lunes, 18 de abril de 2016

A TODAS LAS COMISIONES DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE 1


 Las nanas son canciones populares, de comunicación y transmisión esencialmente orales, en las que podemos percibir casi las primeras palabras que el adulto le dice al niño. Al mismo tiempo, son un tipo de composiciones líricas populares de tradición infantil que aportan al conjunto de la poesía lírica popular sus especiales elementos temáticos y estructurales, ofreciendo además una parte interesante de la tradición cultural de la colectividad hispánica.
García Lorca[1] explica con detalle apasionado algunos de los casos en que el niño no es arrullado por su madre: «El niño rico tiene la nana de la mujer pobre, que le da al mismo tiempo, en su cándida leche silvestre, la médula del país. Estas nodrizas, juntamente con las criadas y otras sirvientes más humildes, están revalorizando hace mucho tiempo la importantísima labor de llevar el romance, la canción y el cuento a las casas de los aristócratas y burgueses.»

En general, hay que suponer que es la madre el principal actor adulto de la nana, ya que incluso en los casos en que no es ella quien arrulla, también está presente, aunque -paradójicamente- la referencia sea a su ausencia en el momento en que el niño debe conciliar el sueño. Esa ausencia casi siempre suele tener una causa que la motiva: Veamos el textoque sigue, en el cual la madre ha tenido que irse a lavar

«Duérmete, niño chiquito,
que tu madre está a lavar,
y a la noche de que venga,
la tetita te dará.»

O en esta otra nana explica que se ha ido a misa::

«Arrorró, mi niño, duerme,
que tu madre no está aquí,
que fue a misa a San Antonio,
y ya pronto ha de venir.»

O en esta otra nana vemos que  no se sabe dónde estará la madre del niño:

«Niño chiquirritito
de pecho y cuna,
¿dónde estará tu madre
que no te arrulla? »

O según se afirma en la siguiente tonada, el niño no tiene madre:

«Este niño chiquito
no tiene madre:
lo parió una gitana
lo echó a la calle.»

También hay casos en que, con toda sencillez, el niño quiere que lo duerma la arrulladora (entendiendo que no es la madre, por supuesto), aunque aquélla manifiesta su airada protesta:

«Este niño quiere
que lo duerma yo;
que lo duerma su madre,
que fue quien lo engendró.»

El emisor se apoya a menudo en determinados personajes --cuya presencia es complementaria-, con el fin de reforzar la incitación al sueño, o al objeto de hacer llegar el mensaje de un modo más estimulante, ya que el niño va a sentirse atraído -fundamentalmente- por el ritmo de la cantinela, no por su contenido.

Precisamente, la presencia de personajes de apoyo provoca que, a veces, no sea el niño en trance de dormir el interlocutor directo, aunque sí el receptor último, a quien el emisor se dirige desde la canción; es lo que sucede en la siguiente nana, en donde la arrulladora solicita la intervención de Santa Ana pretendiendo el rápido sueño del chiquillo:

«Señora Santa Ana,
carita de luna,
duerme este niño .
que tengo en la cuna.» 

En el acto de comunicación de la nana, podemos percibir -implícito- un diálogo entre el emisor (adulto / arrolladora) y el destinatario (niño). Es un diálogo en el que el destinatario no llega a intervenir prácticamente nunca, porque -sin duda- su posible respuesta -aunque no fuera verbal- no es lo que interesa o emociones.
En el ejemplo que sigue, podemos ver cómo  la arrolladora tapa la esperada amenaza con una llamada a la compasión, ya  que argumenta cansancio:


«Duérmete, niño,
duérmete, ya,
que me duelen las piernas
de tanto bailar.» 



En cambio en este caso vemos que la amenaza no se hace esperar:

«Duérmete mi negro,
cara de pambazo,
que si no se duerme
le doy un trancazo.» 


En algunas nanas, esa invitación al sueño -más o menos imperante-, está ausente, dándose lugar -en esos casos- a unos contenidos más líricos de los habituales en este tipo de composiciones:



«A la nana, nanita,
nanita, ea,
perejil y culantro
y alcaravea.» 




Hay canciones -de notable lirismo- en las que, por lo inesperado del tema y por la ausencia total de referencias propias de este género, resulta difícil entenderlas como nanas, aunque tradicionalmente se conoce su uso en el mismo contexto que las demás que no plantean este problema:


«-Pajaritos jilgueros,
¿qué habéis comido?
-Sopitas de la olla
y agua del río.» 


Como habrán podido observar las nanas son bastante ásperas, mientras que las canciones de cuna tiende a la amorosidad, veamos algunos ejemplos:


Duérmete, mi niño
Duérmete, mi sol,
Duérmete, pedazo
de mi corazón.
San José y la Virgen
y Santa Isabel
Andan por las calles
de Jerusalén,
preguntando a todos
por el niño Dios
y todos responden
que saben de él.


Arro rró mi niño
arro rro mi amor
arro rro pedazo
de mi corazón
Este niño lindo
que nació de día
quiere que lo lleven
a la dulcería
Duérmete mi niño
duérmete mi amor
duérmete pedazo
de mi corazón
Este niño lindo
que nació de noche
quiere que lo lleven
a pasear en coche.
Duérmete mi niño
duérmete mi amor
duérmete pedazo
de mi corazón



SEÑORA SANTA ANA
- Señora Santa Ana,
¿Qué dicen de vos?
-Que soy soberana
abuela de Dios.
- Señora Santa Ana,
¿ por qué llora el niño?
- Por una manzana
que se le ha perdido
debajo la cama.
- Vamos a mi quinta,
yo te daré dos:
una para el Niño
y otra para vos,
Señor San José,
Alférez mayor,
Bate la bandera,
que pase el Señor
- Señora Santa Ana,
toque la campana,
¿ por qué llora el Niño?
- Por una manzana
que se le ha caído
debajo la cama.
- Vamos a mi cuarto.
Yo le daré dos:
una para el Niño
y otra para vos.






Entre los diversos géneros del cancionero uno de los más tiernos es el de la canción de cuna, dedicada a esos niños pequeños a los que les cuesta tanto dormirse por las noches.  En todos los países y en todas las épocas de la historia, a los niños se les han contado cuentos o cantado canciones para que puedan conciliar el sueño.
Autores como Atahualpa Yupanqui, recopilador del popular tema "Duerme negrito" (con fuertes aires de nana) o el propio Cuchi Leguizamón han cultivado con éxito este género.
Y en nada les desmerece este bello tema de otro gran cantor del Paraná, como es el entrerriano Linares Cardozo, quien nos cuenta una bella historia protagonizada por un tierno gurí del litoral.  Hay que recomendar la versión de Los Fronterizos, en su album "Para Changos y chinitas",  dedicado por completo a la canción de tema infantil, como prueba de la riqueza y variedad de estilos que abarca el cancionero popular argentino. 


Noche calma sobre el río:
sueño, trabajo y querer;
ya va el pescador curtido
recogiendo el espinel

Allá en el rancho la madre
mece, con tierna emoción,
una cunita de sauce,
entonando esta canción.

          Guricito costero, duérmase.
          Si se duerme, mi amor,
          le daré chalanita de ceibo,
          collar de caracol.

El niño ya se ha dormido.
La luna salió a mirar,
hamacándose en las aguas,
por entre el camalotal.

La risa juega y el canto
parece que viene y va;
en eco dulce se pierde
por el río Paraná.

          Guricito costero, duérmase.
          Duerma, duerma mi amor.
          Crecerá junto al río, mi cielo.
          Será buen pescador.
                                                (Linares Cardozo)






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Mi foto
Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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