por Estela
Quiroga
Cuando de bebés se trata
En clases anteriores vimos que los bebés
aprenden muchas cosas durante su primer año de vida.
Recordemos: Voy a transcribir algunas de las cosas que apunté en el pizarrón y que fueron diciendo ustedes mismas...
- Aprenden a desarrollar el control de sus propios cuerpos,
- a levantar la cabeza,
- darse la vuelta, sentarse, gatear y, CADA UNO A SU TIEMPO a caminar.
- También son capaces de desarrollar conciencia de sí mismos como un ser aparte de otros.
- a observar sus manos y los dedos de los pies y jugar con ellos.
- a llorar cuando sus padres se alejan
- a reconocer sus propios nombres.
- juegan con sus propias manos y diferentes partes de su propio cuerpo
- Más tarde demuestran un interés en los juguetes,
- les gustan los juegos de "meter y sacar" objeto
- les gusta abrazar o cargar muñecas o peluches.
- Les encanta relacionarse con otras personas. Los bebés primeramente responden a los adultos más que a otros bebés.
- Un poco más tarde comienzan a fijarse en otros bebés, comienzan a poner atención cuando los otros bebés hacen ruido.
A nosotros desde este espacio lo que más nos importa es todo lo atinente con la comunicación y con el desarrollo de destrezas del lenguaje. Primero los bebés
lloran y hacen ruidos con la garganta, tienen la lengua pesada en reposo y
emiten sonidos guturales. Después comienzan a balbucear y decir
"mamá" y "papà." Más tarde producen una gran variedad de
sonidos y comienzan a nombrar a algunas
personas y objetos muy conocidos. Entonces es cuando comienzan a disfrutar el
sonido de las rimas y los juegos de palabras.
Como futuros docentes es importante
que sepamos que los bebés requieren de
- Mucho amor y paciencia, de padres y docentes capaces de responder y acudir a sus llantos y sus balbuceos y que los mantengan seguros y cómodos
- Oportunidades para moverse y practicar todas y cada una de sus nuevas destrezas físicas.
- Objetos para mirar, tumbar, agarrar, tirar, o palmear y examinar que no sean peligrosos.
- Áreas de juego seguras.
Muchas oportunidades para escuchar el
lenguaje, para producir sonidos y que alguien les responda, así nacerá la
llamada PROTOCONVERSACIÓN….
SALA DE DOS…
Un
niño de dos años ya es capaz de pronunciar su nombre y también
construye frases de varias palabras. Ya puede adecuar las palabras a la acción
y viceversa. Hace soliloquios mientras juega. Su capacidad verbal va desde 12 a
1.000 palabras, según el caso.
Como
acaban de descubrir lo divertido que es moverse de un lado hacia otro es
difícil mantenerlos quietos por mucho tiempo, por lo tanto, es más recomendable
narrarles que leerles porque es mejor agotar todos nuestros recursos expresivos
para sostener su atención. Podemos trabajar con poesías con movimiento,
canciones, títeres de dedo…
Es
muy importante que recordemos que todavía no
puede compartir. Aferra sus posesiones y pelea por ellas a empujones, si es necesario….
Le encanta observar las actitudes de las personas y a otros niños. Colabora en
las tareas de la sala. Tiene más noción de lo que puede tocar o no.
Me ha
pasado de ir con mis residentes a una sala de dos en el primer cuatrimestre y
ver que casi no hablaban y que esos mismos niños en la segunda mitad del año
atravesaban una explosión de palabras… Incluso que me recordaban y sabían mi
nombre…
Muchas
veces, sobretodo en la segunda mitad del año hicimos la experiencia de trabajar
con libros álbum sencillos: Mi papá, Mi mamá, Mi hermano de A. Brown de FCE.
Les
encantaba escuchar cuentos narrados por las residentes. por ejemplo, este:
Arnold
Lobel (USA 1933)
Había una vez un ratón muy alto y un ratón muy bajo que eran muy buenos amigos.
Cuando se encontraban Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola, Ratón Muy Bajo!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola, Ratón Muy Alto!.
A los dos amigos les gustaba ir a pasear juntos.
Cuando paseaban Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola, pájaros!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola escarabajos!
Cuando paseaban por el jardín Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola flores!
Y Ratón Muy Bajo decía:
¡Hola raíces!
Cuando pasaban delante de una casa, Ratón Muy Alto decía:
¡Hola techo!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola sótano!
Un día a los dos ratones los pilló una tormenta. Ratón Muy Alto dijo:
–¡Hola gotas de lluvia!
Y Ratón Muy bajo dijo:
–¡Hola charcos!
Corrieron a la casa para no mojarse.
–¡Hola techo!, dijo Ratón Muy Alto.
–¡Hola, suelo!, dijo Ratón Muy bajo.
Pronto pasó la tormenta. Los dos amigos corrieron a la ventana. Ratón Muy Alto cargó a Ratón Muy Bajo para que pudiera ver. ¡Hola, arco iris! gritaron emocionados los dos juntos.
Había una vez un ratón muy alto y un ratón muy bajo que eran muy buenos amigos.
Cuando se encontraban Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola, Ratón Muy Bajo!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola, Ratón Muy Alto!.
A los dos amigos les gustaba ir a pasear juntos.
Cuando paseaban Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola, pájaros!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola escarabajos!
Cuando paseaban por el jardín Ratón Muy Alto decía:
–¡Hola flores!
Y Ratón Muy Bajo decía:
¡Hola raíces!
Cuando pasaban delante de una casa, Ratón Muy Alto decía:
¡Hola techo!
Y Ratón Muy Bajo decía:
–¡Hola sótano!
Un día a los dos ratones los pilló una tormenta. Ratón Muy Alto dijo:
–¡Hola gotas de lluvia!
Y Ratón Muy bajo dijo:
–¡Hola charcos!
Corrieron a la casa para no mojarse.
–¡Hola techo!, dijo Ratón Muy Alto.
–¡Hola, suelo!, dijo Ratón Muy bajo.
Pronto pasó la tormenta. Los dos amigos corrieron a la ventana. Ratón Muy Alto cargó a Ratón Muy Bajo para que pudiera ver. ¡Hola, arco iris! gritaron emocionados los dos juntos.
Otro
muy interesante para sala de dos es
¿A qué sabe la luna? de Michael Grejniec.
Traducción al castellano: Carmen Barreiro.
Kalandraka Editora, 1999.
Título original en alemán: Wie schmeckt der
Mond?, Bohem Press, 1
CUENTO TRADICIONAL
LA GALLINITA ROJA
Había
una vez una gallina roja llamada Marcelina, que vivía en una granja rodeada de
muchos animales. Era una granja muy grande, en medio del campo.
En el
establo vivían las vacas y los caballos; los cerdos tenían su propia
cochiquera. Había hasta un estanque con patos y un corral con muchas
gallinas. Había en la granja también una familia de granjeros que cuidaba
de todos los animales. Un día la gallinita roja, escarbando en la tierra de la
granja, encontró un grano de trigo.
Pensó
que si lo sembraba crecería y después podría hacer pan para ella y todos sus
amigos.
-¿Quién
me ayudará a sembrar el trigo?, les preguntó.
- Yo no,
dijo el pato.
- Yo
no, dijo el gato.
- Yo
no, dijo el perro.
- Muy
bien, pues lo sembraré yo, dijo la gallinita.
Y así,
Marcelina sembró sola su grano de trigo con mucho cuidado. Abrió un agujerito
en la tierra y lo tapó. Pasó algún tiempo y al cabo el trigo creció y maduró,
convirtiéndose en una bonita planta.
-¿Quién
me ayudará a segar el trigo?, preguntó la gallinita roja.
- Yo
no, dijo el pato.
- Yo
no, dijo el gato.
- Yo
no, dijo el perro.
- Muy
bien, si no me queréis ayudar, lo segaré yo, exclamó Marcelina.
Y la
gallina, con mucho esfuerzo, segó ella sola el trigo. Tuvo que cortar con su
piquito uno a uno todos los tallos. Cuando acabó, habló muy cansada a sus
compañeros:
-¿Quién
me ayudará a trillar el trigo?
- Yo
no, dijo el pato.
- Yo
no, dijo el gato.
- Yo
no, dijo el perro.
- Muy
bien, lo trillaré yo.
Estaba
muy enfadada con los otros animales, así que se puso ella sola a trillarlo. Lo
trituró con paciencia hasta que consiguió separar el grano de la paja. Cuando
acabó, volvió a preguntar:
-¿Quién
me ayudará a llevar el trigo al molino para convertirlo en harina?
- Yo
no, dijo el pato.
- Yo
no, dijo el gato.
- Yo
no, dijo el perro.
- Muy
bien, lo llevaré y lo amasaré yo, contestó Marcelina.
Y con
la harina hizo una hermosa y jugosa barra de pan. Cuando la tuvo terminada, muy
tranquilamente preguntó:
- Y
ahora, ¿quién comerá la barra de pan? volvió a preguntar la gallinita roja.
-¡Yo,
yo! dijo el pato.
-¡Yo,
yo! dijo el gato.
-¡Yo,
yo! dijo el perro.
-¡Pues
NO os la comeréis ninguno de vosotros! contestó Marcelina. Me la comeré yo, con
todos mis hijos.
Y así
lo hizo. Llamó a sus pollitos y la compartió con ellos.
Esta
es la versión original pero yo muchas veces les he narrado este cuento con
ciertos ajustes, este y otros para que pudiésemos ver qué es lo importante en
una narración…
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