Apenas un par de semana de clases los niños se estaban
todavía adaptando a la maestra, a la sala y de repente todo cambió, nos vimos
involucrados en una suerte de “distopia” sin ni siquiera tener opción para reflexionar.
Lo cierto es que hoy tenemos a los pequeños en casa, no
todos cuentan con grandes espacios, patios, terrazas o pasillos interminables.
A los más chicos no se les permite ni dar una vuelta manzana y todo eso
repercute y deja huella en los más pequeños así que no deben extrañarse si hay
variaciones en el carácter de los más chicos.
En nuestro libro Y DE PRONTO LA VIDA hablamos largamente de
lo que significa una sociedad adulto céntrica que no tiene para nada en cuenta
los deseos y las necesidades del niño, pero si están leyendo este artículo son
padres comprometidos y preocupados por los bajitos.
En primer lugar, van a tener que ampliar su cuota de
paciencia. ¡Sí lo sé! No resulta fácil estar encerrados y aplicar el protocolo
de ingreso y egreso a sus casas y luego llegar con las compras y tomar todas
las precauciones para evitar el contagio.
Del mismo modo que ustedes tienen inestabilidad emocional
en estos días, los niños atraviesan altibajos. Son muy permeables y sensibles y
más que nunca necesitan que ustedes estén disponibles porque ellos presienten
que algo extraño, muy extraño pasa. Debido a su edad no pueden conectrse
solitos como el resto de los hermanos o mortales así que están aún más aislados, si los ven a
ustedes todo el tiempo manipulando el celular es lógico que se angustien.
Es importante que respeten sus horarios y que las criaturas
no entren en ningún tipo de caos, al menos sus horarios será algo que no sufrió
modificaciones.
Acompañarlos no significa que por estar en crisis vamos a
dejar de lado las reglas por eso me parece importante referirme a los distintos
tipos de no.
No contundente:
Siempre
el adulto tiene que marcar que hay un tono, una palabra que puede ser no u otra
para poner de manifiesto el peligro. Solía decirles a las docentes en formación
que si un niño estaba por morder a otro tenía que actuar como si hubiese
peligro de vida o muerte y no incurrir en ningún tipo de explicación. Es el no que corresponde si el
pequeño trata de tocar el fuego, o intenta girar una perilla de la cocina.
No con
negociación: Se trata de
poder ofrecer otras opciones, si el pequeño toma las planillas de mi
trabajo para dibujar no se lo puedo permitir pero tengo que ofrecerle otra
opción, en general los niños se adaptan fácilmente a nuevas propuestas.
No con
elección: Es muy común que algunos padres y madres
consideren que para general autonomía debo permitirle que elija, eso es un
error. Además de una enorme presión para la criatura, un pequeño que está
construyendo su personalidad puede tener como máximo tres opciones de otro modo
entrarán en estado de confusión.
Es importante que consideren que en estos tiempos de
cuarentena sus hijos/hijas pueden tener ciertas regresiones, ellos –igual que
ustedes- sufrieron demasiados cambios.
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