miércoles, 20 de octubre de 2021

DIFERENCIA ENTRE CUENTO Y NOVELA


Julio Cortázar decía que se podía comparar al cuento con una fotografía y a la novela con una película. Este autor nos da   diez consejos para escribir un cuento. ...vamos a la fuente



1 – No hay leyes para escribir un cuento, solo puntos de vista

“Nadie puede pretender que los cuentos sólo deban escribirse luego de conocer sus leyes… no hay tales leyes; a lo sumo cabe hablar de puntos de vista, de ciertas constantes que dan una estructura a ese género tan poco encasillable”.

2 – El cuento siempre tiene una unidad de impresión de una historia

El cuento es “…una síntesis viviente a la vez que una vida sintetizada, algo así como un temblor de agua dentro de un cristal, una fugacidad en una permanencia”… “Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el “clímax” de la obra, en una fotografía o en un cuento de gran calidad se procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos”.

3 – A diferencia de las novelas el cuento debe ser contundente

“Es cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases. No se entienda esto demasiado literalmente, porque el buen cuentista es un boxeador muy astuto, y muchos de sus golpes iniciales pueden parecer poco eficaces cuando, en realidad, están minando ya las resistencias más sólidas del adversario. Tomen ustedes cualquier gran cuento que prefieran, y analicen su primera página. Me sorprendería que encontraran elementos gratuitos, meramente decorativos”.

4 – En un cuento solo existen los buenos y malos tratamientos

“…en literatura no hay temas buenos ni temas malos, solamente hay un buen o un mal tratamiento del tema”. “Tampoco es malo porque los personajes carecen de interés, ya que hasta una piedra es interesante cuando de ella se ocupan un Henry James o un Franz Kafka”… “Un mismo tema puede ser profundamente significativo para un escritor, y anodino para otro; un mismo tema despertará enormes resonancias en un lector, y dejará indiferente a otro. En suma, puede decirse que no hay temas absolutamente significativos o absolutamente insignificantes. Lo que hay es una alianza misteriosa y compleja entre cierto escritor y cierto tema en un momento dado, así como la misma alianza podrá darse luego entre ciertos cuentos y ciertos lectores”.

5 – En un buen cuento se deben de saber manejar tres aspectos: significación, intensidad y tensión

…el cuentista trabaja con un material que calificamos de significativo… El elemento significativo del cuento parecería residir principalmente en su tema, en el hecho de escoger un acaecimiento real o fingido que posea esa misteriosa propiedad de irradiar algo más allá de sí mismo… al punto que un vulgar episodio doméstico… se convierta en el resumen implacable de una cierta condición humana, o en el símbolo quemante de un orden social o histórico… los cuentos de Katherine Mansfield, de Chéjov, son significativos, algo estalla en ellos mientras los leemos y nos proponen una especie de ruptura de lo cotidiano que va mucho más allá de la anécdota reseñada”… “La idea de significación no puede tener sentido si no la relacionamos con las de intensidad y de tensión, que ya no se refieren solamente al tema sino al tratamiento literario de ese tema, a la técnica empleada para desarrollar el tema. Y es aquí donde, bruscamente, se produce el deslinde entre el buen y el mal cuentista”.

6 – El cuento es un mundo propio

Señala Horacio Quiroga en su decálogo: Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento”.

7 – El cuento debe tener vida

…cuando escribo un cuento busco instintivamente que sea de alguna manera ajeno a mí en tanto demiurgo, que eche a vivir con una vida independiente, y que el lector tenga o pueda tener la sensación de que en cierto modo está leyendo algo que ha nacido por sí mismo, en sí mismo y hasta de sí mismo, en todo caso con la mediación pero jamás la presencia manifiesta del demiurgo”.

8 – El narrador no debe dejar a los personajes al margen de la narración

Siempre me han irritado los relatos donde los personajes tienen que quedarse como al margen mientras el narrador explica por su cuenta (aunque esa cuenta sea la mera explicación y no suponga interferencia demiúrgica) detalles o pasos de una situación a otra”. “La narración en primera persona constituye la más fácil y quizá mejor solución del problema, porque narración y acción son ahí una y la misma cosa… en mis relatos en tercera persona, he procurado casi siempre no salirme de una narración strictu senso, sin esas tomas de distancia que equivalen a un juicio sobre lo que está pasando. Me parece una vanidad querer intervenir en un cuento con algo más que con el cuento en sí”.

9 – Lo fantástico de un cuento solo se logra con la alteración de lo normal

El génesis del cuento y del poema es sin embargo el mismo, nace de un repentino extrañamiento, de un desplazarse que altera el régimen “normal” de la conciencia”… “Sólo la alteración momentánea dentro de la regularidad delata lo fantástico, pero es necesario que lo excepcional pase a ser también la regla sin desplazar las estructuras ordinarias entre las cuales se ha insertado…  la peor literatura de este género es sin embargo la que opta por el procedimiento inverso, es decir el desplazamiento de lo temporal ordinario por una especie de “full-time” de lo fantástico, invadiendo la casi totalidad del escenario con gran despliegue de cotillón sobrenatural”.

10 – El oficio del escritor es imprescindible para escribir buenos cuentos

…para volver a crear en el lector esa conmoción que lo llevó a él a escribir el cuento, es necesario un oficio de escritor, y que ese oficio consiste, entre muchas otras cosas, en lograr ese clima propio de todo gran cuento, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que lo rodea para después, terminado el cuento, volver a conectarlo con sus circunstancias de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa. Y la única forma en que puede conseguirse este secuestro momentáneo del lector es mediante un estilo basado en la intensidad y en la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten, sin la menor concesión… tanto la intensidad de la acción como la tensión interna del relato son el producto de lo que antes llamé el oficio de escritor”.

Fuente: http://alternopolis.com/10-consejos-de-julio-cortazar-para-escribir-un-cuento/

 En la novela los personajes y su evolución y desarrollo de la psicología de estos son la columna vertebral de la novela. De todos modos, hoy por hoy hay una hibridación de todo esto. Las descripciones son más extensas y detalladas y van construyendo varios escenarios.

Cuando escribimos nos damos cuenta si nos sentimos más cómodos en un género que en otro. Les confieso que siempre había escrito cuentos y muy breves, pero al empezar a escribir novelas me sentí mucho más libre. Creo que una cosa que me ayudó mucho fue haber hecho la carrera de guionista porque allí aprendí a escribir una escaleta y a armar estructuras, algo que no es sencillo porque tenemos que tener cuidado de no dejar cabos sueltos. No podemos dejar nada al azar. Todas las decisiones que tomamos desde los nombres en adelante tienen una razón, las edades, el lugar donde nacieron. No olvidemos que los personajes en una novela son un fuerte sostén. Otra cosa que es muy importante es considerar a un lector imaginario. Otra cosa muy importante es saber que una obra artística está afuera de ser un código moral, la literatura es arte no disciplinamiento.

Otro aspecto importante es el diálogo, porque allí voy trabajando las distintas voces. ¿Cómo hablan mis personajes? ¿Por qué? ¿Sus acciones nos revelan su carácter? ¿Qué indicios me proporcionan sus registros en cuanto a lo social? ¿Qué relación hay entre los personajes a partir de sus diálogos? La verosimilitud se construye en esos diálogos. Para empezar a escribir un diálogo debo conocer a mis personajes y saber cómo voy a administrar el diálogo. Si escribo una novela juvenil tengo que tener cuidado porque no debo caer en un cronolecto que tiene fecha de vencimiento. Debo usar una lengua más neutra. Vale decir no usar muchos modismos. Otro aspecto que debo explorar son los monólogos internos de cada personaje. Por ejemplo, si el personaje habla sin tapujos, si es directo o si da rodeos todo el tiempo.

Otro tema importante en las novelas es ver cuál es el conflicto. ¿Qué es el conflicto? ¿Cuál es la trama? Aquí también aparece el tema del tiempo y pensar cómo lo trabajo...Hay tramas descriptivas, tomemos el caso de Proust, hay otras que se centran en el diálogo, por ejemplo, las novelas de S.  King; hay otras tramas que son más narrativas. Existen diferentes conflictos a la vez. Esa es otra gran diferencia con el cuento. Los personajes secundarios tienen subtramas. Pienso en Harry Potter...

Hay acciones detonantes, que van a darle a la novela un punto de giro. Una desobediencia, una toma de decisión...El primer punto de giro está justo en el momento en el que empieza el desarrollo de la novela. Muchas veces hay un segundo punto de giro. Eso marca el inicio del final de la novela. Claro que debo preparar el terreno, hay una acumulación de tensión para que ese punto de giro sea efectivo. La resolución del conflicto generalmente coincide con el final de la novela. Claro que nada es definitivo. Se puede empezar con el final de la novela. En la mía la protagonista muere apenas empieza la novela.  

Otro elemento imprescindible es el narrador... pero eso lo dejamos para el próximo encuentro.

 

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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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