse sobre sus
propias extremidades les van a ofrecer libros diseñados
especialmente para ellos, si bien no podemos hablar de estos libros como de
literatura, gracias a la manipulación y la exploración, de este objeto
cultural los pequeños van a aprender a:
pasar las hojas de izquierda a derecha, vincular las ilustraciones con objetos
cotidianos, nombrar
objetos organizados con algún criterio lógico: animales, la casa, amigos, más
adelante podrá darse cuenta de que a veces puede encontrar una secuencia en lo
que muestran las imágenes: por ejemplo en los cuentos. También aprenderá a nombrar el mundo,
los objetos cercanos, sus referentes cotidianos: juguetes, elementos de
higiene, alimentación, ropa.
Al nacer el niño se incluye en un entorno cultural que da lugar a un
proceso de comunicación de conocimientos. Los padres u otras personas
cercanas usan los libros, juguetes u otros objetos y les transmiten en forma
implícita o explícita qué son, cómo se usan y qué se espera de
ellos frente a estos objetos.
El libro no escapa a esta situación y desde los primeros seis meses de
vida los adultos diseñan actividades y situaciones en las que los libros
aprenden a usarse. Pero como ya dijimos los libros contienen información y los
diseñados para niños pequeños suelen traer objetos con referentes cotidianos:
colores, formas, nombres de objetos cercanos, de animales, los hay
incluso sumergibles aunque estos no sean muy recomendables..
Por eso es MUY IMPORTANTE TENER
EN CUENTA CIERTAS CLAVES de acceso a la lectura y escritura desde los primeros meses
de vida, Y TAMBIÉN pensar que para cumplir con éxito esta tarea se necesita no
sólo la participación de los especialistas del ámbito educacional, sino también
de los padres, comunidades, como dice el proverbio africano: “Para formar un
niño hace falta la aldea entera”
Ya en el 2004, Berta Braslasky sostenía que el
contacto temprano con los libros
familiariza al niño con el objeto esencial de la cultura escrita, su
aspecto, su manejo.
Los libros con imágenes concentran su atención y la experiencia de secuencia temporal del antes y después. La lectura que oye cuando su madre le lee, lo familiariza con el lenguaje gramaticalmente mejor configurado, con más vocabulario y mejor pronunciado. Y con el cuento, realiza una primera experiencia de la macroestructura coherente de un texto.
Los libros con imágenes concentran su atención y la experiencia de secuencia temporal del antes y después. La lectura que oye cuando su madre le lee, lo familiariza con el lenguaje gramaticalmente mejor configurado, con más vocabulario y mejor pronunciado. Y con el cuento, realiza una primera experiencia de la macroestructura coherente de un texto.
Muchos otros especialistas afirman que el
contacto temprano con los libros repercute en la calidad de la alfabetización.
Todos sabemos que la calidad de la alfabetización va a incidir en el
aprendizaje, por lo tanto es insoslayable hablar de estos temas en un espacio como el que nos ocupa. Sin duda, leerles a los más pequeños y
ponerlos en contacto con el objeto libro significa ofrecerles el material simbólico para que comiencen a
descifrarse y a descubrir, no sólo quiénes son, sino también quiénes quieren y
pueden ser.
Hasta hace unas décadas, el
inicio de este aprendizaje se consideraba un objetivo de la enseñanza escolar
formal y se desestimaba la influencia de los años previos del desarrollo
infantil. Hoy existe consenso de que muchos de los procesos más importantes
para el desarrollo de la alfabetización ocurren entre los 0 y 6 años.[1]
Un análisis acabado de los conocimientos, destrezas y actitudes que intervienen
en este aprendizaje, basado en resultados de la investigación nacional e
internacional.
Los científicos hoy por hoy sostienen que el cerebro se desarrolla
mediante una continua interacción entre el capital genético y los estímulos
brindados y que la calidad de esos estímulos resulta decisiva para desarrollar las
capacidades presentes y futuras de los niños. Esta interacción, iniciada antes
del nacimiento, construye la arquitectura cerebral en los primeros años y
determina gran parte de las posibilidades de aprendizaje de los pequeños, muchísimo
antes del ingreso a la educación "formal". Es curioso, no sé si a
ustedes les pasa, pero muchas veces me pregunto por qué esos niños que dejan todo para escuchar arrobados un cuento se
convierten en los adolescentes que consideran la lectura como algo tedioso,
aburrido, qué pasó. ¿Será porque
la escuela le ha dado a la lectura literaria un tratamiento didáctico, con
escasos espacios de libertad y placer
que permitan que el niño pueda expresar sus construcciones acerca de un texto
de manera espontánea’?
La lectura en sí misma
debería ser una fiesta. Desde luego que
sea divertido no quiere decir que no estemos aprendiendo.
Regresemos al mundo de los más chicos. Los estímulos que tiene un
niño pequeño en el siglo XXI son bien diferentes. Quienes estamos en contacto
con ellos podemos observar las rápidas relaciones que establecen con el mundo de lo simbólico. Si
sabemos que el contacto con el lenguaje es anterior al nacimiento y que
aquellos momentos trascendentales en los que un bebé pronuncia sus primeras
palabras o en el que un pequeño descubre que puede leer su nombre, son
simplemente la parte visible de un continuum, lo que está en juego en la
primera infancia es el mito fundacional de la lectura como proceso de
interpretación.
Esbozar que el acercamiento al
lenguaje es un proceso continuo implica cuestionar rótulos como pre–lectura,
pre–escritura o aprestamiento, aún presentes en la terminología escolar, para
otorgarle al niño un estatus de lector y escritor pleno, en tanto que descifra
y que se expresa a través de diversos lenguajes desde el comienzo de la vida.
La lectura interactiva de
los cuentos tiene un poderoso efecto en el desarrollo de la alfabetización.
El tiempo pasa y
pronto llegan a sala de dos y allí los libros objeto son reemplazados por
textos literarios: cuentos folklóricos como LA GALLINITA ROJA o de autor como
EL CARACOL BU (DEVETACH)
Es curioso ver cómo en sala de tres se sienten absolutamente
atraídos por los libros álbum..
Digamos que un L:A es un
libro capaz de contar una historia con recursos diferentes a los convencionales,
a través de una particular relación entre texto e imagen. Al principio cuando
nuestras estudiantes iban a la sala con estos bellos y costosos textos, había cierto temor a que los chicos pudiesen
romperlos,
Los niños son pequeños
pero nada tontos y saben valorar este objeto artístico, verdadera confluencia
de lenguajes. Un buen libro no está pensado para una edad determinada y esto es
lo que sucede en estos textos, que no escatiman en el diseño, los colores, el
nivel literario. Este tipo de libro donde se narra desde la imagen y no únicamente desde la palabra les permite
a los más chicos completar, modificar, leer las historias desde sus interpretaciones,
hacer hipótesis, preguntar o quedarse boquiabiertos en silencio para decir de
pronto “Otra vez, otra vez” y cada vez hay nuevos descubrimientos
Lo interesante de los LIBROS ÁLBUM es que gran
parte de la historia se arma por las palabras de los lectores, ya que la misma
está contada por otro código, que no es el de las palabras. . Paradójicamente
la ausencia de texto provoca más palabras, mayores interpretaciones
Cada lector contará de un modo particular,
entrará por diferentes partes de la ilustración reparará en diferentes partes de la obra y le
dará su interpretación personal.
La
obra pone lo suyo y dice determinadas cosas, refiriéndonos a las
interpretaciones sobre un mismo hecho, explicaciones, lecturas, cambios sutiles
en el punto de vista desde el cual se habla sobre un personaje o un pasaje de
la historia.
Generan
una actitud expectante, una mirada atenta, búsqueda de pistas y señales y
detalles que hacen correr la mirada, invitando al lector a seguir, a quedarse,
o a explorar más en ese punto.
La
imagen es portadora de significación en sí misma, en diálogo con la palabra.
Ilustración, texto, diseño y edición se conjugan en una unidad estética y de
sentido. Nada es dejado de lado, se trata, como dijimos de un objeto artístico cuidadosamente elaborado
desde todos sus elementos.
El
libro álbum postula características innovadoras frente al destinatario
La
lectura de la imagen por parte de un niño que aún no accedió a la comprensión
del código escrito, le permite, gracias al juego propuesto por la imagen,
anticipar o contradecir el sentido que transmite el texto.
Sin
duda los álbumes son un muy interesante acercamiento al niño, quien todavía no lee
convencionalmente, a la cultura del libro y una introducción para comprender niveles del discurso
literario (formas de enunciación, polifonía, conflicto entre lo enunciado
explícita e implícitamente) aunque más allá de todo eso les permite jugar con
dos narrativas a la vez: la literaria y la de las imágenes, esto transforma al
LIBRO ÁLBUM en un espacio privilegiado para la ensoñación y el desarrollo
afectivo e intelectual.
Estos libros confirman que el niño puede
leer a través de las imágenes que observa, antes de leer convencionalmente.
Los
títulos de mayor éxito en sala de tres fueron: “¡De repente!”, de Colin
McNaughton., La hormiga que canta de Laura Devetach, La sorpresa de Nandi de
Eielen Browne, Mi mamá de A. Browne y Mi papá de A. Browne
También se trabajó en sala de cuatro, allí frecuentemente la
docente busca un espacio destinado a la exploración de libros por parte de los
niños y luego a la lectura de alguno de ellos.
Dentro de los favoritos de esta
sala mencionaremos a WILLY EL CAMPEÓN y WILLY EL SOÑADOR. Los chicos ya conocían
al autor porque semanas atrás habían leído GORILA. La docente les explicó que
ya que les había gustado tanto ese libro ahora trabajarían un título más del mismo autor con las
señoritas nuevas. Los niños se mostraron
entusiasmados. Es importante la disposición del grupo y las estudiantes que
habían estado observando con atención tuvieron esto muy en cuenta. Mientras una
de las futuras docentes leía, los chicos hacían algunos comentarios pertinentes
pero ella continuaba con la lectura. Finalizada la misma se generó un espacio
de intercambio. Las intervenciones docentes facilitaron en todo momento la búsqueda de sentidos en el texto. Esto es
fundamental, porque si un maestro
sostiene situaciones de lectura en las que diversifica cada vez más el universo
literario y promueve interesantes intercambios está brindando valiosas
oportunidades para que los niños
progresen como lectores y amplíen sus gustos y posibilidades de interpretación.
También favorece la escucha, el respeto por el otro y desarrolla la
argumentación.
La experiencia que se llevó a cabo en sala de 5 fue armar una
mesa de libros álbum., de este modo la estudiante, futura docente, promovió el encuentro entre los niños y libros álbum
que los niños ya conocían y otros nuevos. En esta actividad se trabajó mucho
con los elementos paratextuales. Todos sabemos que el paratexto aporta valiosos
datos para el lector, que van a beneficiar su comprensión lectora. Asimismo la
practicante explicitó sus criterios de selección de textos, supo crear expectativa
en sus pequeños alumnos, demostró su
entusiasmo, estableció vinculaciones entre libros del mismo autor. Luego de
esta presentación les propuso a cada uno tomar un libro para que explorase y
leyese, de este modo, libro a libro estos niños y niñas se están CONSTRUYENDO
COMO AUTÉNTICOS LECTORES AÚN CUANDO NO LO HAGAN CONVENCIONALMENTE. Sin duda la
literatura es el mejor camino para la alfabetización inicial..
Para cerrar esta descripción me gustaría apelar a las palabras
que escribiese Graciela Montes en un documento que me parece insoslayable: LA GRAN OCASIÓN:
“No se trata de que la escuela dé de leer como si la lectura
fuese un alimento, o una medicina, o un bien – propiedad de unos (los sabios,
los lectores avezados..)otorgado como una dádiva a los otros (los niños, los
ignorantes). La lectura no funciona de esa manera. Si se trata de ayudar a
construir lectores, justamente, es decir sujetos activos, curiosos, capaces de
ponerse al margen y vérselas a su manera
con un texto, no se puede pensar en una donación, o una administración, sino
más bien en una habilitación para la experiencia. Dar ocasión para que la
lectura tenga lugar… “
Por eso, a nosotros, los docentes, los mediadores nos
corresponde esta maravillosa responsabilidad. Muchas gracias.
Referencias bibliográficas
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temprana en
LECTURA Y VIDA
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acercamientos a los jóvenes y a la lectura. México Fondo de Cultura
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Reyes, Yolanda: Entrevista en Educar
Portal Educativo del Estado Argentino/
Año 2008
[1] La infancia es la etapa evolutiva mas
importante de los seres humanos, pues en los primeros años
de
vida se establecen las bases madurativas y neurológicas del
desarrollo. Pocas dudas existen
sobre
la importancia del desarrollo infantil temprano en el aprendizaje y en el
desarrollo social
posterior.
Las experiencias de los ninos en sus primeros años son
fundamentales para su progresión
posterior.
No es extraño
por ello que los economistas y los científicos
sociales aseguren que
los
programas que promueven el desarrollo de los niños pequeños
son la mejor inversión para
lograr
el progreso del capital humano y el crecimiento económico.
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