Javier
Villafañe nació en Buenos Aires, fue un
titiritero argentino, su primera obra la dio en su carreta, tirada por
caballos. Escribió libros y más libros..pero . como quería mucho a sus muñecos escribió muchas historias para darles vida... Inventó personajes y era muy amigo de un famoso maestro argentino llamado Luis Iglesias, a quien visitaba seguido con su carromato "La andariega" y llevaba los títeres porque sabía que los chicos la pasaban muy bien...
Por
problemas que había en el país tuvo que irse un tiempo, pero regresó unos años
mas tarde. Villafañe también era poeta y narrador, recibió infinidad de premios por
esto.
¿Compartimos un cuento?
La
vuelta al mundo
Una vez un chico que se llamaba Santiago salió de
su casa en un triciclo para dar la vuelta alrededor del mundo.
Iba pedaleando por la vereda y en el camino se encontró con un perro y un gato y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Voy a dar la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los dos?
–Sí, vengan.
Y el perro y el gato se pusieron detrás del triciclo.
Santiago siguió pedaleando y se encontró con un gallo, un conejo y un caracol y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los tres?
–Sí, vengan.
Y el gallo, el conejo y el caracol se pusieron detrás del perro y el gato que iban detrás del triciclo.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En el camino se encontró con una hormiga, una vaca, un grillo y una paloma y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los cuatro?
–Sí, vengan.
Y la hormiga, la vaca, el grillo y la paloma se pusieron detrás del gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En una curva se encontró con un camello, una tortuga, un caballo, un elefante y un pingüino y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los cinco?
–Sí, vengan.
Y el camello, la tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se pusieron detrás de la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago siguió pedaleando y de pronto frenó el triciclo. Se detuvo para ver un charco que había hecho la lluvia y dijo:
–Es un río que está buscando barcos.
Y el perro, el gato, el gallo, el conejo, el caracol, la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el camello, la tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se detuvieron y miraron el río que había hecho la lluvia.
Santiago puso el triciclo en marcha y se encontró con una jirafa, un loro, un cordero, un león, un mono y una cigüeña y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los seis?
–Sí, vengan.
Y la jirafa, el loro, el cordero, el león, el mono y la cigüeña se pusieron detrás del camello, la tortuga, el caballo, el elefante, el pingüino, la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago siguió pedaleando y frenó el triciclo para ver un molino. Todos miraron el molino.
–Está quieto –dijo el caballo–. No mueve las aspas.
–No mueve las aspas porque no hay viento –dijo el gallo.
–Es inútil –se lamentó la hormiga–. Por más que me ponga en puntas de pie jamás podré ver un molino. Está muy alto.
Y la jirafa le dijo a la hormiga:
–Lo verás subiéndote sobre mi cabeza.
La jirafa inclinó el cuello y apoyó la cabeza a un lado del triciclo: la hormiga avanzó unos pasos y subió por la frente de la jirafa. Entonces la jirafa levantó el cuello y desde lo alto exclamó la hormiga:
–¡Qué hermoso es un molino! Nunca había visto un molino.
La jirafa encogió el cuello, bajó la cabeza a ras del suelo y la hormiga volvió a pisar la tierra. Y cuando la hormiga se puso en fila, detrás de la vaca, Santiago siguió pedaleando y al llegar a la puerta de su casa frenó el triciclo y dijo:
–Hemos dado la vuelta alrededor del mundo.
Y allí se despidieron. Unos se fueron caminando; otros, volando.
Santiago entró en su casa. Había dado la vuelta alrededor de la manzana.
FIN
Iba pedaleando por la vereda y en el camino se encontró con un perro y un gato y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Voy a dar la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los dos?
–Sí, vengan.
Y el perro y el gato se pusieron detrás del triciclo.
Santiago siguió pedaleando y se encontró con un gallo, un conejo y un caracol y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los tres?
–Sí, vengan.
Y el gallo, el conejo y el caracol se pusieron detrás del perro y el gato que iban detrás del triciclo.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En el camino se encontró con una hormiga, una vaca, un grillo y una paloma y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los cuatro?
–Sí, vengan.
Y la hormiga, la vaca, el grillo y la paloma se pusieron detrás del gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago pedaleaba y el triciclo iba a toda velocidad. En una curva se encontró con un camello, una tortuga, un caballo, un elefante y un pingüino y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los cinco?
–Sí, vengan.
Y el camello, la tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se pusieron detrás de la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago siguió pedaleando y de pronto frenó el triciclo. Se detuvo para ver un charco que había hecho la lluvia y dijo:
–Es un río que está buscando barcos.
Y el perro, el gato, el gallo, el conejo, el caracol, la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el camello, la tortuga, el caballo, el elefante y el pingüino se detuvieron y miraron el río que había hecho la lluvia.
Santiago puso el triciclo en marcha y se encontró con una jirafa, un loro, un cordero, un león, un mono y una cigüeña y le preguntaron:
–¿A dónde vas, Santiago?
Y Santiago respondió:
–Estoy dando la vuelta alrededor del mundo.
–¿Podemos ir los seis?
–Sí, vengan.
Y la jirafa, el loro, el cordero, el león, el mono y la cigüeña se pusieron detrás del camello, la tortuga, el caballo, el elefante, el pingüino, la hormiga, la vaca, el grillo, la paloma, el gallo, el conejo y el caracol que iban detrás del perro y el gato.
Santiago siguió pedaleando y frenó el triciclo para ver un molino. Todos miraron el molino.
–Está quieto –dijo el caballo–. No mueve las aspas.
–No mueve las aspas porque no hay viento –dijo el gallo.
–Es inútil –se lamentó la hormiga–. Por más que me ponga en puntas de pie jamás podré ver un molino. Está muy alto.
Y la jirafa le dijo a la hormiga:
–Lo verás subiéndote sobre mi cabeza.
La jirafa inclinó el cuello y apoyó la cabeza a un lado del triciclo: la hormiga avanzó unos pasos y subió por la frente de la jirafa. Entonces la jirafa levantó el cuello y desde lo alto exclamó la hormiga:
–¡Qué hermoso es un molino! Nunca había visto un molino.
La jirafa encogió el cuello, bajó la cabeza a ras del suelo y la hormiga volvió a pisar la tierra. Y cuando la hormiga se puso en fila, detrás de la vaca, Santiago siguió pedaleando y al llegar a la puerta de su casa frenó el triciclo y dijo:
–Hemos dado la vuelta alrededor del mundo.
Y allí se despidieron. Unos se fueron caminando; otros, volando.
Santiago entró en su casa. Había dado la vuelta alrededor de la manzana.
FIN
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