martes, 7 de febrero de 2017

YO PLANIFICO, TÚ PLANIFICAS, NOSOTROS PLANIFICAMOS


Empiezan las clases y los docentes empezamos a planificar… ¿Qué es esto de planificar? ¿Para qué, para quién planifico realmente?
«¡Qué lindo sería ser docente si no tuviéramos que planificar!». ¿Cuántas veces pensamos o escuchamos algo parecido en conversaciones con colegas? La idea, bastante instalada, hace, por ejemplo, que los editores de libros escolares ofrezcan materiales para los docentes a los que, sostienen, «no puede faltarles la planificación, porque los docentes la piden». Además de ser un requerimiento administrativo, ¿por qué la planificación es una necesidad de la práctica educativa?
Planificar no puede ser una práctica mecánica y no tiene ningún sentido usar la planificación de un manual. Como profesional de la educación, debo construir y tomar decisiones que incluyen conocer el grupo, por eso se hace generalmente una evaluación diagnóstica, con el objeto de saber de dónde voy a partir.. de otro modo todo es un “Como si..” ¿Para qué tomar un diagnóstico si no lo voy a usar? ¿Para qué planificar si luego me va a resultar un estorbo?  
La especialista Ruth Harf, en su conferencia «Poniendo la planificación sobre el tapete», sostiene que es innegable que planificar forma parte de las actividades cotidianas de educadores y de la institución escolar en su totalidad pero que, frecuentemente, es vivido como algo temido y percibido como una «carga pública», en lugar de ser algo buscado y necesario.
¿Para qué poner por escrito la planificación si, de todos modos, el docente planifica «mentalmente»? Los especialistas coinciden en que, cualquiera sea el formato que se adopte, la planificación escrita permite, entre otras ventajas, organizar el pensamiento de modo coherente y consistente, y respondiendo a una lógica sintáctica y semántica. Al ofrecer una anticipación sistemática, permite reducir la incertidumbre. Todo lo que se planifica, en definitiva, deja «energía libre» para atender las contingencias e imprevistos que pueden presentarse en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Por otra parte, actúa como memoria del pensamiento y permite una comunicación duradera, facilita la confrontación y contrastación con otras producciones, propias y ajenas, anteriores y actuales. Y, también, la reflexión acerca de los procesos de decisión sobre el quehacer docente, además de que estimula la posibilidad de compartir lo proyectado.

La coherencia entre los diversos componentes didácticos —su selección, gradualidad, complejización y articulación— se ven favorecidas por el ejercicio escrito de la planificación. Pero, sobre todo, permite la búsqueda de una relación armónica entre la planificación áulica, la planificación institucional, y por lo tanto, apunta a responder a los lineamientos del Diseño curricular vigente.



Maestros de segundo ciclo:
¿Qué se enseña en Prácticas del Lenguaje y para qué? ¿Cuál es la mejor manera de organizarse en el aula?

Uno de los propósitos fundamentales  es formar a todos los ciudadanos como sujetos de las prácticas sociales del lenguaje. En este propósito, el segundo ciclo tiene un papel decisivo. El desafío es cómo generar condiciones y promover situaciones, a la vez sostenidas y variadas, para que los alumnos, que ya están alfabetizados, avancen como lectores, escritores y hablantes. Esto supone mantener la continuidad de las prácticas de lectura, escritura y oralidad que se iniciaron el Primer Ciclo, pero además garantizar la progresión en la enseñanza de dichas prácticas.
Para lograrlo tenemos que promover situaciones de lectura progresiva y de escritura que se relacione con esas situaciones de lectura que también hemos diseñado y estamos trabajando. Otra cosa que no debemos olvidar es la oralidad secundaria, vale decir crear situaciones en las cuales los chicos puedan desarrollar sus competencias orales.
Enseñar Prácticas del Lenguaje implica más que enseñar lengua, implica entender que el aprendizaje del lenguaje tiene sentido en la medida en que esté incluido en el proceso de apropiación de esas prácticas.

Los contenidos a enseñar son los quehaceres de los practicantes del lenguaje: los quehaceres del hablante, del oyente y del escritor que están involucrados en las prácticas. Es importante trabajar la reflexión sobre el lenguaje y también las Prácticas del Lenguaje en contextos de estudio. Ahora bien si queremos poner en práctica esos quehaceres la escuela deberá definirse  como un ámbito plurilingüe, legitimando la coexistencia de diversas variedades lingüísticas, poniendo de manifiesto el respeto por todas ellas. Otra cuestión fundamental es hacer de cada aula una colectividad de lectores y escritores. No olvidarse de ofrecer a los alumnos oportunidades de participar en una diversidad de situaciones comunicativas.
No perder nunca la oportunidad de involucrar a los alumnos en una amplia gama de situaciones de lectura y escritura.
Es importante armar un corpus (conjunto de lecturas literarias ) adecuadas a cada grupo y desde luego crear condiciones que favorezcan la construcción de una posición reflexiva en relación con las prácticas del lenguaje.


¿De qué manera puedo organizarme para trabajar?

Siempre tenemos que considerar actividades de rutina o permanentes que son aquellas que se reiteran sistemáticamente, esas actividades que se hacen una vez por semana o cada quince días y que ofrecen la oportunidad de retomarse en el tiempo. Ejemplos: lectura de noticias sobre un tema en particular; círculo de lectores. Por otra parte tenemos que considerar las actividades ocasionales que  surgen de intereses de los alumnos y de otras contingencias de la vida escolar y social. Ejemplos: escribir una carta a un diario por un tema que les preocupa. Ahora bien tenemos que considerar el trabajo a través de proyectos que suelen ser muy interesantes porque  ofrecen contextos en los cuales las actividades cobran sentido. Sus diversos aspectos se articulan al orientarse hacia el logro de un propósito, con un producto final. Permiten una organización flexible del tiempo, según el objetivo que se persigue. Un proyecto puede ocupar sólo unos días o desarrollarse a lo largo de varios meses (proyectos a corto/largo plazo). Ejemplos: Antología de cuentos fantásticos; enciclopedia de criaturas mitológicas.

 Otra forma de organizar nuestro trabajo en el aula es a través de las secuencias de actividades: a diferencia de los proyectos que se orientan hacia la elaboración de un producto tangible, las secuencias incluyen situaciones de lectura y escritura cuyo único propósito explícito, compartido con los niños, es leer y escribir. Contribuyen a cumplir varios propósitos didácticos: comunicar el placer de leer simplemente para conocer otros mundos posibles; desarrollar las posibilidades de los alumnos de apreciarla calidad literaria; generar comportamientos lectores como el seguimiento de determinado género, tema o autor, estudiar o investigar sobre un tema de otra área. Como los proyectos, Incluyen actividades colectivas, grupales e individuales



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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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