EDUCAR EN TIEMPOS DE CUARENTENA…por Estela Quiroga
Esto que nos está pasando es inédito, ninguno de nosotros antes
nos imaginábamos –salvo si veíamos alguna de esas pésimas películas apocalípticas-
que algo así podía pasar.
Adaptarnos no es sencillo y nos va a llevar bastante tiempo… Si
bien es cierto que estamos viviendo en el siglo XXI y que la mayoría de
nosotros no ignora los dispositivos digitales actuales, la realidad no es
pareja y hoy por hoy no hay computadoras en todas las casas, lamentablemente. (Convengamos
que fue una pésima política interrumpir el CONECTAR IGUALDAD, pero eso es
harina de otro costal)
Tal vez el uso de dispositivos móviles en el aprendizaje sea lo
más práctico, pero no podemos pedirle a los maestros y maestras que les den su
teléfono particular a todos, no sería justo ni lógico porque no todas las
personas son capaces de aceptar las intimidad del otro. Ya se sabe que hay
quienes piensan que si usas guardapolvo (médicos y maestras) deberías estar
dispuesto las 24 horas.
Creo que pocos se ponen en la piel y el espíritu de un maestro o
una maestra que está intentando comunicarse –sin éxito – con su grupo de
niños/niñas a quienes apenas conoce. Ese sentimiento de frustración porque de
treinta solamente responden seis, en el mejor de los casos…
Si bien es cierto que los docentes deberían empezar a diseñar
mayor cantidad de propuestas en donde intervenga el uso de recursos tecnológicos
este no es el momento ni la hora… sería muy saludable que TODOS pudiésemos entender y aceptar que estamos inaugurando
otra manera de vivir, estar en estado de “clausura” nunca ha sido habitual, al
hacerlo se ponen en juego y en tensión
un sinfín de dimensiones que no sería
pertinente analizar en este pequeño artículo… pero así como puedo entender la
frustración de maestros, maestras y profesores/profesoras, no puedo dejar de
pensar en las familias y en los niños y adolescentes destinatarios de esas
tareas. TAMPOCO es sencillo del otro lado.
En estos días escucho las quejas y protestas de una de mis
nietas adolescentes quien manifiesta que no tiene ganas de nada.
Con una mano en el corazón…¿Por casa, cómo andamos?
Durante mucho tiempo tuve la enorme satisfacción de trabajar
como Formadora Docente desde la plataforma del INFOD (otro organismo que fue
sesgado en épocas macristas) trabajaba con colegas de la Quiaca a Tierra del
Fuego. Recuerdo que tanto dictar como participar de esas capacitaciones era
agotador, todos nos conectábamos a altas horas de la noche después de haber
estado trabajando durante todo el resto del día. Así que lo mejor era generar
un clima de intimidad y comprensión, personalizando y humanizando la tarea…
preguntándole al alumno/alumna virtual cómo estaba, cómo había sido su día, si
había podido ponerse en contacto con el material de lectura. Ofreciendo y
brindando lo mejor de cada uno para generar algo que es elemental para
aprender: VINCULO.
Este caso es aún más difícil, pensemos en una docente o un
docente de primer grado… su interlocutor deberá ser la familia, y más que dar
una serie de actividades deberá acompañarlos para que aprovechen este tiempo
para generar vínculos con sus hijos, hacerles comprender a esas mamás y papás
que dentro de estos endemoniados sucesos hay algunas ventajas, ese poder estar
cara a cara con los más pequeños es lo que después va a reforzar los
aprendizajes.
Creo que en estos tiempos los maestros –en especial del primer
ciclo – deberían tratar de abrir esa puerta para llegar a los padres de sus
pequeños alumnos porque nada más valioso, nada refuerza mejor el aprendizaje
que el apego desde una mirada que revalorice a esos niños y les fortalezca la
autoestima…
Mi abuelo solía decir que “lo que se gana en distancia, se
pierde en profundidad” estamos frente a un cambio de paradigma, basta de mirada
postmoderna, aquí y ahora se nos presenta una circunstancia que nos obliga a
detenernos. Sepamos escuchar, no es necesario atiborrar a los niños de tarea,
es mejor incitarlos a tener otra mirada, a todos, poder abrazarse desde los
ojos, desde la palabra y reflexionar, reflexionar mucho en lo que HUMANIZAR
SIGNIFICA…
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