UN CAMINO HACIA LA FORMACIÓN DE LECTORES
La promoción de la lectura es parte de
una tarea continua y comprometida, en la que se deben poner libros y propuestas
de lectura al alcance de todos. En este sentido, es nuestra función
trabajar para desarrollar proyectos que
sostengan la importancia de la lectura como vínculo de integración social y
cultural; que posibiliten la formación de lectores de todas las edades,
fomentando prácticas de lectura y de acceso al libro
Recordemos las palabras de Graciela Montes: “Leer
es construir sentido.
Se trata de una instancia fundacional
del ser humano que trasciende ampliamente la operación de descifrar un código
escrito. La lectura, como práctica social y cultural, es una experiencia que se
va desarrollando en el límite entre lo íntimo y lo público: somos lectores y
somos formadores de lectores, leemos para nosotros y leemos para los otros”
Por todo esto, y parafraseando lo dicho
por Graciela Montes, tenemos que pensar en la
GRAN ocasión y el
espacio para la lectura en distintos ámbitos que se presentan como los más
oportunos para el contagio de la pasión por los libros y la literatura: el
hogar, la biblioteca y la escuela.
Alcanzar una competencia lectora es
tarea de toda una vida, pero las bases se sientan de manera especial en los primeros años de vida y durante el
transcurso de la etapa escolar. Incorporar libros y literatura a la vida
cotidiana y disfrutarlos es, una práctica fundacional en la vida del ser
humano, en la que todos podemos ser protagonistas.
Ahora bien, ¿Cuáles son los cuatro
pilares que consideramos fundamentales en la promoción de la lectura?
La lectura como una experiencia
cultural. Concebida también de ese modo al
interior de la escuela, tiende a desprenderse del concepto de leer con fines
pedagógicos y la sitúa entre las prácticas cotidianas como una actividad
cargada de múltiples sentidos.
El rol activo y fundamental de los
adultos como transmisores y multiplicadores de lecturas. La
promoción de la lectura en los primeros años de vida y durante el período
escolar es una tarea que implica la presencia y compañía de adultos cercanos
que puedan poner al alcance de los chicos una rica variedad de libros y
literaturas, y los acompañen en la construcción del camino lector, compartiendo
tiempos, espacio y pasión por la lectura. Nada como un lector para contagiar a
otro, y por eso es fundamental que los adultos también puedan posicionarse en
esta tarea como lectores libres, autónomos y comprometidos.
La lectura como práctica y acción
social. La lectura, aun cuando se haga de
manera individual, es una práctica social que nos vincula de múltiples maneras
con otras personas: no solo a través del libro nos encontramos con otras vidas,
con autores clásicos y contemporáneos, sino también con otros lectores. Así, los
momentos de lectura compartida, el tiempo de lectura entre lectores, es
el que propicia los acercamientos más significativos entre los niños y los
libros.
El respeto por el libro como objeto
transmisor de cultura y motor de la imaginación.
En tanto objeto, el libro tiene una importancia material que lo pone al alcance
de los niños, independientemente de función pedagógica. Como portador de
cultura y como impulsor de un universo del cual los niños pueden obtener una
enorme base simbólica, lúdica, motivadora.
¿Qué deberíamos proponernos?
Tenemos que ponernos a pensar en un
PROYECTO ÁULICO O INSTITUCIONAL que
contribuya a FORMAR LECTORES… ¿Qué se les ocurre?
Esta es la idea de nuestro trabajo
final así que manos a la obra, que nada los detenga.
Recuerden que lo primero será pensar un
corpus, recuerden también que USTEDES DEBEN TENER LEÍDO ESE CORPUS, aprovechen
las lecturas que hicieron en otras instancias curriculares y sumen lecturas. Piensen en un eje, una
temática, un motivo, tengan cuidado de no caer en lo DIDÁCTICO, nuestro
objetivo es formar lectores y no que éstos detesten la literatura. Lean el
material bibliográfico para armar una fundamentación convincente.
Piensen que es importante:
- Generar, dentro del ámbito escolar, espacios de encuentro con los libros a partir de los cuales tanto niños como adultos puedan vivir la experiencia de la lectura como una experiencia de vida.
- Ofrecer un proyecto que pueda ser llevado adelante dentro de la escuela y por los propios integrantes de la comunidad educativa, propiciando la formación de lectores inquietos, críticos y autónomos.
- Poner la lectura en el centro de la escena como base para el encuentro, el diálogo, el intercambio, la construcción de sentidos, la construcción de uno mismo y de la sociedad.
- Rescatar los saberes previos, la historia familiar, piezas fundamentales que nos dan una lectura del mundo y a través de las cuales vamos formando nuestro propio relato.
- Acercar propuestas para que los bibliotecarios puedan desplegar en sus espacios de trabajo distintas estrategias que acompañen a los chicos en el ingreso y tránsito por el mundo de los libros.
- Plasmar el recorrido lector en una actividad comunitaria y multiplicadora.
Dejen
volar su imaginación, sean originales, audaces, ocupen espacios diferentes al
aula, trabajen la lectura en voz alta y también la lectura silenciosa , la exploración de libros, piensen en disparadores
para investigar, piensen también en la escritura que es la otra cara de la
lectura, en las propias historias familiares, en propuestas lúdicas, plásticas
o recreativas. Todo lo que parte de un libro y lleva de distintas maneras a los
niños a disfrutar de la lectura, favorece su crecimiento y un desarrollo más
pleno de los procesos lectores. Y esto vale no solo para los niños: el acto de
leer, cuando es vivido como experiencia estética y vital conecta, sin
importar la edad, con una común
humanidad. Recuerden que los grandes temas de la literatura pasan por
el dolor y el amor, por la condición humana, por esa insoportable idea de
nuestra propia finitud.
Hay
que propiciar el contacto de los niños con los textos en situaciones diversas,
cargadas de sentidos también variados.
Hasta nuestro próximo encuentro
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