Muchas veces uno
no encuentra las palabras y al leer descubre que otro, un poeta, un escritor lo
ha logrado, entonces nos apropiamos de esas palabras porque son esas y no
otras, y en ese orden, de esa manera, por tal razón, me voy a tomar la licencia
de transcribir un interesante texto de Guillermo Saavedra[1] que
vale la pena compartir:
“…Si me
preguntan cómo y por qué la aventura de leer fue para mí la más crucial, no
tengo más remedio que convocar algunos episodios luminosos de mi infancia. Tal
vez no expliquen nada pero pueden invitar a otros a buscar sus propios senderos
hacia el jardín de los libros.
Antes que nada, había un cuarto, en la noche
espesa y larga de varios inviernos, en el barrio de Pompeya (…) en esa casa,
los libros ocupaban el hueco generoso de una alta puerta clausurada (…) En esa
puerta estaba condensada la literatura universal. Clásicos y argentinos, en las
inolvidables ediciones de Eudeba y de Centro Editor de América Latina; westerms
y policiales, en ediciones muy baratas, de bolsillo y todas las aventuras
posibles tras las hepáticas portadas de la colección Robin Hood o bajos las
durísimas tapas de la colección Iridium de Kapelusz. En este laberinto
concentrado, mi padre fue el Virgilio que me guiaba, mientras se iba guiando, a
veces a tientas y a sí mismo. Y cuando en algún momento creyó conveniente que
yo me aventurara por las mías, su sola precaución fue colocar los libros menos
apropiados en los estantes más altos de esa puerta biblioteca. Por lo demás
dejaba que yo me tropezara alegremente con Kafka,
Gombrowicz, con Borges, con Bradbury y Louisa M. Alcott.
(…) No sé si mis padres y mi hermana tienen
idea del don que me entregaron al enseñarme a cantar, a contar, a leer y a
escribir las palabras capaces, capaces de describir y reinventar el mundo. Lo
cierto es que desde que lo hicieron yo vivo más ancho, menos solo y tan
agradecido.”
Deseo que este
texto les proporcione, igual que lo hace conmigo, cada vez que lo releo la
magia del recuerdo. Este no es un
espacio para revelarles detalles de mi vida, así que me limitaré a decir que
tuve una infancia rodeada de libros, de lecturas a la hora de la siesta en mi
casita del árbol, envuelta en un profundo olor a naranjas tibias me convirtió
primero en una lectora desordenada y compulsiva, después en una mediadora
consciente de su trabajo como tal.
Este texto no
tiene grandes pretensiones, la idea es distendernos e intentar:
·
Reflexionar sobre la lectura literaria
·
Tomar conciencia de nuestro papel como
mediadores
·
Reconocer la importancia del rol del
bibliotecario (o docente que debe llevar adelante dicho rol) y del espacio
biblioteca.
·
Sugerir la posibilidad de construir Proyectos
institucionales que nos permitan incentivar cada vez más la lectura.
La idea es
hacerse muchas preguntas, e intentar buscar algunas respuestas entre todos.
Aprovechar esta oportunidad para descubrir juntos más posibilidades entre los
espacios existentes.[2]
Nadie se atrevería a dudar de la importancia
de la literatura, todos sabemos que su presencia en la escuela actúa, entre muchas otras cosas, en la democratización de la
enseñanza, en la construcción de la inteligencia, de la creatividad, la
sensibilidad, la imaginación, pero más allá de todo esto es el único ejercicio intelectual que promueve estas
facultades en forma simultánea.
Leer sirve para
descubrir, para integrarse a un mundo en el que la comunicación adquirió un
protagonismo que supera cualquier expectativa, hoy por hoy estamos sumergidos
en un espacio cibernético en el que las imágenes desfilan de un modo
vertiginoso, por lo tanto, es cada vez
más necesario tener capacidad para seleccionar, recortar, jerarquizar y este
ejercicio lo puede llevar a la práctica únicamente alguien que haya transitado
los caminos de la lectura literaria, que desde ya es la “madre” de todo tipo de lectura. Desde las canciones
de cuna hasta los cuentos tradicionales, desde las novelas de aprendizaje,
hasta las desopilantes aventuras en islas desconocidas, desde el relato de la
abuela, hasta los cuentos de terror alrededor del fogón de algún campamento,
desde la lectura de los primeros poemas de amor, siempre será el libro el que
nos abra senderos, pero el libro se busca, no se impone, es una suerte de
llamado que requiere de un vocero, de un maestro o maestra que nos inicia, que
nos posibilita transitar ese espacio mágico y placentero. Esta maravillosa
empresa no se puede llevar adelante si no hay un docente que oficie como
modelo.
Cuando se cuenta
una historia, afloran no sólo las palabras e imágenes, sino también las emociones.
Al compartir un cuento con niños y niñas
se echa a andar un proceso que va más allá de la lectura, se crean
vínculos, se construyen lazos afectivos.
En el principio era la palabra
La literatura de
tradición oral comparte un sustrato común de materiales literarios
infinitamente trasvasados y reutilizados. Los estudios folclóricos y literarios
han mostrado y clasificado de múltiples maneras la permanente presencia de
relaciones intertextuales entre la
literatura épica, los mitos religiosos y el folclore. Pensemos cuántas veces
aparece el motivo de la ocultación del héroe durante su primera infancia,
tomemos como ejemplo la historia de Moisés, o la del Rey Arturo o la de la mismísima Blancanieves, o el caso de una parte
del cuerpo vulnerable, como el talón del gran Aquiles, el corte del cabello de
Sansón, que también va a repetirse en
otros relatos. Por lo tanto, cuanto más
les narremos o leamos estos textos, a nuestros niños y niñas, más posibilidades de armar relaciones
intertextuales van a tener, porque como dice Graciela Montes el lector se va
construyendo lectura a lectura, se va apropiando de tramas cada vez más
complejas y sutiles y esto constituye la clave en la historia de cualquier
lector que se precie de tal. La literatura empieza siendo oral, desde el
comienzo de la humanidad.
Dar a conocer a
los más pequeños los cuentos y obras que una comunidad considera sus clásicos
significa, ni más ni menos que compartirlos con las nuevas generaciones, re
actualizarlos. Los libros conectan a sus lectores con la tradición cultural,
nos compete a nosotros, como mediadores tamaña responsabilidad y me viene a la
mente una vieja canción tradicional “que sepa abrir la puerta para ir a jugar...”
Tenemos que atrevernos. Las palabras
dentro del orbe literario nos permiten justamente esto. Sería interesante que
cada uno de nosotros pudiese rememorar su biografía lectora, esa sensación de
conocer los Alpes junto a la pequeña Heidi[3], el
entrañable deseo de convertirse en Josephine March,[4] o
descubrir el mundo de la mano de Mr. Phileas
Fogg[5] y en
medio de esos intrincados caminos comprender cómo ciertas relaciones entre uno
y otro texto generaban en nosotros una sensación de absoluto triunfo que hacía
pensar que Sherlock Holmes[6] era
un principiante. Descubrir los mágicos motivos recurrentes nos hace sentir que
estamos encontrando las claves de un tesoro perdido, y eso, no nos engañemos,
se logra lectura tras lectura. Hay muchos recorridos posibles pero lo ideal es
partir de los clásicos, de los cuentos tradicionales y avanzar desde “La Caperucita Roja”
de Charles Perrault o de los hermanos
Grimm, a la versión de Roald Dahl[7] en su
libro “Cuentos en verso para niños perversos”, o la de nuestro colega y
escritor Pescetti[8], por mencionar solamente
algunas, lo interesante de este tipo de propuesta es justamente tener
conciencia que estamos trabajando con perspectivas ideológicas y artísticas
diferentes y que de estas lecturas se
desprende un verdadero plus de significaciones que nos van a permitir hacerles
ver a los niños y niñas la multiplicidad del juego de miradas y por qué no
instarlos a la producción, a través de las manos del maestro o de la maestra.
La literatura
tiene una perspectiva diferente de la lengua, ya que enfatiza el valor del
lenguaje, violenta el lugar común, construye imágenes audaces, es capaz de
poner en libertad voces, que surgen de la multiplicidad de puntos de vista de
un texto, genera distintas interpretaciones. Así, de esta manera, va transformando
la palabra hasta volverla intensa, imprescindible.
No podemos dejar de mencionar que, la
literatura está incluida en un contexto, nace a partir de determinadas condiciones de
producción, y desde luego este hecho jugará un importante papel en su estética.
Nosotros, como docentes somos mediadores y no tenemos
que perder de vista la especificidad de los discursos literarios. Esto implica
considerar a la literatura como arte, poder discernir un buen texto de otro que
no lo es. No podemos dejarnos engañar por textos cuyo único mérito es ser reconocidos
como productos del mercado.
Ahora bien, cuál
es la especificidad de la literatura para niños, cuáles son sus alcances, qué
es necesario brindarle al niño para ayudarlo a convertirse en un sujeto lector,
estamos obligados a plantearnos éstas y
otras cuestiones, revisar, reflexionar sobre nuestra propia relación con el
arte de la palabra y nuestra actitud como mediadores.
No será dibujando,
ni cambiando finales, ni sometiendo a los niños y niñas a un minucioso interrogatorio
como se contribuirá a formar futuros
lectores, al contrario, estas acciones no son el camino hacia el placer o la
creación, por eso lo ideal es dar el espacio para que cada uno pueda expresar
sus sensaciones, opinar, debatir, pensar, crecer, incentivar el diálogo, que no
es poco. Porque de acuerdo con lo que venimos diciendo un buen cuento siempre
lleva a otro[9].
El psicoanalista
Bruno Bettelheim[10] decía que para sentir
muchas ganas de leer un niño no necesitaba saber que la literatura le iba a
servir más adelante sino que debía estar convencido de que ésta le abriría un
mundo de experiencias.
Niños y niñas tienen que percibir que la
literatura es un arte mágico y misterioso, capaz de ofrecernos poderes y
transportarnos a lugares ignotos…
Ahora bien, para que el niño o la niña perciba eso primero
lo tenemos que percibir nosotros. Seamos claros, no se puede transmitir lo que
no se conoce. Aunque esto suene antipático, formar a un lector en el Nivel
Inicial o en el Nivel Primario implica ciertas condiciones en aquel o aquella
que va a enseñar, en la didáctica con que
va a realizar su trabajo. Por desgracia en ninguna parte de los currículos de formación se asegura que el
futuro docente ha sido incitado a convertirse en un amante de la lectura, de modo que no hay
por qué rasgarse las vestiduras cuando se escucha decir a muchos maestros en ejercicio “a mí
no me gusta leer” en un acto de absoluta sinceridad, la idea no es
asustarse sino ocuparse, porque como en todos los órdenes de la vida un lector
no nace, se hace. Siempre se está a tiempo. Eso sí, nuestra condición de mediadores nos compromete, por lo menos, a tener una buena relación con los
libros. Para conseguir esa relación entrañable con la literatura
tenemos que aprender a transitarla, no hay otro camino, para transformarse en
lector, no existe una pócima mágica, solo se trata de leer, leer y leer y
aprender a “degustar” la lectura, a “paladearla”. En este punto parece
interesante recordar que Jorge Larrosa [11], en
su libro “Escuela, poder y subjetivización” (1995) señalaba que “lo que somos, el sentido de quién somos,
depende de las historias que contamos
y que nos contaron”. Efectivamente la lectura nos pone en contacto con el
otro, a partir de ese contacto nos comunica con nosotros mismos, y este rito se
ha repetido por generaciones y generaciones hasta permitirnos construir nuestro
propio relato, somos palabra.
Leer implica un
esfuerzo, no es fácil, pero insistimos, hay algo que no debemos perder de
vista: somos mediadores, nos compete
este tema. Apuntamos, desde luego, a una lectura social, no a una lectura
meramente escolar, justamente porque tanto la lectura como la escritura son
prácticas sociales. Esto lo hace mucho más complejo, leer en la Educación Inicial
y Primaria no puede, ni debe ser una suerte de ejercicio mecánico y formal de
habilidades desconectadas del placer que implica la lectura de textos
literarios.
Los niños y
niñas logran, a través de la ficción construir “alas” y desplegarlas, por eso
tenemos que pensar acciones específicas, no podemos perder “La gran ocasión” como dice la
prestigiosa Graciela Montes (2006), en un cuadernillo de distribución gratuita que
se publicó en el marco del PLAN NACIONAL DE LECTURA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN
DE LA NACIÓN,
que sería bueno tener siempre a mano para re leer.[12]
El rito de la lectura literaria: ¿Qué
leemos? ¿Cómo leemos?
Es importante destacar que antes de decidir la
lectura de un cuento el o la docente deberá seleccionar cuidadosamente el
texto, a partir de criterios que justifiquen dicha elección. Veamos algunos de esos criterios: la
originalidad, el humor, tal vez porque está parodiando un género y eso resulta
interesante para armar una secuencia, por ciertas construcciones lingüísticas o
discursivas que piensa son importantes para reflexionar, por la calidad de las
ilustraciones en combinación con la calidad literaria, o tal vez lo selecciona
porque ha leído y disfrutado de otros cuentos del mismo autor, o por
recomendación de alguna revista especializada, como “Imaginaria”[13] o
por la indicación de algún especialista, pero lo principal es que ese cuento entusiasme a ese lector o
lectora ya que esa es la condición sine
qua non para “contagiar” el placer por la lectura, únicamente así, leer se
vuelve contagioso y eso es lo que
estamos buscando, ni más ni menos que entusiasmar y ampliar las experiencias
lectoras de los niños y niñas.
Una vez elegido
el texto tenemos que pensar en “prestarle la voz” y en este momento tendremos
que considerar que esto, lejos de ser una tarea técnica supone elaborar una
interpretación que se comunicará al auditorio infantil de un modo sutil, ya que
deberemos tomar decisiones acerca del tono de voz, los silencios, las miradas,
los gestos, los cambios de voz de acuerdo con los personajes, porque nuestra intención es generar un clima
especial que cautive a niños y niñas. Es posible que debamos establecer
acuerdos explícitos y acondicionar un espacio que favorezca la escucha atenta.
La idea de alterar el orden habitual cuando leemos, quiere decir algo,
manifiesta que, cuando leemos un cuento se inaugura un espacio diferente. Del
mismo modo cuando una maestra o maestro les comenta a los niños y niñas por qué
eligió ese texto los pequeños alumnos/as, tienen la oportunidad de conocer
cómo hace un lector experimentado para decidir qué leer. Por otra parte, la
contextualización de la obra permite crear expectativas y realizar
anticipaciones. No debemos considerar de
ningún modo este como un detalle menor, porque pensar en ciertas hipótesis de
prelectura, acertadas o no, indica una actitud activa por parte del lector y
este ejercicio favorecerá cada vez más la
comprensión lectora. La relectura de
algunos párrafos por parte del docente o la docente puede tener diferentes
propósitos, pero uno de ellos deberá ser que niños y niñas reflexionen y busquen
“pistas” cada vez más sutiles, así, la relectura pondrá, una vez más, en contacto
a los niños y a las niñas con las prácticas habituales de cualquier lector
experimentado.
Sin lugar a
dudas, cuando el maestro/la maestra sostiene situaciones didácticas de lectura
en las que diversifica cada vez más el universo literario y promueve
intercambios entre sus alumnos, lo que hace es brindar oportunidades para que
progresen como lectores, ampliando de este modo sus posibilidades de
interpretación.
Huelga decir que nos corresponde pensar
con antelación en los textos, porque esto implica imaginar preguntas, modos de presentar algunos
cuentos o ciertas novelas, construir puentes posibles entre ese texto y otros. Significa
hacer una representación provisoria de lo que vamos a hacer. No se trata sólo
de dar lugar a las voces de los pequeños
lectores/oyentes, en la medida que
conozcamos profundamente los textos, vamos a conseguir tener intervenciones
cada vez más adecuadas, que generarán interesantes respuestas y relaciones, de
otro modo estaríamos frente a una celebración acrítica de la escucha. No
debemos perder nuestra perspectiva de mediadores/ mediadoras. Debe existir una
diferencia entre un docente/una docente frente a un grupo de niños/niñas
leyendo un cuento y una tía, un hermano, una abuelita haciendo lo mismo.
El lugar en donde viven los libros
Ya que veníamos
hablando de literatura nos vamos a permitir hacer una metáfora sencilla, tan
obvia que no tiene valor literario, pero ese no es el propósito, la idea es
posibilitar cierta analogía. Imaginemos a la biblioteca como el corazón de la
escuela, se supone que el corazón juega un papel muy importante, tan importante
que debería fomentar formas creativas y
audaces de pensamiento, irradiar cultura
a un ritmo sostenido y sin pausa, y desde luego no debería detenerse, de lo
contrario la escuela correría grave
peligro. Si aceptamos esta metáfora, sería imposible pensar una escuela sin
biblioteca.
Lamentablemente
en la mayoría de los jardines no se cuenta con este espacio. Por fortuna en el
Jardín de Infancia Mitre no solo se
cuenta con el espacio sino que además
hay muchos libros (alrededor de tres mil volúmenes), por eso visitamos el
Jardín entrevistamos a la señora vicedirectora
Profesora Cecilia Román y fuimos
a conocer la biblioteca.
Le pregunto a la Profesora Román
cómo se llama la biblioteca.
Sonríe y cuenta:
“Fue un proceso muy democrático, las
salas de tres, cuatro y cinco habían elegido un nombre. Los más chiquitos “El
sapo Pepe”, los nenes de sala de cuatro “Había una vez” y los de sala de cinco
“El paseo de la Historia”.
Todos llevaron nota en el cuaderno con la propuesta.
La
comunidad entera votó. Transportistas, auxiliares, el personal que atiende la
fotocopiadora y desde luego las familias, los docentes, todos, todos y finalmente
se impuso el nombre de Había una vez.
“
Me comenta que
quien impulsó la idea de la creación de la biblioteca fue la Profesora Patricia
Russomando, actual Supervisora del Nivel
Inicial.
Me interesa
saber qué proyectos se desarrollan actualmente en la Biblioteca.
La Profesora Román
comenta que actualmente se está trabajando con “La familia cuentacuentos”
un proyecto que apunta a integrar no sólo a los papás sino a cualquiera de los
miembros del núcleo familiar que desee compartir una historia con los
pequeños.. También me habla de un Proyecto de Libre demanda que lleva
a cabo la docente Natalia Vidal, quien en este momento está haciendo el
Postítulo de Literatura Infantil y Juvenil de CEPA. Añade que los nenes de sala
de cinco escriben en sus propios carnets los préstamos de la biblioteca
circulante, que las maestras bibliotecarias les leen cuentos o poesías. Me
invita a conocer “Había una vez”. Me acompaña, conozco a Marina, y otras
maestras, me facilitan el
inventario, comentan que les cuesta
trabajar con excell, que ellas no son profesionales. Solicito permiso para
tomar algunas fotos, me aclaran que no puedo fotografiar a los niños, les
respondo que tengo claro ese tema y que la idea es simplemente fotografiar las
instalaciones.
El espacio físico es un lugar
apropiado, amplio, acondicionado especialmente para los niños. Veo a las
maestras, a cargo de la biblioteca, muy
involucradas en su tarea de mediadoras. Atienden las consultas de los chicos y
manejan las situaciones emergentes con soltura, integrando los requerimientos
tanto individuales como grupales. Brindan oportunidades para que los niños se
relacionen entre sí, pregunten, opinen, anticipen. Ponen de manifiesto las
normas de la biblioteca con absoluta claridad. Los niños se expresan con
libertad, saben dónde están los libros y
conocen su clasificación por colores. Están al tanto de cuáles libros se pueden llevar y cuáles no se
prestan.
La biblioteca está llena de niños quienes
vienen a elegir y manipular el material y luego se retiran llevándose un
volumen. Quienes no han devuelto el libro que tenían en su casa no pueden
retirar un nuevo ejemplar. La
Señora vicedirectora
comenta que a veces vienen las estudiantes del Instituto a leerles o contarles
cuentos a los chicos y que también han venido las Profesoras Alicia Zaina y Beatriz Ortíz.
Un nuevo grupo de niños llega y se les habla de Xul Solar ya que
justo cuando los niños ingresan a la biblioteca, una de las maestras a cargo,
Marina, está colocando una reproducción
de ese artista en la pared, los chicos reconocen la lámina y hacen comentarios,
uno de los nenes pregunta si es Juanito Laguna, pero una niña le explica que
ese dibujo tiene muchos triángulos y no parece ser Juanito.
La actividad es permanente, en lo
que va de la mañana, han pasado ya cuatro salas. En este momento ingresa la Sala 6,(tres años) los niños
entran y se dirigen directamente a los estantes. Se producen algunos pequeños
conflictos ya que más de dos pretenden llevarse el mismo libro, la docente interviene
y negocian. La maestra de la sala también mira libros. Algunos chicos hacen comentarios
sobre unos cuentos enormes que apenas pueden manipular. Otros, buscan
almohadones para sentarse más confortablemente en las sillas. Hay niños que deciden sentarse junto a la
maestra porque quieren que les lea un poquito para ver si les gusta. Todos
parecen muy acostumbrados a trabajar con libros. Ahora se los convoca a
sentarse en la alfombra y uno a uno va anotando lo que va a llevarse.
Los de la sala 7 (cuatro años) están esperando
ansiosos en la puerta. Todavía hay
algunos indecisos de sala 6(tres años), la maestra los orienta.
Ingresan los pequeños de sala 7.
Muchos de este grupo se acercan y me preguntan cómo me llamo, ingresan tan
rápido que no me dan tiempo de
presentarme. Les comento que me llamo Estela y que estoy haciendo un trabajo
sobre la biblioteca. Me integran a sus actividades sin ninguna dificultad, me
traen libros para que les lea o me muestran lo que eligieron. Juan Ignacio trae
un ejemplar muy grande de “Peter Pan” y
me pide que le diga cómo se llama el malo. Otra nena me muestra un libro con un
títere de dedo y me cuenta una historia cambiando las voces. La maestra ayuda a
Juan Ignacio a buscar un ejemplar de “Peter Pan” más pequeño que pueda salir en
préstamo, por fortuna lo encuentra ya
que el niño está muy atento y expectante. Me explica que ese es su libro
favorito. Se acerca una pequeña llamada Luna y dice que ella prefiere los
libros de brujas buenas. Micaela elige un libro con muchos cuentos porque “así tengo mucho para que me lean” comenta
entusiasmada. Llega Erika (maestra
responsable de la biblioteca) los niños corren hacia ella y la abrazan, le
preguntan qué les va a leer hoy. Erika sonríe satisfecha y les comenta que van a leer una poesía de
Elsa Bonnermann: “Ay qué disparate” los chicos se divierten y hacen
comentarios. A otro grupo les lee “Chaf “de Philippe Corentin.
Le pido a Erika tener una entrevista
con ella. Me comenta que por la tarde está a cargo de una sala. De ese modo me
entero que ese espacio no cuenta con personal a la tarde.
Hablo con Analía Álvarez,[14]y
me empiezo a interiorizar de algunas cuestiones que me conducen a detectar un
problema: la biblioteca del Jardín de
Infancia Mitre, no puede permanecer todo
el tiempo abierta porque no hay un bibliotecario o bibliotecaria.
La figura del bibliotecario o
bibliotecaria no está contemplada en la Planta funcional de los Jardines de Infantes.
Cuesta entender esto… ¿Por qué? Pienso, no puedo dejar de pensar, en una
biblioteca gigantesca y vacía, cerrada, sin niños, sin bibliotecarios. Recuerdo
un texto de Genevieve Patte[15]
que me permito citar “La biblioteca es un
lugar donde casi todo conocimiento, toda experiencia, puede, en cierta forma
transmitirse, comunicarse, con la mediación
posible de los adultos, quienes están allí para eso, y que escuchando al
niño lo hacen capaz de escuchar y valorizando su petición, lo ayudan a
desarrollarla y a enriquecerla (…) Son muy escasas las familias en donde se
relatan historias. Cuando esto sucede, lo hacen a menudo con el auxilio de
libros escogidos sin discriminación. Es necesario decir que elegir un libro no
es simple: los más difundidos son con frecuencia “fabricados” en forma masiva
como cualquier baratija y nos proponen un lenguaje insípido, presentan imágenes
banales, tramas flojas. Es este el caso de las innumerables adaptaciones de los
cuentos tradicionales, muchas influenciadas por Walt Disney, que imponen al
niño una imagen única, en lugar de abrir la fuente de su imaginación (…) He
aquí una de las funciones de la biblioteca estimular por una elección más
exigente, más variada y más matizada.”
En efecto, un mediador o mediadora,
sea bibliotecario o no, debe intentar convertirse en especialista y esto se
construye a partir de la lectura, ya lo
hemos dicho largamente en la primera parte de este trabajo.
La idea de una biblioteca que debe
cerrarse porque no hay una persona a cargo no deja de dar vueltas. No puedo
evitar cierta sensación de inquietud.
Gracias a la intervención de la Profesora Román
logro hablar telefónicamente con la Supervisora de Nivel Inicial de las Escuelas
Normales. Me interesa entrevistarla pero no tanto desde su cargo de Supervisora
sino como aquella maestra que fue capaz de formar una biblioteca tan
interesante como “Había una vez “
Ventanas al mundo
Llego a la Supervisión unos
minutos antes de la entrevista. Me reciben muy amablemente, la Prof. Russomando pide que la espere. Apenas un momento
después comenta que en la biblioteca del Instituto hay
unos libros italianos, unos libros escenarios maravillosos, sonríe y con un
dejo de nostalgia me cuenta que una vez trabajaron con ese material,
específicamente con “El gato con botas” y distintas versiones de ese cuento,
según el traductor y las adaptaciones a lo largo del tiempo. Me mira y con una sonrisa amplia y serena dice una frase que no
quiero dejar escapar..”Realmente los libros te abren ventanas al mundo” después,
como si regresara de golpe al presente me incita a comenzar con la entrevista.
Tengo entendido que usted fue quien llevó adelante el proyecto de la
creación de la biblioteca del Jardín de Infancia Mitre. ¿Podría relatarnos cómo
nació esa idea? ¿Cómo se reunieron tantos volúmenes?
En realidad, la biblioteca no surge como tal, podría
decirse que nació como espacio para el
Taller Literario, al principio no existía la intención de hacer una biblioteca,
estoy hablando del año noventa y dos. Por aquel entonces junto a otros colegas
armamos un proyecto de Talleres en el Jardín. . Nora Corro presentó un Taller
de Juego Dramático, Jorge Ullúa un Taller de Ciencias y yo un Taller Literario.
Todos nosotros fuimos docentes del Jardín Mitre por muchos años. Los espacios
del Jardín son grandes y habrá observado que tienen múltiples opciones, de modo que trabajábamos desde el espacio propio, excluyente,
utilizado únicamente para el taller. Recuerdo que Jorge había instalado su
taller en el sótano, Nora en lo que es el Polideportivo del Maternal y yo en lo
que era la sala de ilustraciones. Los tres teníamos armados los espacios para
esa actividad. Desde luego éste no era un tema sin importancia, porque nos
permitía reunir allí los elementos propios de cada actividad. Por supuesto en
un taller literario los protagonistas
son los libros…Fue así como se les pidió a las doce salas del Jardín que
colaborasen con libros para ese espacio. La idea era que esos libros entraran
en préstamo, que comenzaran a circular,
fue toda una cadena, una salita compartía libros con otra sala y eso enriquecía
la propuesta, multiplicaba las lecturas y los lectores. Poco a poco fue
creciendo y así nació la biblioteca.
Convengamos en que el taller es una actividad
que exige mucho al docente, requiere una renovación esencial en el ejercicio
del rol, es otra estrategia pedagógica, que da muchas satisfacciones pero que
por momentos se vuelve agotadora, de modo que con el tiempo los talleres se
dejaron de hacer pero le dieron paso a esta biblioteca que se mantiene y por lo
visto sigue despertando inquietudes.
En cuanto a la cantidad de
volúmenes, se fueron comprando con la ayuda de una Cooperadora muy comprometida, con la idea de que comprar libros era
invertir en la educación de los niños, muchas familias fueron donando volúmenes, y por suerte había, (y seguramente
sigue habiendo) una importante conciencia del objeto libro, se prestaba, se
gastaba pero muy pocos se perdían.
A su criterio, ¿cuál es el sentido de la biblioteca como espacio
educativo en el Jardín? ¿Considera lo mismo la biblioteca de la sala que la del
Jardín?
Una biblioteca siempre implica
múltiples posibilidades. Crea situaciones donde hay eventos de lectura y
escritura. Tenemos que tener el criterio que la escuela no lo puede todo, que
siempre tenemos que poder ir más allá. Cuando se empezó a concretar la
biblioteca infantil en el Mitre, también se formó una biblioteca para adultos,
con la misma cantidad o tal vez más de libros. El propósito era que los libros
entraran a las casas, que la acción de leer tuviese un interesante impacto.
Queríamos que los más pequeños fueran
acompañados e incentivados en su formación lectora por la propia familia. Desde
luego, soy consciente que no todos los libros de la biblioteca tenían la misma
calidad literaria, pero más allá de eso lo importante era despertar el cariño
por el objeto libro, las ilustraciones, el formato, seguramente, más tarde iba
a ir apareciendo
la actitud crítica.
En cuanto a la segunda parte de la
pregunta, no es lo mismo la biblioteca de la sala que la del Jardín, la primera
es muy acotada, creo que todo lo que fui
contando da muestras de esta idea, de todos modos esto depende bastante de los
docentes.
¿Qué palabras asocia con LITERATURA?
Arte, creatividad, imaginación,
magia, juego…a mi entender el mejor uso de la palabra escrita, la literatura
transforma e intensifica el lenguaje de todos los días.
De hecho, y a pesar de la enorme importancia que tienen la literatura y
los libros, no existe la figura del bibliotecario en la POF de los Jardines, ¿cuál es
la razón?
La no inclusión de este cargo, y en
este punto hablo desde mi mirada, desde
Patricia Russomando, posiblemente tenga que ver con la desvalorización
que se hace del Nivel Inicial. De todas maneras como en educación todo está en
permanente modificación, es posible que
se rectifique la resolución 19/90.
Existe un proyecto de
modificación de dicha resolución. Tampoco se cuenta con la figura de
bibliotecario en las Escuelas Primarias que dependen de los Normales, cuentan con
figura del bibliotecario, las escuelas que históricamente han sido
municipales. Por eso, que el ISPEI Sara C. de Eccleston, tenga dos bibliotecas
no deja de sorprender. Creo que sería importante que la biblioteca del
Profesorado se abriese a otros usos.
¿Cree que se puede prescindir de la figura del bibliotecario?
Creo que no se puede prescindir del
rol. Sin ninguna duda el desempeño del rol es imprescindible. Actualmente no se
cuenta con bibliotecarios en las bibliotecas infantiles pero eso no puede
paralizarnos.
Pero, ¿esto no traba la continuidad del trabajo con los libros?
La continuidad no depende de eso,
depende de quién se haga cargo, recuerdo que Susana Bottino y yo nos hacíamos
cargo y funcionaba dos mañanas, había un cronograma donde todas las salas
hacían sus visitas. Estaba cerrada pero se usaba mucho, la llave estaba allí
esperando que las maestras la tomasen para conducir a los niños a ese lugar tan
especial. Sin duda, el uso que se hace
depende mucho de las maestras, de ir más allá del proyecto aúlico, sin duda la
biblioteca es un espacio privilegiado
para la imaginación.
¿Qué propuesta sugiere para garantizar la continuidad del espacio
biblioteca en el Jardín de Infancia Mitre?
Todo proyecto que vincule los libros y la literatura, la biblioteca es
un espacio que se presta para el juego expresivo, un ámbito para el trabajo
creador, los docentes deben hacer buenas propuestas de situaciones de
aprendizaje de los contenidos que seleccionaron. Se debe buscar el desarrollo
de la creatividad, claro que sería ideal contar con bibliotecarios, y lo que
digo de ninguna manera va en desmedro de ellos, al contrario, pero no tenerlos,
insisto, no nos debe paralizar.
Le agradezco, ahora soy yo la que
porto una gran sonrisa, me despido y mientras camino por los interminables
pasillos del Normal 1 tengo la certeza que hablar con la Prof. Russomando fue
absolutamente provechoso. Mentalmente resuenan sus palabras “Claro que sería ideal contar con
bibliotecarios pero no tenerlos no nos puede paralizar”
Y con la realidad…qué hacemos
Sería
interesante pensar en la puesta
en marcha de un PROYECTO INSTITUCIONAL DE LECTURA. Elaborar de modo conjunto entre un grupo de
docentes de diferentes salas del Jardín Infantil Mitre, de profesores y
bibliotecarios del ISPEI Sara C. de Eccleston,
de estudiantes de nuestro profesorado, de estudiantes de Bibliotecología, una
auténtica red que nos permitiese a todos
pensar estas cuestiones, hacernos nuevas preguntas, intercambiar experiencias,
buscar acuerdos de trabajo, pensar en propuestas superadoras en las que la
literatura sea la protagonista.
Hablar de proyecto implica pensar
con seriedad en una serie de acciones y también responder a ciertas preguntas:
- QUÉ________________.Naturaleza del Proyecto
- ¿POR QUÉ?_____________.Origen y Fundamentación
- ¿PARA QUÉ?___________ Objetivos- Propósitos
- ¿CUÁNTO?________________Metas
- ¿DÓNDE?___________________Localización física.
- ¿CÓMO?___Actividades- Estrategias y formas de visibilidad.
- ¿CUÁNDO?________________Calendarización-cronograma
- ¿A QUIENES?_________________Destinatarios-Beneficiarios
- ¿QUIÉNES?_________________________Recursos Humanos.
- ¿CON QUÉ?_______Recursos materiales y Recursos financieros
No es una tarea
simple, pero tampoco imposible. No podemos dejarla librada a la buena voluntad,
todos los actores dispuestos a involucrarse deberán sentarse a pensar y
planificar. Desde ya cuando una institución se plantea un proyecto, implica
necesariamente pensar en un procesos de cambio.Éstos no suelen resultar
sencillos en ningún aspecto de la vida, por eso nadie se queda tranquilo cuando
se habla de estas cuestiones pero cuando los temas quedan planteados, la
situación expuesta nos encontramos frente a un desafío: aceptar la posibilidad
de explorar nuevas propuestas y esas propuestas tienen que nacer del grupo
involucrado, desde luego la idea es que el cambio implique nuevas posibilidades
y no una amenaza. Se deberá conformar un equipo.No, no es tarea sencilla pero
como dijo Patricia Russomando no
nos puede paralizar
No hay duda que
leer es un derecho, por eso es nuestra obligación renovar, resignificar
permanentemente el vínculo entre la biblioteca del Jardín y la biblioteca de la
sala, y también pensar la posibilidad de afianzar los vínculos entre la biblioteca
del ISPEI Sara C. de Eccleston y la del
Jardín Mitre.
Podría
considerarse la idea de trabajar con estudiantes del Plan APRENDER /TRABAJANDO,
tanto del profesorado como de la carrera de Bibliotecología.
Asimismo será necesario implementar distintas
estrategias de promoción de la lectura.
Ahora bien, qué entendemos por
estrategias para la promoción de la lectura. Se trata de una serie de acciones orientadas a incentivar,
consolidar y desarrollar el comportamiento lector y desde luego requieren de una planificación
previa y de cierta flexibilidad que permita realizar ajustes durante su
implementación para garantizar una acción realmente efectiva. Promover la
lectura supone continuidad para que los niños y niñas puedan explorar distintos
textos y se afiancen en su proceso.
Además de la
tarea de la maestra “bibliotecaria”, será absolutamente necesaria la participación y el compromiso de todos y cada uno de los docentes, la familia y la comunidad
educativa, para lograr una adecuada formación de lectores, ya que son los adultos,
como se dijo en la introducción, quienes
representan el modelo a imitar.
Las
observaciones hechas en la biblioteca del Jardín Mitre son más que elocuentes,
los niños y niñas están compenetrados con el universo de los libros pero todo
lo que podamos hacer parece poco.
ü
Crear juegos a partir de las partes del libro y
los elementos del paratexto.
ü
Exponer en una mesa novedades editoriales y
catálogos..Sugerir en una cartelera lecturas a partir de fechas alusivas y
efemérides, género, temática o edad del lector.
ü
Contar con títeres, marionetas, sombreros,
máscaras y objetos que puedan acompañar, en determinadas ocasiones, la lectura
o la narración oral.
ü
Planificar (con los más grandecitos) diferentes acciones
para la comprensión de la lectura: reconstrucción de las secuencias de una
narración, producción de nuevas versiones a partir de un cuento, cambios en el
punto de vista.
ü
Preparar una cartelera con noticias referidas al
mundo de la literatura infantil, novedades editoriales, presentaciones de
libros, premios, concursos, ferias, espectáculos y actividades de interés.
ü
Armar una lista de los títulos más leídos por
cada sala.
ü
Elaborar pequeñas encuestas que den a conocer las preferencias de los
visitantes.
ü
Realizar una votación por sala del título que más les gustó.
ü
Convocar encuentros de lectores de diferentes
salas para intercambiar recomendaciones de libros.
ü
Organizar jornadas de lectura y narración de
cuentos con la participación de
padres, abuelos, tíos.
ü
Pedirles a los padres de los más chiquitos que
lean con ellos durante el fin de semana algún cuento y envíen el comentario por
escrito para compartir con el grupo.
ü
.Organizar visitas a librerías, ferias de libros
u otras bibliotecas en compañía de docentes y familiares.
ü
Desarrollar talleres de lectura, escritura,
historieta, filosofía para chicos.
ü
Realizar ciclos de cine; realizar el análisis de
la versión cinematográfica de títulos cuya lectura ya hayan completado.
ü
Estimular la escritura de cartas a los autores
favoritos que le dictarán a la maestra para luego enviarlas a las editoriales.
ü
Realizar encuentros con los autores cuyas obras
han sido leídas por los chicos. Preparar una entrevista entre todos con la
ayuda de la maestra de la sala, grabar las preguntas, tomar fotografías y
organizar una publicación con todo el material.
ü
Invitar a editores, ilustradores y especialistas
en literatura infantil para conocer su trabajo.
ü
Gestionar ferias de libros. Exhibir material de
la biblioteca.
ü
Publicar una revista para difundir las
actividades de la biblioteca, recomendar libros y dar a conocer las
producciones de los alumnos en una cartelera.
ü
Trasladar la biblioteca a espacios no
convencionales.
ü
Montar espectáculos de narración oral para la
comunidad.
ü
Promover jornadas de trabajo voluntario para el
mantenimiento de libros, mobiliario e instalaciones de la biblioteca.
Estas son
simples sugerencias, muchas de ellas , ya se están implementando, tales como la lectura de cuentos y poesías.
La idea es promover el carácter activo y protagónico de los niños
y niñas, para lograrlo es fundamental involucrarlos en diferentes proyectos.
Muchas veces las
historias lectoras tienen un inicio fortuito. Los mediadores siempre tenemos un
papel clave en esto, recordemos la figura de la abuela de Vladimir Propp[16], o
de Gabriel García Márquez[17]. Lo
importante es que será el caudal de textos
que han leído o escuchado los niños y niñas, lo que les permitirá ir construyendo
su relación con la literatura, otro tipo
de libros y más adelante seguramente definirá
su vínculo con los textos de estudio
u otro tipo de textos. Muchas de estas historias lectoras suelen comenzar antes de aprender a leer,
otras revelan un inicio más tardío. No obstante, en casi todas aparece siempre
un elemento común: la presencia de un lector que transmite el gusto por la
lectura, alguien que compartió la experiencia de leer y produjo esa sensación
mágica que significa la relación libro/lector.
Por eso es imprescindible que cada maestro/ maestra asuma el compromiso de mediar entre los niños
y los libros, y acepte el desafío de convertirse en iniciador y/o agente continuador
de historias lectoras. La construcción de las historias lectoras de muchos
niños, jóvenes y adultos depende, en un alto porcentaje, de que en las
instituciones educativas se generen espacios destinados a tales fines, con
objetivos claros.
Constituirse en un
mediador de lectura implica estar atento a la percepción del
otro; ser
creativo a la hora de interpretar; generar situaciones significativas y
relevantes; estar dispuesto generosamente a preparar instancias de encuentro.
Es decir, ser un mediador de lectura significa tener una consideración alerta,
cuidadosa, interesada, curiosa de los gustos, intereses y necesidades de
lectura.
Los mediadores
de lectura tenemos la posibilidad de que
los niños, se acerquen a los textos, establezcan
diálogos, se familiaricen con ellos. Esto será factible si se logra transmitir pasiones, curiosidades y la
propia relación con los libros. Los docentes
jugamos este papel en las vidas de nuestros alumnos: generar la sospecha
de que entre todos los libros habrá uno que seguramente sabrá decirles algo
interesante.
Ayudar a
construir historias lectoras implica ofrecer diversidad de textos que generen
intereses
múltiples. En este sentido, la literatura da la posibilidad de asomarse a
diferentes mundos.
El deseo de acompañar
en la construcción del saber, es una actitud inherente a todo maestro/maestra
que se precie de tal, la literatura es un arte que compendia los saberes de la humanidad toda, a través de la palabra.
El siglo XXI requerirá cada vez más un lector
ávido, ágil y flexible, con capacidad para leer de distintas maneras, con la
inteligencia suficiente como para no dejarse atrapar y perderse en aluviones de
información.
Elaborar
propuestas de lecturas atractivas, divertidas y emocionantes no deja de ser una
maravilloso desafío, y desde luego vale la pena intentarlo.
Estela J. Quiroga
Noviembre 23 de 2010 / Publicado originalmente en REVISTA E - ECCLESTON
BIBLIOGRAFÍA
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Proyectos Institucionales de Lectura
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Fundación EL LIBRO /Ministerio de Educación de la Nación Buenos Aires 2004
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GARRIDO, F.: El buen lector se hace,
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KOLESAS, M.: Una introducción
al rol de la biblioteca en la educación del siglo XXI FCE. México. 2008
LARROSA, J: Escuela, poder y subjetivación. La
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escuela:lo real, lo posible y lo necesario. México, FCE,
2001.
MONTES, G.: “La gran ocasión”
Plan Nacional de Lectura. Buenos Aires, 2007
PATTE, G. Si nos dejaran
leer. Kapelusz, Bogotá 1984
PENNAC, D.: Como una novela.
México,Norma, 2000.
PIZZARRO/RUSSOMANDO: Taller
de juegos literarios. Actilibro. Buenos Aires 1994
SEDA, I.: Los lectores y
escritores se hacen desde la cuna. México, CONACULTA, 2003
SORIANO, M.: La literatura para
niños y jóvenes: Guía de exploración de sus grandes temas.
Buenos Aires, Colihue,1995.
[1] Nació en Buenos Aires en
1960. Es poeta, crítico literario, periodista cultural y editor. Como
periodista cultural es editor de los suplementos culturales de los diarios La Razón y Clarín, y
corresponsal del suplemento cultural del diario El País de Montevideo. Además
es uno de los directores de la revista literaria Babel. Publicó críticas de
libros y de teatro y entrevistas en La Vanguardia y El Observador de Barcelona, España,
El Mercurio de Chile y otros diarios y revistas de la Argentina y el
extranjero. Creó y conduce desde 1997 el programa cultural El Banquete de FM La Isla de Buenos Aires. Ha
entrevistado y presentado en público a autores de la talla de Rafael Alberti, Carlos
Fuentes, Augusto Roa Bastos, José Donoso, Fernando Arrabal, Juan José Millás,
Antonio Muñoz Molina, Olga Orozco, Juan José Saer.
[2] Nos referimos a espacios institucionales
concretos: Biblioteca “Había una vez” del Jardín de Infancia Mitre y Biblioteca
del ISPEI Sara C. de Eccleston: “Marina Margarita Ravioli”
[5] Personaje protagónico de la novela del escritor Julio
Verne: “La vuelta al mundo en ochenta días”
[6] personaje ficticio creado en 1887porArthur Conan
Doyle., es un "detective asesor" de Londres de finales del siglo XIX,
que destaca por su razonamiento deductivo para resolver casos difíciles.
[7] Escritor
británico conocido especialmente como autor de narraciones infantiles y
juveniles, pese a que su producción para adultos fue también de destacable
calidad. Muchos de sus relatos se han convertido en películas de gran éxito
internacional.
[8] Nos referimos a “Caperucita Roja ( tal como se la contaron a
Jorge)” 1996 Buenos Aires. Alfaguara.
[9] Recomendamos la lectura de
“Máximas y mínimas sobre la estimulación de la lectura” de Ricardo Mariño (2004)publicada
en el número 136de revista Imaginaria www.imaginaria.com.ar
[10] En su obra Psicoanálisis de los cuentos de Hadas Bruno Bettelheim (1903-1990) El doctor Bettelheim nos enseñó que los cuentos de hadas son una fuente inagotable de placer estético y tienen una gran influencia en la educación de los niños.
[11] Es profesor de Filosofía de la Educación en la Universidad de
Barcelona (España). Sus trabajos, de clara vocación ensayística, se sitúan en
el territorio fronterizo entre la literatura, la filosofía y la educación. Ha
realizado estudios post-doctorales en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres
y en el Centre Michel Foucault de Paris. Entre sus libros destacan La
experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación (1996),
Pedagogía Profana. Estudios sobre lenguaje, subjetividad y educación (2000,
traducido al francés y al portugués) y Entre las lenguas. Lenguaje y educación
después de Babel (2003). Ha compilado Trayectos, escrituras, metamorfosis. La
idea de formación en la novela (1994), Escuela, poder y subjetivación (1995),
Déjame que te cuente. Ensayos sobre narrativas y educación (1995), Imágenes del
otro (1996), Camino y metáfora (1999), Habitantes de Babel. Políticas y
poéticas de la diferencia (2001) y Entre Literatura y Pedagogía (2005). Ha sido
profesor invitado en varias universidades latinoamericanas y europeas.
[12] “Leer vale la pena… Convertirse en lector vale la pena… Lectura a lectura,
el lector —todo lector, cualquiera sea su edad, su condición, su
circunstancia...— se va volviendo más astuto en la búsqueda de indicios, más
libre en pensamiento, más ágil en puntos de vista, más ancho en horizontes,
dueño de un universo de significaciones más rico, más resistente y de tramas
más sutiles. Lectura a lectura, el lector va construyendo su lugar en el mundo”
Estas son las palabras iniciales del
cuadernillo escrito por Graciela Montes y ya citado. ¿Qué es leer? Es la primera
pregunta sobre la que la autora se detiene a reflexionar al comenzar su
escrito. Ser lectores es ser buscadores de sentido, nos dice Montes desde un
principio, y se trata de una tarea que las personas realizamos desde la cuna. "Cada
persona, desde que nace, 'lee' el mundo, infatigablemente busca sentidos. Un
texto imperdible e
indispensable.
[13] Revista virtual sobre
Literatura Infantil y Juvenil www.imaginaria.com.ar
[14] Licenciada en Bibliotecología, al frente de La Biblioteca “Marina Margarita Ravioli”
dependiente del Rectorado del Instituto Superior de Profesorado de Educación
Inicial “Sara C. de Eccleston.
[15] En “Si nos dejaran leer. Los niños y las
bibliotecas” Kapelusz /Bogotá 1984
[16] Vladimir Yakovlevich Propp
(1895 —1970) erudito que analizó los componentes
básicos de los cuentos populares
rusos
[17] Conocidísimo escritor latinoamericano que
obtuvo el Premio Nóbel en 1982
6 comentarios:
Ideas más significativas del texto:
- La literatura en la escuela se vincula con la democratización de la enseñanza y con la construcción de la inteligencia, creatividad, sensibilidad e imaginación, todas en forma simultánea.
- El libro requiere de un vocero, de un mediador/a, de un maestro/a responsable, que se atreva a "abrir puertas", que sepa discernir entre un buen texto y uno que no lo es. La literatura es arte.
- Para que los chicos perciban que la literatura es un arte mágico y misterioso, capaz de ofrecernos poderes y transportarnos a lugares desconocidos, primero debemos percibirlo nosotros. No se puede transmitir lo que no se conoce.
- La selección de un texto por parte del docente debe poder justificarse a partir de distintos criterios (como la originalidad, el humor, la calidad de las ilustraciones en combinación con la calidad literaria, etc).
- Compartir un cuento crea vínculos, lazos afectivos. La intención es generar un clima especial, que cautive, por lo que debemos tomar decisiones respecto al tono de voz, los silencios, las miradas, los gestos, el espacio.
- El lector se va construyendo lectura a lectura. Cuantos más textos, más posibilidad de armar relaciones intertextuales.
- La literatura está incluida en un contexto, nace a partir de determinadas condiciones de producción.
- En el camino para ayudar al niño a convertirse en un sujeto lector y conducirlo hacia el placer o la creación, lo ideal es dar el espacio para que cada uno pueda expresar sus sensaciones, opinar, debatir, pensar, crecer, incentivar el diálogo. Las hipótesis de prelectura, acertadas o no, indican una actitud activa por parte del lector y favorecen cada vez más la comprensión lectora. La relectura posibilita la reflexión y la búsqueda de "pistas" cada vez más sutiles.
- La biblioteca podría pensarse como el corazón de la escuela, irradia cultura a un ritmo sostenido y sin pausa.
- Es interesante pensar en la puesta en marcha de proyectos institucionales de lectura, para lo cual deberá conformarse un equipo. Las estrategias para la promoción de la lectura son acciones orientadas a incentivar, consolidar y desarrollar el comportamiento lector.
Comisión: Martes (turno mañana)
Como futura docente quisiera poder aprender todo lo que pueda para que los niños el día de mañana tengan al frente alguien que sea una buena mediadora, no quiero darles solo aquello que les gusta y conocen, sino dejarlos que experimenten, que busquen. Yo particularmente creo que tuve buenos docentes que me pudieron transmitir su pasión por la lectura y eso es lo que quiero hacer, este texto no hace más que reavivar mis ganas. Creo que los chicos de hoy necesitan saber que las bibliotecas no son aburridas, sino que son lugares donde se guardan muchas aventuras que aguardan a ser descubiertas. No es lo mismo que los niños lean textos de la computadora a que sientan la magia de entrar a una biblioteca y estar rodeados de libros maravillosos. El poder ser un buen mediador y lograr que los chicos sientan pasión por tener un libro en sus manos, es un objetivo que cada maestro debe perseguir.
Desde luego Anabella y si este texto te sirvió para afirmar y reavivar tus ganas!!!! En buena hora!!!!
TOSCANO SABRINA - LAS NIEVES - ALFABETIZACIÓN INICIAL
Considero que como dice Graciela Montes, la lectura no es sólo por placer, ya que conlleva un esfuerzo, el cual les permite a los chicos pensar, desarrollar su imaginación y convertirlos en individuos críticos, autónomos y con decisiones propios y fundamentadas para manejarse en la vida.
Por otra parte sostengo que la actitud de docente mediador es clave, ya que el mismo debe presentarse ante sus alumnos con su estilo, su cuerpo, su energía y su voz que de vida a los textos, para trasmitir a los chicos sensaciones, emociones, movimiento, que les permita a ellos, ir lejos con la imaginación y que se embarquen en lo que se les está leyendo.
La selección de los libros es fundamental y se debe ser muy cuidadoso, por lo tanto, profesora, le quiero decir que estoy muy interesada en aprender a hacer estas selecciones, lo cual me cuesta mucho.
Candela Raffaelli
Literatura en el Nivel Inicial, Martes.
Sumergirse en el compromiso de en verdad ser un mediador. Un docente, que media entre el conocimiento y el alumno, que utiliza diferentes recursos y está "nutrido" de diversas herramientas para lograrlo. Tener la intención y la responsabilidad de que, el dia de mañana, cuando esté al frente de un grupo de niños poder transmitirles la contención y el hermoso mundo paralelo que puede generar leer un libro. Leerles libros con mi propia voz, hacerles un mismo, que sientan lo que yo sentía cuando era pequeña y en los ratos libres mi abuela me leía o mismo mi mamá.
Hacerles conocer que existen bibliotecas públicas donde nadie está exento de leer, que es un lugar donde van a encontrar libertad, donde pueden adquirir mas y mas conocimientos y entretenimiento, que no es solo de grandes ir a las bibliotecas que ellos tienen el derecho a formar parte de eso y que aunque haya normas que respetar, son capaces de entenderlas y cumplirlas si hay un adulto explicando lo maravilloso que puede resultar esa experiencia.
Todo esto y mucho mas es lo que quiero lograr el día de mañana cuando sea docente.
Y apuesto que vas a lograrlo!!!!
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