Cuando era estudiante de la carrera de Letras en la UNIVERSIDAD NACIONAL
DE CÓRDOBA, allá por los años setenta, tuve el privilegio de tener algunos
docentes increíbles: desde Adolfo Prieto[1]
en lingüística, pasando por la gloriosa “Malicha” Leguizamon[2],
el querido Iber Verdugo[3]
y hasta el propio Jorge Luis Borges[4],
quien nos dictó un seminario de Literatura Argentina. De cada uno de ellos pude
aprender infinidad de cosas, esos secretos que hoy deseo compartir con ustedes
mis queridas y queridos futuros colegas:
Es bueno saber cuando hay que detenerse, mirar a los estudiantes, medir el
clima de la clase, hacer algún comentario para desestructurar el ambiente. La educación no es
sólo una cuestión de contenidos. Recuerden siempre que estamos formando personas.
Por eso no es bueno atiborrar a un grupo con un montón de conceptos diferentes. Es preferible dar lo
justo y necesario y estar seguros que los alumnos metalizaron la idea antes
de seguir con otra. Para no tener problemas lo mejor es establecer con cada
grupo acuerdos mínimos y en lo posible por escrito así nadie se olvida..( y cuando digo nadie incluyo desde luego al docente) Otra cuestión básica es compartir, no
invadir, acompañar. Nunca perder el humor, los estudiantes no tienen la culpa
de nuestra vida privada y desde luego el juego, lo lúdico, la alegría de construir
experiencias y conceptos esa es la gran clave... Nunca piensen que ya saben todo, cuando llegue ese momento deben alejarse de la docencia porque si creemos eso ya no vamos a poder aprender y les aseguro que un docente es alguien que siempre, siempre, siempre debe seguir estudiando!! Mi bendición mis queridos jóvenes y los felicito una vez más por haber elegido esta profesión que tanto tiene que ver con la entrega!!!
[1] Doctor en Filosofía recibido en la Universidad de Buenos
Aires (1953). Profesor de Investigaciones de Posgrado de la Universidad de
Florida, Gainesville. Profesor visitante de Literatura Latinoamericana de la Universidad de
California, San Diego y Profesor de la misma materia en la
Universidad de Rosario Antes de la dictadura tuvo a su
cargo la Cátedra
de Lingüística en la UNC.
Decano de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad del
Litoral. Creador de la revista Contorno, junto con otros intelectuales.
[2] Profesora de letras hispanoamericanas, pionera de la literatura infantil
y viajera incansable, apostó al estímulo constante de las producciones
literarias e intelectuales a partir de ideas renovadoras en el campo de la
literatura y la docencia. En 1988, se convirtió en la primera mujer en alcanzar
el título de profesora emérita en la UNC.
[3] Brillante, lleno de
ternura y humor, llegó a ser el Director de la carrera de Letras, aún hoy me sorprendo imitándolo, aunque nunca voy a llegar a la suela de sus zapatos... mi homenaje al Dr. Iber H. Verdugo
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