PRÁCTICAS DEL LENGUAJE 1 (Estela Quiroga)
Muchas veces en mis clases
insisto de lo importante que es fomentar el acercamiento entre el niño y el
adulto responsable que lo tiene a su cuidado. Ustedes van a colaborar a la
formación de criaturas a partir de los cuarenta y cinco días y deben entregar
todo el afecto y la contención que les sea posible (y más..) no nos olvidemos que estamos formando seres
humanos y que nada es más saludable que el amor. Hoy quiero compartir con
ustedes una interesante nota que fue publicada en PERFIL.COM Por
Cecilia Farré | 15/09/2012 |
CRIAR CON APEGO
Cada vez más familias
eligen la "crianza con apego"
La nueva alternativa promueve el
amamantamiento prolongado, dormir con el bebé y hasta llevarlo siempre a upa
para tener chicos más seguros e independientes.
“No le hagas upa que lo vas a
malcriar”, escucha la madre mientras devuelve una mirada de fastidio, en una
escena que se repite de manera frecuente. Sin embargo, existe una nueva
tendencia que cada vez gana más adeptos: la llamada “crianza con apego”, que
plantea un mayor contacto entre padres e hijos, en especial en los primeros
años de vida. “Es fundamental poder demostrar a los hijos que somos capaces de
interpretar y decodificar sus necesidades, satisfacerlas y estar cuando nos
necesitan. Esto les permitirá en el futuro transformarse en seres humanos más
seguros e independientes”, afirmó la puericultora Laura Krochik, especialista
en lactancia y crianza.
Así, luego de nueve meses de
vida intrauterina en un espacio que resolvía todas las necesidades, según este
tipo de crianza cuya filosofía desarrolló el pediatra Bill Sears, hay que darle
al recién nacido lo más parecido a lo que estaba acostumbrado. Para Krochik
esto es: “Contacto, upa, movimiento y alimentación permanentes. En esto
consiste una crianza con apego. Cuando le damos a un bebé lo que necesita,
lejos de malcriarlo, estamos ofreciéndole un sostén a partir del cual comenzará
a construir su emocionalidad”.
Guillermina
Wilson tiene dos hijas, Nina y Morena, de 7 y 2 años respectivamente, y cuando
se le pregunta sobre la crianza con apego responde que es la única que conoce y
a pesar de todos los libros que leyó sobre el tema, su principal guía es el
instinto. “Las veía muy chiquititas y sentía que necesitaban mi calor”,
recordó, y por eso recurrió mucho al fular –una tela que permite llevar al bebé
cerca del cuerpo en distintas posiciones– hasta que su espalda pudo soportarlo.
“También usé el cochecito, no hay que ser fundamentalista”, aclaró.
La
lactancia, además de los beneficios para la salud, es otra manera de generar
apego y debe ser “a demanda”, sin imposición de horarios ni de duración de las
tomas. Como mínimo debe asegurarse durante los primeros seis meses, y si es
posible hasta los dos años, aunque el español Carlos González, exponente de la
crianza con apego, considera que puede extenderse hasta los seis años (ver
recuadro).
De
todos modos, el mercado laboral no parece comprender los beneficios de la
lactancia. “Es difícil de mantener con 45 días de licencia. Hay madres que
trabajan ocho e incluso más horas, se sacan la leche en un baño y lo intentan,
aunque es bastante complicado”, señaló la psicóloga social Julieta Saulo, quien
cría a su hija bajo la filosofía del apego y coordina la asociación de madres
Las Casildas. “Hay mujeres que no quieren o no pueden elegir la lactancia. Hay
otras formas de generar apego. Es tener una mirada de empatía con los
chicos”. Krochik considera que si bien hay cada vez más grupos en los que
se fomenta la crianza con apego, en la sociedad “las madres aún son blanco de
encendidas críticas si atienden con rapidez al llanto del niño, si practican el
colecho o si amamantan prolongadamente a su hijo. Todo esto y más es
considerado, sin dejar lugar a réplica”. Sin dudas, las decisiones sobre
cuestiones que hacen a la crianza generan discusiones, incluso en una misma
familia. “La crianza es una cuestión cultural y compleja porque intervienen
muchos factores. La crianza con apego puede ser muy buena para los padres que
creen que lo es”, concluyó Busaniche.
“Los padres comparten muy poco tiempo
con sus hijos”
“Vivimos
en una sociedad en la que los padres pasan muy poco tiempo con sus hijos”,
dispara el pediatra español Carlos González, uno de los principales
exponentes de habla hispana de la crianza con apego. “Los niños hoy están nueve
horas al día en la escuela, separados de sus papás. Eso no había ocurrido antes
y no es bueno para los chicos”, asegura el autor del best seller Bésame mucho
durante su visita a la Argentina
invitado por la
Asociación Civil Develar. “Hoy una persona se convierte en
padre porque elige tener un hijo, le hace ilusión. Ahora habría que preguntarse
qué parte le hace ilusión. ¿Trabajar más para pagarle un buen colegio o
compartir tiempo con él, criarlo?”
—¿La crianza con apego entonces es
incompatible con el trabajo?
—No, pienso que deberían existir más facilidades para la mujer. Por ejemplo, que de ser posible pueda ir al trabajo con sus hijos. Si una campesina de los Andes puede trabajar con su niño en la espalda, ¿por qué no una oficinista en Buenos Aires? Y, por otra parte, cuando eso no se puede hacer, tener más posibilidades: una licencia mayor para poder estar con el niño cuando es pequeño y luego un horario parcial.
—¿Hasta cuándo se debe amamantar a un niño?
—La lactancia materna debe ser a demanda, no importa si el niño tiene seis años. Cuando una madre da el pecho, el médico la orienta, le dice tanta cantidad de leche cada tres horas. Pero si a la media hora el niño se pone a llorar porque tiene hambre hay que volver a darle el pecho. Lo que sucede es que se ha extendido esa creencia machista de que las madres son todas tontas. Y los médicos que escriben libros para explicar cómo ser madre.
—¿Y el colecho?
—Mi posición es que compartir la cama con el bebé es una decisión de los padres, ellos tienen el derecho a decidir lo que más le conviene y hasta la edad que les dé la gana.
—¿Cómo poner límites?
—Todos los padres saben cómo hacerlo. Si tu hijo quiere comer un chicle, le dices que no porque le hace mal a los dientes. Pero sabes que puedes ceder, negociar. En cambio, si tu hijo quiere beber vino, por más que llore no vas a ceder. Ahora, si un padre piensa que ceder en un chicle es como ceder en el vino, es un fanático.
—No, pienso que deberían existir más facilidades para la mujer. Por ejemplo, que de ser posible pueda ir al trabajo con sus hijos. Si una campesina de los Andes puede trabajar con su niño en la espalda, ¿por qué no una oficinista en Buenos Aires? Y, por otra parte, cuando eso no se puede hacer, tener más posibilidades: una licencia mayor para poder estar con el niño cuando es pequeño y luego un horario parcial.
—¿Hasta cuándo se debe amamantar a un niño?
—La lactancia materna debe ser a demanda, no importa si el niño tiene seis años. Cuando una madre da el pecho, el médico la orienta, le dice tanta cantidad de leche cada tres horas. Pero si a la media hora el niño se pone a llorar porque tiene hambre hay que volver a darle el pecho. Lo que sucede es que se ha extendido esa creencia machista de que las madres son todas tontas. Y los médicos que escriben libros para explicar cómo ser madre.
—¿Y el colecho?
—Mi posición es que compartir la cama con el bebé es una decisión de los padres, ellos tienen el derecho a decidir lo que más le conviene y hasta la edad que les dé la gana.
—¿Cómo poner límites?
—Todos los padres saben cómo hacerlo. Si tu hijo quiere comer un chicle, le dices que no porque le hace mal a los dientes. Pero sabes que puedes ceder, negociar. En cambio, si tu hijo quiere beber vino, por más que llore no vas a ceder. Ahora, si un padre piensa que ceder en un chicle es como ceder en el vino, es un fanático.
2 comentarios:
Una nota muy interesante para los que estan de acuerdo con la teoria del Apego. Aparte comparto lo mismo lo que dicen los especialistas. Espectacular
Concidero que son interesantes las propuestas del pediatra Carlos Gonzáles. El mercado laboral debería otorgarle a la mujer mayores facilidades, ya que es imprescindible que el bebé pueda ser amamantado y comparta momentos con su madre, fortaleciendo el vínculo. Estoy de acuerdo con que se le debe dar el pecho a demanda, ya que él es el que nos comunica, a través del llanto, cuando tiene hambre. Debemos comprender además que tener contacto físico con el niño NO es malcriarlo, es atender a su necesidad de afecto y contención.
Mariela del Brío, Lunes T.M., Sara C. de Eccleston.
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