Para elaborar un texto expositivo necesitamos:
1. Elementos de la exposición:
·
Elección del tema.
·
Tipo de exposición:
·
Divulgativa (recomendada).
·
Especializada.
·
Documentación (fuentes que se utilizarán para la elaboración del texto
expositivo como diccionarios, enciclopedias, revistas, periódico, internet…)
·
Organización de la información.
·
Elaboración de un borrador previo.
·
Redacción final del texto expositivo.
2. Estructura y partes de la
exposición:
·
Un título (preferentemente un Sintagma Nominal).
·
Estructura de la exposición:
·
Analizante (recomendada). La palabra clave de la exposición aparece en
el título y en el primer párrafo del texto expositivo.
·
Sintetizante. La palabra clave aparece al final del texto, en la
conclusión.
·
Tres párrafos (separados cada uno de ellos por un espacio)
·
Párrafo 1. Introducción. Presentación del tema.
·
Párrafo 2. Desarrollo. Explicación de las ideas y características
principales del tema.
·
Párrafo 3. Conclusión. Breve resumen de las ideas más importantes.
3. Aspectos lingüísticos de la
exposición:
·
Objetividad de las oraciones (debe evitarse la opinión personal).
·
Oraciones enunciativas afirmativas y negativas.
·
Uso del presente de indicativo y de la tercera persona del singular.
·
Otros aspectos:
·
Abreviaturas
·
Tecnicismos
·
Conectores (además, también, por último, en primer lugar, a
continuación)
·
Uso del paréntesis
·
Fotografías que refuercen la comprensión del tema.
Cuando tengamos que hacer un texto
expositivo, conviene que tengamos en cuenta estos principios:
- Tener claro el tema de la
exposición. Podemos hacer una lista de los detalles que queremos incluir;
seguramente tendremos que excluir otros, bien porque nos queremos centrar
en algunos, bien porque no podemos hacer un texto inabarcable.
Para reunir esos datos podemos
investigar en periódicos, revistas, enciclopedias, internet, o libros de texto;
pero no debemos "copiar y pegar" tal cual. Nuestro texto es nuestro,
y hay que demostrar cierto estilo y originalidad.
Decide el enfoque que quieres dar al
tema. Pero recuerda que no debes dar tu opinión (aunque seguramente tendrás una
propia): debes exponer los detalles, las personas, los hechos, en fin: los
datos, de una forma objetiva.
- Tienes que plantearte a quién te
diriges; hay muchas posibilidades, y cada una requiere un formato
diferente. Por ejemplo, un trabajo presentado a tu profesor; una
exposición para presentar oralmente en clase; un informe que debas
elaborar para el director de la empresa en que trabajes; etc.
- Distribuye la información en
varios párrafos: uno de introducción, otro (u otros) de desarrollo, y un tercero
de cierre o conclusión (la conclusión puede ser innecesaria). En la
introducción debes concretar el tema, de qué vas a tratar, y de qué no.
También puedes expresar la metodología o enfoque que vas a seguir.
- Es aconsejable escribir con
oraciones relativamente breves; si no lo haces, el lector se
puede perder. Los párrafos tampoco deben ser excesivamente extensos.
Repasa el listado de conectores y marcadores del discurso y las
posibilidades de interrelación de las ideas y párrafos, para elegir los
conectores adecuados.
- Emplea un buen diccionario de
sinónimos; así no tendrás que repetir las mismas palabras. Debes evitar los
términos demasiado generales, es decir, las palabras "ómnibus" o
"comodín": cosa, hacer, problema, etc. No intentes,
sin embargo, emplear palabras poco corrientes, porque puedes caer en la
pedantería.
- Cuando termines el borrador,
repásalo y "púlelo". Tacha palabras o frases que no
digan nada y sean meramente repetitivas; incluye los nexos que expresen la
relación entre las diversas oraciones, si faltan; ten cuidado con la
ortografía; evita el empleo de palabras coloquiales. Comprueba que has
transmitido la información de manera objetiva, sin dar tu opinión en
ningún momento, sin expresar tus gustos y preferencias, sin decir lo que
te parece bien o mal.
Si el texto es importante, y tienes
tiempo, conviene que lo dejes "dormir" un día, pensando en otras
cosas, y volverlo a revisar para terminar la versión definitiva. Con
frecuencia se descubren fallos de lo más tontos.
Una de las dificultades a la hora de localizar conectores, es que no
atienden a ninguna categoría gramatical en especial. De hecho, a la hora de
referirnos a los conectores textuales podemos distingur entre:
·
Conjunciones y locuciones conjuntivas
·
Adverbios y locuciones adverbiales
·
Sintagmas
·
Oraciones
Ejemplo de texto con conectores. A modo
de clasificación.
·
Copulativo: y, e, ni, que, además, incluso.
·
Disyuntivo: o, u, ya… ya…, ya… o…, sea… sea…,
bien… ya sea…
·
Adversativo: pero, sin embargo.
·
Concesivo: a pesar de, aunque, aun cuando, si
bien.
·
Condicional: si, siempre que, con tal que, siempre
y cuando, cuando, en caso que, según.
·
Consecutivo: en consecuencia, por consiguiente,
luego, por lo tanto, ahora bien, así que, con que, por eso, por ende, por lo
que.
·
Causal: porque, pues, ya que, puesto que,
debido a, como, dado que.
·
Comparativo:como, así, así como, tal como, menos
que, más que, tanto como, tan… como…
·
Final: para, para que, a fin de que, con la
finalidad de, con el fin de que.
·
Reformulativos:
·
Explicación: es decir, o sea, esto es, a saber, en
otras palabras.
·
Recapitulación: en resumen, en resumidas cuentas, en
suma, total, en una palabra, en otras palabras, dicho de otro modo, en breve,
en síntesis.
·
Ejemplificación: por ejemplo, así, así como, por
ejemplo, particularmente, específicamente, para ilustrar.
·
Corrección : mejor dicho, o sea, bueno.
·
Afirmación: sí, también, cierto,
ciertamente, efectivamente, claro, verdaderamente, desde luego, en verdad,
en efecto, sin duda, sin ninguna duda, en realidad.
·
Duda o probabilidad: quizá, quizás,
acaso, probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, a lo mejor,
puede que.
·
Negación: no, jamás, nunca,
tampoco, de ninguna manera, ni por ésas, ni mucho menos, ni por asomo.
·
Tiempo: antes, después, pronto, tarde,
temprano, todavía, aún, ya, ayer, hoy, mañana, siempre, nunca, jamás,
próximamente, enseguida, ahora, mientras, de repente, de pronto, a menudo,
al amanecer, al anochecer, en un periquete, con frecuencia, de tanto en tanto,
a última hora, de vez en cuando.
·
Lugar: aquí, allí, ahí, allá, acá,
arriba, abajo, cerca, lejos, delante, detrás, encima, debajo, enfrente, atrás,
al final, a la cabeza, a la derecha, a la izquierda, al otro lado.
·
Modo: bien, mal, regular, despacio,
deprisa, así, aprisa, como, adrede, peor, mejor, fielmente, estupendamente,
fácilmente, a sabiendas, a tontas y a locas, a oscuras, sin más ni más, en
resumen, a ciegas, de este modo, a las buenas, a las malas, por las buenas, por
las malas, a manos llenas, de alguna manera.
·
Comienzo de discurso: bueno, bien, ante
todo, para comenzar, primeramente.
·
Cierre de discurso: en fin, por último,
en suma, finalmente, por último, terminando, para resumir.
·
Transición: por otro lado, por otra parte, en
otro orden de cosas, a continuación, acto seguido, después.
·
Digresión: por cierto, a propósito, a todo esto.
Todos sabemos el terror que genera una hoja en blanco.
Muchas veces, en las aulas, aparecen consignas generales de escritura al estilo
de :
·
Cambiar el final del cuento
·
Elaborar una descripción de tal o cual
personaje
·
Escribir un cuento policial o de ciencia
ficción o fantástico.
Ese tipo de consignas paralizarían a un adulto, aún si se
tratase de un adulto que maneje el oficio de la escritura. De hecho, los
escritores profesionales nunca escriben de la nada. Esa mirada romántica del
escritor que se inspira en noches de luna llena sólo era creíble en las novelas
decimonónicas. Cualquier escritor que se precie de tal se rodea de libros,
elabora esquemas, tiene su “caja de herramientas” que, desde luego, son palabras, frases, pequeñas ideas escritas
al pasar. ¿Cómo podemos pretender que un niño de diez, once o doce años
adquiera el oficio de escribir de la nada? A escribir se aprende. Nuestra
obligación es acompañarlos en ese proceso y facilitarles el camino, al
principio con pequeños pasos. Una estrategia sencilla y que da buenos
resultados es escribir a partir de lo leído. Para eso será necesario trabajar
diferentes tipos textuales y observar
las características de cada texto: cómo empiezan, qué palabras utiliza el
escritor para evitar repeticiones, cómo se utilizan los verbos en la narración
y de ese modo estamos reflexionando sobre el lenguaje, les estamos haciendo
leer desde el lugar de escritores.. Por eso es además tan importante el dictado
al maestro. Esta práctica casi no se utiliza en segundo ciclo, sin embargo es
fundamental. ¿Qué nos lleva mucho tiempo? Sí desde luego como todo aprendizaje.
Pero es la única forma de aprender sobre un terreno seguro. Solemos quejarnos
porque las escrituras de los niños no tienen sentido, la pregunta sería ¿Les
estamos enseñando a escribir a esos niños?. Otra estrategia que utilizan los
escritores profesionales y que está circulando por las escuelas es la de
utilizar escrituras intermedias. Ahora bien, ¿Qué son las escrituras
intermedias?
“.. Son diversas las escrituras intermedias o
de trabajo que se pueden proponer a partir de las lecturas realizadas. Los
propósitos de las escrituras intermedias son didácticos y comunicativos. Las
escrituras intermedias son escrituras generalmente breves que se orientan hacia
un propósito didáctico de incuestionable valor: proponer escrituras a diario
–se aprende a escribir…, escribiendo-. Las características de las brujas, el
texto de sus hechizos, la lista de sus objetos mágicos con breves indicaciones
de sus características. A diario los niños necesitan enfrentarse con la escritura. Sin embargo, los maestros
no pueden proponer todos los días la producción de textos de envergadura, como
escribir un nuevo episodio de las aventuras de la bruja Mom; necesitan más bien
detenerse con gran frecuencia en la revisión de escrituras intermedias para
lograr que se produzcan avances en el desempeño de los niños. Para cumplir con
su propósito comunicativo, es necesario que los maestros den a las escrituras
intermedias una presencia sostenida: remiten a los repertorios de hechizos para
incluir alguno de ellos en el nuevo episodio de la bruja Mom; retoman el
listado de Personajes Prototípicos en
los cuentos infantiles inicios o finales
para que los chicos se inspiren en ellos cuando dictan a sus maestros una nueva
versión de La bella durmiente. De ese modo, las escrituras intermedias brindan
una oportunidad para renovar el ambiente alfabetizador del aula: carteles con
frases célebres de los cuentos tradicionales, cuadros comparativos de cuentos
leídos, listas de personajes, planes para una nueva versión, etc, se ofrecen en
el salón como “referencias seguras” para escribir. - Extraído de:
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