El siglo XXI se nos ofrece como un abanico de posibilidades, pero también observamos una oleada de deshumanización e individualismo que caracteriza estos tiempos tan duros que estamos atravesando. De modo que más que nunca tenemos que trabajar nuestro rol de verdaderos “partenaires”. Cabe aclarar que, cuando utilizo esta palabra tan afín con el ballet, me refiero al hecho de acompañar sin sofocar, ayudarlos a que den sus propios pasos y que sean ellos los verdaderos protagonistas.
Estoy convencida de que hoy (más que nunca)
tenemos que trabajar en equipo para eso, afortunadamente, la red es muy valiosa...
Cuando era profesora de Práctica docente les
solía preguntar a mis estudiantes ¿Cuál creen que es el propósito de un
profesor/ra de Literatura
La pregunta parecía obvia, pero no lo era.
Creo que
lo más importante es poder formar lectores. Si a un adolescente le hablo de
lecturas obligatorias seguramente no le va a gustar. Un “truco” que apliqué con
éxito era decirles a los alumnos de media que estaba dispuesta a armar mi planificación
con ellos, de modo que les pedía que se reunieran en pequeños grupos y pensaran
los temas que realmente querían profundizar dentro de la condición humana
(previa clase de hablar de que la literatura era ahondar en la condición del
ser) los jóvenes de 16 años se interesaban por el amor, la amistad, la envidia
y también por el futbol lo que yo debía hacer era tener muchas lecturas en mi
cabeza y ofrecerlas como en una especie de subasta... nunca me voy a olvidar
una chica que cuando a fin de año tuvo que elegir su libro favorito escogió a
Abel Sánchez de Unamuno, adoran a H. Hesse, se conmovían con Ensayo sobre la
ceguera de Saramago, Primavera con una esquina rota de Benedetti, y se
divertían con Italo Calvino...se emocionaban hasta las lágrimas con Lorca y
amaban los poemas de Whitman y les encantaba Sacheri o Fontanarrosa...una vez
al mes hacíamos un desayuno o una merienda literaria y allí se recomendaban los
textos, intercambiaban ideas, yo les hacía preguntas, les aseguro que la
mayoría leía y quienes no (era fácil reconocerlo) tenían que elegir una nueva
lectura y teníamos un coloquio...A través de Facebook tengo contacto con muchos
de ellos aún.. los conocimientos no se trasmiten, pero la pasión, eso llega
directo al corazón.
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