domingo, 15 de noviembre de 2009

EJERCICIO PARA EL PARCIAL DE PRIMER AÑO DE ENSEÑANZA DEL LENGUAJE NORMAL 1 – 6 -11
LEER LOS SIGUIENTES TEXTOS Y CONSIGNAR TRAMA Y FUNCIÓN JUSTIFICAR EN AMBOS CASOS A TRAVÉS DE LA BIBLIOGRAFÍA

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan –no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortázar. Historias de cronopios y de famas, en Cuentos completos I, Madrid, Alfaguara, 1994.

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Homicidio, s: Muerte de un ser humano por otro ser humano. Hay cuatro clases de homicidios: culpable, excusable, justificable y encomiable, aunque al muerto no le importa mucho si lo han incluido en una o en otra: la distinción es para uso de los abogados.

Idiota, s: Miembro de una vasta y poderosa tribu cuya influencia en los asuntos humanos ha sido siempre dominante. La actividad del idiota no se limita a ningún campo especial del pensamiento o acción, sino que satura y regula todo. Siempre tiene la última palabra; su decisión es inapelable. Establece las modas de la opinión y el gusto, dicta las limitaciones del lenguaje, fija las normas de conducta.

Pólvora, s: Medio que emplean las naciones civilizadas para arreglar disputas que podrían volverse molestas si no se las resolviera. La mayoría de os autores atribuyen la invención de la pólvora a los chinos., aunque sin pruebas convincentes. Milton dice que fue inventada por el diablo para dispersar a los ángeles, y esta opinión parece sustentada por la escasez de ángeles.

Bierce, Ambrose: Diccionario del diablo, Colihue, Bs. As., 1993












La yerba mate

La luna se moría de ganas de pisar la tierra. Quería probar las frutas y bañarse en algún río.

Gracias a las nubes, pudo bajar. Desde la puesta del sol hasta el alba, las nubes cubrieron el cielo para que nadie advirtiera que la luna faltaba.

Fue una maravilla la noche en la tierra. La luna paseó por la selva del alto Paraná, conoció misteriosos aromas y sabores y nadó largamente en el río. Un viejo labrador la salvó dos veces. Cuando el jaguar iba a clavar sus dientes en el cuello de la luna, el viejo degolló a la fiera con su cuchillo; y cuando la luna tuvo hambre, la llevó a su casa. “Te ofrecemos nuestra pobreza”, dijo la mujer del labrador, y le dio unas tortillas de maíz.

A la noche siguiente, desde el cielo, la luna se asomó a la casa de sus amigos. El viejo labrador había construido su choza en un claro de la selva, muy lejos de las aldeas. Allí vivía, como en un exilio, con su mujer y su hija.

La luna descubrió que en aquella casa no quedaba nada que comer. Para ella habían sido las últimas tortillas de maíz. Entonces iluminó el lugar con la mejor de sus luces y pidió a las nubes que dejasen caer, alrededor de la choza, una llovizna muy especial.

Al amanecer, en esa tierra habían brotado unos árboles desconocidos. Entre el verde oscuro de las hojas, asomaban las flores blancas.

Jamás murió la hija del viejo labrador. Ella es la dueña de la yerba mate y anda por el mundo ofreciéndola a los demás. La yerba mate despierta a los dormidos, corrige a los haraganes y hace hermanas a las gentes que no se conocen.

Galeano, Eduardo: Memoria del fuego I. Los nacimientos, siglo XXI, Bs. As., 1989


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“Vendetta”, de Dámaso Murúa (en Puro Cuento N° 8)

El hombrón con su permanente rostro enfurecido afilaba la navaja en el asentador. Dos o tres tragos había pasado ya por su garganta el indefenso hombre que permanecía de frente al techo blanco del salón. Buscaba los ojos del hombrón para esbozar una sonrisa, para ganarse su simpatía, sin lograrlo nunca. Sólo el ir y venir de la navaja, en infatigable ascenso y descenso, con sordo ruido, interrumpía la casi detenida respiración de los dos.
En el espacio, con la luz del crepúsculo, brillaron lastimosamente las perlas deslumbrantes del filo de la navaja. El hombrón se arrancó bruscamente algunos pelos gruesos de la nuca y probó, al aire, el maravilloso filo que el asentador había conseguido transmitir al acero. Otro trago de saliva trajo momentáneamente paz al hombre acostado.
Intercambiaron dos o tres hoscas frases y el silencio los arropó de pies a cabeza empeñados en su común tarea. La navaja alisó la piel encima de la aorta, henchida de miedo; las perlas de sudor sobre la frente denunciaban el temor filtrándose al ambiente, en volutas mágicas que se evaporaban en el aire seco del cotidiano y trágico salón blanco. En la radio empezó a escucharse la quinta sinfonía de Beethoven.
-De modo que no te acuerdas de cuando me pegaste en la escuela.
-No me acuerdo, te lo juro.
-Estábamos en segundo año, acuérdate.
La navaja se deslizó diestra sobre la barbilla llena de jabón. Él no contestó ya. Salió de la peluquería envejecido como cien años.

Glosario:
Vendetta: palabra de origen italiano que significa “venganza”.


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“Odín” de J. L. Borges y D. Ingenieros

Se refiere que a la corte de Olaf Tryggvason, que se había convertido a la nueva fe, llegó una noche un hombre viejo, envuelto en una capa oscura y con el ala del sombrero sobre los ojos. El rey le preguntó si sabía hacer algo, el forastero contestó que sabía tocar el arpa y contar cuentos. Tocó en el arpa aires antiguos, habló de Gudrum y de Gunnar, y, finalmente, refirió el nacimiento de Odín. Dijo que tres parcas vinieron, que las dos primeras le prometieron grandes felicidades y que la tercera dijo, colérica: “El niño no vivirá más que la vela que está ardiendo a su lado.” Entonces los padres apagaron la vela para que Odín no muriera. Olaf Tryggvason descreyó de la historia, el forastero repitió que era cierto, sacó la vela y la encendió. Mientras la miraban arder, el hombre dijo que era tarde y que tenía que irse. Cuando la vela se hubo consumido, lo buscaron. A unos pasos de la casa del rey, Odín había muerto.



“Apocalipsis I” de Marco Denevi ( En Salón de lectura)

La extinción de la raza de los hombres se sitúa aproximadamente a fines del siglo XXXI. La cosa sucedió así: las máquinas habían alcanzado tal perfección que los hombres no necesitaban comer, ni dormir, ni leer, ni escribir, ni siquiera pensar. Les bastaba apretar botones y las máquinas lo hacían todo por ellos.
Gradualmente fueron desapareciendo las mesas, los teléfonos, los Leonardo da Vinci, las rosas té, las tiendas de antigüedades, los discos con las nueve sinfonías de Beethoven, el vino de Burdeos, las golondrinas, los cuadros de Salvador Dalí, los relojes, los sellos postales, los alfileres, el Museo del Prado, la sopa de cebolla, los transatlánticos, las pirámides de Egipto, las Obras Completas de don Benito Pérez Galdós. Sólo había máquinas.
Después los hombres empezaron a notar que ellos mismos iban desapareciendo paulatinamente y que en cambio las máquinas se multiplicaban. Bastó poco tiempo para que el número de los hombres quedase reducido a la mitad y el de las máquinas se multiplicase al doble y luego al décuplo. Las máquinas terminaron por ocupar todo el espacio disponible. Nadie podía dar un paso, hacer un simple ademán sin tropezarse con una de ellas. Finalmente los hombres se extinguieron.
Como el último se olvidó de desconectar las máquinas, desde entonces seguimos funcionando.

“La hormiga” (de Marco Denevi)

Un día las hormigas, pueblo progresista, inventan el vegetal artificial. Es una papilla fría y con sabor a hojalata. Pero al menos las releva de la necesidad de salir fuera de los hormigueros en procura de vegetales naturales. Así se salvan del fuego, del veneno, de las nubes insecticidas. Como el número de las hormigas es una cifra que tiende constantemente a crecer, al cabo de un tiempo hay tantas hormigas bajo tierra que es preciso ampliar los hormigueros. Las galerías se expanden, se entrecruzan, terminan por confundirse en un solo Gran Hormiguero bajo la dirección de una sola Gran Hormiga. Por las dudas, las salidas al exterior son tapiadas a cal y canto. Se suceden las generaciones. Como nunca han franqueado los límites del Gran Hormiguero, incurren en el error de lógica de identificarlo con el Gran Universo. Pero cierta vez una hormiga se extravía por unos corredores en ruinas, distingue una luz lejana, unos destellos, se aproxima y descubre una boca de salida cuya clausura se ha desmoronado. Con el corazón palpitante, la hormiga sale a la superficie de la tierra. Ve una mañana. Ve un jardín. Ve tallos, hojas, yemas, brotes, pétalos, estambres, rocío. Ve una rosa amarilla. Todos sus instintos despiertan bruscamente. Se abalanza sobre las plantas y empieza a talar, a cortar y a comer. Se da un atracón. Después, relamiéndose, decide volver al Gran Hormiguero con la noticia. Busca a sus hermanas, trata de explicarles lo que ha visto, grita: “Arriba, luz, jardín, hojas, verde, flores…”. Las demás hormigas no comprenden una sola palabra de aquel lenguaje delirante, creen que la hormiga ha enloquecido y la matan.

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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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