(...)Ana Rodriguez es maestra de nivel inicial y primaria en la Escuela N° 9 de la ciudad de Buenos Aires. Ella reivindica el lugar del límite con la siguiente mirada: "Los chicos tienen que comprender que hay límites que no se pueden pasar y es nuestra función explicarles el porqué".(...)
"No hay una línea única", clarifica la formadora docente Estela Quiroga, autora del blog Entre el mouse y la tiza, que en diciembre último recibió el primer premio de la UBA a la divulgación de contenidos educativos. Y propone cierta dialéctica: "Todos de un modo u otro somos eclécticos, ya que dar clase no es lo mismo que sostener una empresa y los docentes tenemos que adaptarnos a cada grupo de alumnos, no podemos dar siempre lo mismo". Y apuesta a más: "Tenemos que romper la falsa idea de que hay una verdad única". Su propuesta se enmarca dentro de la llamada pedagogía de la escucha, que exige una transformación en la posición ocupada tanto por docentes como por alumnos. Para que los chicos pongan en juego sus saberes y verdades, los maestros tienen que correrse del lugar de incuestionables y escucharlos. Y que haya una sola verdad es tranquilizador, pero no coincide con la realidad. Un sistema educativo rígido empuja a los chicos a ocupar "su oficio de alumnos", se queja la profesora Quiroga. Ellos saben muy bien cuál es el rol esperado y cuáles las respuestas que conducen al aprobado, y en lugar de pensar encienden el piloto automático. "En un mundo complejo, la construcción del conocimiento genera tanto incertidumbres como certezas, y son las incertidumbres las que llevan a pensar."
Si la escuela aporta a la constitución de sujetos sumisos al sistema o sujetos creativos capaces de cuestionarlo no es un tema menor.(..)
"Creo que esto sería lo ideal de escuela, de aprendizaje, de educación: que los educandos puedan cuestionar, resolver situaciones que el maestro presenta, investigar, formular hipótesis y comprobarlas con ayuda del docente y de sus pares", retoma la maestra Ana Rodríguez, quien define que para que hoy la educación funcione como un espacio contenedor y de aprendizaje (y no como un depósito donde los adultos dejan a los niños y salen corriendo) hay que pensar y tomar conciencia de que la mejor opción es el trabajo en equipo entre docentes, cuerpo directivo y padres.
"No hay una línea única", clarifica la formadora docente Estela Quiroga, autora del blog Entre el mouse y la tiza, que en diciembre último recibió el primer premio de la UBA a la divulgación de contenidos educativos. Y propone cierta dialéctica: "Todos de un modo u otro somos eclécticos, ya que dar clase no es lo mismo que sostener una empresa y los docentes tenemos que adaptarnos a cada grupo de alumnos, no podemos dar siempre lo mismo". Y apuesta a más: "Tenemos que romper la falsa idea de que hay una verdad única". Su propuesta se enmarca dentro de la llamada pedagogía de la escucha, que exige una transformación en la posición ocupada tanto por docentes como por alumnos. Para que los chicos pongan en juego sus saberes y verdades, los maestros tienen que correrse del lugar de incuestionables y escucharlos. Y que haya una sola verdad es tranquilizador, pero no coincide con la realidad. Un sistema educativo rígido empuja a los chicos a ocupar "su oficio de alumnos", se queja la profesora Quiroga. Ellos saben muy bien cuál es el rol esperado y cuáles las respuestas que conducen al aprobado, y en lugar de pensar encienden el piloto automático. "En un mundo complejo, la construcción del conocimiento genera tanto incertidumbres como certezas, y son las incertidumbres las que llevan a pensar."
Si la escuela aporta a la constitución de sujetos sumisos al sistema o sujetos creativos capaces de cuestionarlo no es un tema menor.(..)
"Creo que esto sería lo ideal de escuela, de aprendizaje, de educación: que los educandos puedan cuestionar, resolver situaciones que el maestro presenta, investigar, formular hipótesis y comprobarlas con ayuda del docente y de sus pares", retoma la maestra Ana Rodríguez, quien define que para que hoy la educación funcione como un espacio contenedor y de aprendizaje (y no como un depósito donde los adultos dejan a los niños y salen corriendo) hay que pensar y tomar conciencia de que la mejor opción es el trabajo en equipo entre docentes, cuerpo directivo y padres.
2 comentarios:
Muy buenas tardes Estela,desde yá muy agradecido por los aportes que dió en la revista La Nación del pasado domingo 17 de febrero.Su blog me parece muy interesante y creativo.Me llamo Pablo Rafael González, soy estudiante del profesorado en Historia del Instituto Castañeda Nro.4031 de la provincia de Santa Fe.Le deseo un año de grandes logros en todos los planos, y que su vocación de docente siga creciendo y alimentándose cada día un poco más. Cordiales saludos desde Santa Fe,Capital.
Mil gracias Pablo para mí el blog es una herramienta de trabajo que la llevo adelante con mucho cariño y dedicación porque es para mis estudiantes y para toda aquella persona que se interese por los temas que aquí se tratan, Creo que lo poco que uno ha ido aprendiendo es para compartirlo. Le agradezco nuevamente su comentario,Estela
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