Analizamos
la enorme importancia de los MITOS como el origen de un tiempo anterior a la
existencia del hombre mismo.
Dijimos
además, que los mitos son narraciones fundamentales, en tanto que responden a
las preguntas básicas de la existencia humana: por qué el hombre y el mundo que
lo rodea son como son.
Pero
avancemos hoy en esos conceptos y veamos qué dicen algunos importantes y
reconocidos investigadores.
Según
MIRCEA ELIADE[i], el mito es una historia
sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en
el que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la
naturaleza que se repiten periódicamente se explican como consecuencia de los
sucesos narrados en el mito. Sin embargo, no todos los mitos se refieren a un
tiempo "primero", también pueden abordar sucesos acontecidos después
del origen, pero que destacan por su importancia y por los cambios que
trajeron.
Según
la visión de Lévi-Strauss, antropólogo estructuralista, todo mito tiene tres
características:
•
Trata de una pregunta existencial, referente a la creación de la Tierra, la
muerte, el nacimiento y similares.
•
Está constituido por contrarios irreconciliables: creación contra destrucción,
vida frente a muerte, dioses contra hombres o bien contra mal.
•
Proporciona la reconciliación de esos polos a fin de calmar nuestra angustia.
El
psicoanalista estadounidense Rollo May distingue tres funciones esenciales del
mito:
·
La
explicativa
·
La de significado
·
La pragmática.
Las tres funciones se suelen combinar de
manera constante.
La función explicativa se refiere a que los
mitos explican, justifican o desarrollan
el origen, razón de ser y causa de algún aspecto de la vida social o
individual. Por ejemplo, el mito griego que narra cómo se originó el mundo del
"Caos" o la historia del Génesis que explica el nacimiento de la
mujer a partir de la costilla del primer hombre.
La función pragmática del mito implica que los
mitos son la base de ciertas estructuras sociales y acciones: así, un mito
puede marcar una línea genealógica y determinar quiénes pueden gobernar o no.
Gracias a esta función, los mitos especifican y justifican por qué una situación
es de una manera determinada y no de otra.
Finalmente,
la función de significado se refiere a que los mitos otorgan consuelo y calma y
proporcionan una finalidad a la vida de los individuos. Tal es el caso de los
mitos que hablan de la vida tras la muerte o describen procesos de sufrimiento,
coronados con la victoria. Por tanto, los mitos no son historias alejadas de la
persona, sino que funcionan como un asidero existencial.
QUÉ ES UNA LEYENDA?
Una leyenda es una narración
ficticia, casi siempre de origen oral, que apela a lo maravilloso. Una leyenda,
a diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso y se
centra menos en ella misma que en la integración de este elemento en el mundo
cotidiano o la historia de la comunidad a la cual pertenece. Contrariamente al
cuento, que se sitúa dentro de un tiempo ("érase una vez...") y un
lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás y no volverás) convenidos e
imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente en un lugar y un tiempo
precisos y reales; comparte con el mito la tarea de dar fundamento y
explicación a una determinada cultura, y presenta a menudo criaturas cuya
existencia no ha sido probada (Por ejemplo Sirenas)
¿QUÉ ES UNA SAGA?
Según señalaba nuestro Jorge Luis
Borges:
Este arte empezó siendo oral, oír
cuentos era uno de los pasatiempos de las largas veladas de Islandia. Se creó
así, en el siglo X, una epopeya en prosa: la sag. La palabra es afín a los
verbos sagen y say (decir, y referir) en alemán e inglés.
Hubo discusión sobre el origen de
las sagas. Mientras que se veía las sagas como nacidas en la oralidad y la
tradición popular, hoy se entiende más comúnmente que el origen de la saga se
encuentra en la confluencia de la hagiografía (RELATO DE VIDAS DE SANTOS) y la
historiografía.(REGISTRO ESCRITO DE LA HISTORIA)
También, con el nombre de saga,
se conoce en el mundo literario contemporáneo, a un conjunto de narraciones,
habitualmente del género novelesco, entrelazadas mediante un argumento central,
lo que da origen a un universo literario, universo en el cual llegan, en
ocasiones, a escribir otros autores aparte del original. Como ejemplo, El Señor
de los Anillos, de Tolkien (un conjunto de tres novelas del género fantástico),
y las heptalogías (SAGA CONFORMADA POR SIETE ENTREGAS) de Las Crónicas de
Narnia de C. S. Lewis, y Harry Potter de J. K. Rowling, novelas del género
fantástico.
¿QUÉ ES UN CUENTO DE HADAS?
En principio los CUENTOS DE HADAS
difieren de las sagas y de los mitos en que no hay en ellos ningún elemento histórico.
Se desenvuelven en un mundo de fantasía exento de las limitaciones temporales,
esto se relaciona con su carácter esencialmente sobrenatural y con los poderes
de transformación que describen. Humanos, pájaros, insectos, peces, todos tiene
la misma capacidad de transformación, vale decir, pueden cambiar su apariencia
sin perder su esencia. Personas o cosas pueden volverse inanimados y
convertirse en piedras. Todo es posible. Un héroe o heroína pude morir y volver
la vida sin ningún problema, porque los cuentos de hadas se caracterizan por un
final justo, o un final feliz, aunque también puede presentar un final abierto.
En este género prevalece el
optimismo, desde el principio se sabe que va a triunfar el bien y la buena
voluntad. El héroe y la heroína deberán sortear una serie de pruebas pero
finalmente lo lograrán y vivirán felices para siempre.
Este tipo de relatos llenan las
más profundas necesidades imaginativas y espirituales del niño. En ellos se
pone de manifiesto la lucha interna del ser humano por encontrar su verdadero
mundo: su ser interior.
Cada país, cada cultura tiene sus
propias tradiciones de hadas buenas y brujas, seres benéficos o malvados y al
igual que los grandes mitos, los cuentos de hadas obedecen a las tradicionales
leyes del simbolismo. Al respecto dice MIRCEA ELIADE: “Todo hombre desea
atravesar experiencias peligrosas y enfrentar pruebas excepcionales que le
sugieran su camino al otro mundo. Todas estas experiencias puede tenerlas en su
mundo imaginativo, oyendo o leyendo cuentos de hadas.” Por eso su encanto no
terminará jamás.
Los
cuentos tradicionales infantiles derivan de relatos populares, anónimos y
orales -cuyo origen es muy difícil precisar- que circulaban entre el
campesinado desde tiempos inmemoriales. No eran considerados entonces relatos
exclusivamente infantiles, pues sus destinatarios eran tanto los niños como los
adultos. Para la cultura occidental, la literatura infantil nace cuando los
relatos
orales
del folklore medieval europeo son fijados por la escritura, a partir de
recopilaciones tales como las de Charles
Perrault, quien hacia fines del siglo XVII y principios del XVIII publica Los
Cuentos de Mamá Oca, que incluyen varios de los clásicos más conocidos, tales
como “La bella durmiente del bosque”, “Cenicienta” y “Caperucita Roja”.
Igualmente importantes fueron los Cuentos de niños y del hogar de los hermanos
Grimm (a principio del siglo XIX), las recopilaciones de cuentos rusos de
Afanasiev.
Si
examinamos la trama de la mayoría de estos relatos, es difícil determinar
cuánto ha sido aportado por el material folklórico originario y cuánto por la
inventiva de sus recopiladores. Algunos de ellos, como Afanasiev muestran un apego más filológico a los
originales, otros como Perrault y los hermanos Grimm recrean más o menos
libremente los relatos de tradición oral.
En
este devenir, el género sufrió algunas transformaciones. Las primeras versiones
–inclusive las de Perrault- conservan la crudeza que era propia de los textos
folklóricos orales. En ellas abundan los abandonos y maltratos de niños, los
asesinatos, inclusive las violaciones y el canibalismo.
En
la versión original de “La Bella durmiente”, por ejemplo, la princesa es
violada , abandonada y da a luz hijos ilegítimos que están en peligro de ser
devorados por una ogresa. Que los niños escucharan estas historias no
constituía problema alguno en una época en que eran vistos como adultos
pequeños y por tanto, hacían cosas tales como trabajar duramente y concurrir a
las ejecuciones públicas en las plazas. Este apego a la morbosidad que tanto
impacta a la sensibilidad contemporánea resulta muy entendible al indagar el
contexto social del que emergieron estos relatos. Sería
interesante recordar la situación
paupérrima del campesinado medieval. En
efecto, la gente vivía hacinada, cundían
las guerras y las epidemias, la población en general moría muy joven, de modo
tal que proliferaban las madrastras y los huérfanos. Los niños –que eran
testigos y víctimas de esta situación- no recibían tratamiento privilegiado
alguno.
En
las últimas décadas, los cuentos tradicionales han sido objeto de estudio de la
psicología, sociología, pedagogía y antropología, y han suscitado numerosas
polémicas en torno, por ejemplo, a la visión de la sociedad que reflejan, al
rol asignado a las mujeres, a su impacto sobre la psiquis de los niños, entre
otras. La lectura de estos relatos por parte de los niños fue enfáticamente
desaconsejada por algunos estudiosos que sostenían que, particularmente en sus
primeras versiones, podían causarles traumas y frustraciones, al originarles
temores y sufrimientos innecesarios. En contraposición, un interesante autor
Bruno Bettelheim [ii] en su obra “Psicoanálisis
de los cuentos de Hadas” hace un estudio que merece ser leído con atención.
De
hecho basaremos nuestro análisis de los cuentos tradicionales en los estudios
de este autor.
Les
habíamos pedido que leyeran “HANSEL Y GRETEL”. Seguramente habrán
observado que de acuerdo a lo que venimos diciendo en clase este cuento empieza
de una manera muy realista, los padres son muy pobres y están preocupados porque
la comida no es suficiente para todos.
Comentan entre ellos el problema y la solución es abandonar a los
niños. La figura de la madre representa
la fuente de alimento para el niño. Pero también es la madre quién pone el
límite y decide cuándo es el momento del destete. El niño vive nueve meses en el seno materno y
le cuesta mucho aceptar que no es parte de su madre y que debe ser autónomo,
crecer, ser “destetado” es muy doloroso, tiene mucho que ver con el abandono.
Todos hemos tenido que enfrentar esa situación.
En
esta historia Hansel consigue regresar a la casa paterna pero esa primera
salida no les ha permitido “crecer”, el problema, el conflicto sigue intacto,
de modo que los niños deberán hacer otra salida para lograr regresar de un modo diferente. Vale decir que
los niños para crecer deben enfrentarse a los peligros del mundo.
Sin
duda este cuento encarna las ansiedades y tareas de aprendizaje del niño quien
debe superar y sublimar sus deseos de voracidad más primitivos. La segunda vez
que salen Hansel y Gretel, el niño intenta marcar el camino con migas de pan
pero los pájaros las devoran y deberán enfrentar el duro camino del crecimiento. Cuando se creen totalmente perdidos, una
avecilla blanca los conduce hasta la casita de turrón. Esa casa representa la
voracidad oral, tema que parece recorrer de punta a punta esta historia. La bruja, al principio es amable y parece
ofrecerles todo: casa, comida, una buena cama pero su verdadera intención es
DEVORAR a los niños.
Tras
familiarizarse con “Hansel y Gretel” lectura, tras lectura los niños van
comprendiendo, al menos a nivel inconsciente, que lo que sucede en el hogar
paterno y en la casa de la bruja no son más que aspectos separados de una misma
experiencia total
“Y, cogiéndolos de la mano, los metió dentro de la casita, donde
había servida una apetitosa comida: leche con bollos azucarados, manzanas y
nueces. Después los llevó a dos camitas que estaban preparadas con preciosas
sábanas blancas, y Hansel y Gretel se acostaron en ellas, creyéndose en el
cielo.”
Sin
embargo al día siguiente la buena anciana se convierte en una bruja malvada,
así es como el niño se siente cuando se ve destruido por sentimientos
ambivalentes, frustraciones y ansiedades en el período edípico, ya la madre no
está incondicionalmente a su servicio. Veamos la importancia de la figura de
los pájaros en esta historia. Recordemos que esto cuentos se inscriben en una
época teocéntrica y que la paloma blanca siempre tuvo un significado especial
en la era cristiana, representando las fuerzas superiores positivas. Cuando los
niños han vencido a la bruja y regresan a la casa paterna encuentran otro
pájaro blanco, esta vez un pato o un cisne según la traducción que los ayuda a
cruzar el lago. Curiosamente los niños en el camino de ida no se habían
encontrado con ninguna extensión de agua. El hecho de tener que superar este
obstáculo a la vuelta simboliza una transición y un nuevo principio a un nivel
superior de existencia (como si fuera un bautismo) Hasta ese momento los niños nunca
se habían separado pero aquí aparece la necesidad de la singularidad personal,
cada uno deberá enfrentar solo esa prueba para ser independientes, para crecer.
Asimismo
es muy interesante el papel de los personajes femeninos: por un lado la
madre/bruja que los echa y por otro lado la niña Gretel que es la verdadera
salvadora. Los invito a pensar en un mito bíblico que plantea una situación
parecida.
Para
concluir veamos cuál l es la estructura del cuento tradicional
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[i] Se
considera a Mircea Eliade (1907 /1986) uno de los fundadores del estudio de la
historia moderna de las religiones. Erudito estudioso de los mitos, Eliade elaboró una visión comparativa de
las religiones, hallando relaciones de proximidad entre diferentes culturas y
momentos históricos. Su formación como historiador y filósofo lo llevó a profundizar
en mitos, sueños y visiones, escribiendo sobre el misticismo y el éxtasis. En
la India, estudió el yoga y leyó
directamente en sánscrito textos clásicos del hinduismo que no habían
sido traducidos a lenguas occidentales.
[ii] (Viena, 1903 - Los
Ángeles, 1990) Psicoanalista estadounidense de origen austríaco. Durante los
años de su formación estuvo en contacto con el sólido ambiente cultural vienés,
y especialmente con la primera generación de discípulos de Freud, de cuya
ortodoxia psicoanalítica Bettelheim no tardaría en apartarse, para destacar la
importancia del entorno educativo familiar en el equilibrio psicológico del
niño.
Después de ser internado en los campos de Dachau y
Buchenwald (era de origen judío), Bettelheim logró exiliarse a Estados Unidos
en 1939, donde fue profesor de Psicología de la Educación, director de la
Escuela Ortogénica de Chicago (1947-1973) y, desde 1963, profesor de
Psiquiatría en la Universidad de Chicago.
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