lunes, 16 de diciembre de 2019

DOCENTES DEL SIGLO XXI




Ser docente no es una tarea sencilla. Todos los que nos dedicamos a la educación sabemos que el propósito de un maestro no pasa por dar contenidos y nada más, sino que va mucho más allá.

Los educadores somos conscientes que debemos contribuir a la creación de la subjetividad de nuestros estudiantes tanto del Primero como del  Segundo Ciclo.
 Esos niños y niñas serán los ciudadanos de mañana, quienes seguramente, serán capaces de generar una sociedad más justa e inclusiva.
Desde nuestra perspectiva, la escuela se constituye como lugar de relación, un espacio en el cual nadie aprende solo. Nos resulta grato ese proverbio africano que reza: “Para criar a un niño hace falta una aldea entera”.
El siglo XXI se nos ofrece como un abanico de maravillosas posibilidades, pero también observamos una oleada de deshumanización e individualismo que caracteriza estos tiempos que nos han tocado vivir. De modo que más que nunca tenemos que trabajar nuestro rol de verdaderos “partenaires”. Cabe aclarar que, cuando utilizamos esta palabra tan afín con el ballet queremos significar acompañar sin sofocar, ayudarlos a que den sus propios pasos y que sean ellos los verdaderos protagonistas del proceso de aprendizaje.   
Todos nosotros trabajamos en las aulas, la tarea nos atraviesa y conocemos profundamente al sujeto que nos convoca cada día desde su propia mirada. 
Sin duda todos los dispositivos digitales actuales, sumados a las numerosas aplicaciones que utilizamos a diario, cambiaron y cambian de manera vertiginosa los modos de producción, circulación y recepción de información.
Es obligación de la escuela contribuir a la democratización de las nuevas tecnologías para, de ese modo, generar condiciones didácticas en las cuales se utilicen estos dispositivos. No se trata, solo de incluir los celulares u otros dispositivos tecnológicos porque sí, sino porque permiten optimizar las condiciones en las que los niños aprenden.
Como docentes de este milenio nos compete diseñar propuestas en donde interviene el uso de recursos tecnológicos se ponen en tensión al menos tres dimensiones fundamentales del proceso de enseñanza: la organización pedagógica del aula, la noción de cultura y conocimiento y las formas de producción del conocimiento. Sintéticamente, el uso de dispositivos y conexión en la red dentro del aula, profundiza la desestructuración del espacio y del clima, genera otros agrupamientos entre los alumnos, así como intervenciones diferenciadas por parte del docente. Estos usos requieren que en la escuela se trabaje explícitamente sobre la información o conocimiento que circula en internet (su origen, confiabilidad, jerarquización, selección) tomando como desafío la coexistencia con otras posibilidades de acceso al conocimiento tradicionales o ya existentes. El desarrollo tecnológico, en nuestra sociedad, produjo cambios en las formas de pensar y de aprender y nuevos modos de relacionarse con los demás, nuevos vínculos de nuestros alumnos, quienes atravesados por la cultura digital y por nuevos dispositivos tecnológicos, viven una experiencia cultural más amplia que “supone nuevas maneras de percibir, de sentir, de escuchar, de leer y de ver el mundo” (Morduchowicz: 2012). Dicho desarrollo habilita una producción del conocimiento que se encuentra sostenido por otras formas de autoría (audio, video, texto) y otros soportes y plataformas que abren nuevos escenarios. Ante este panorama, las tensiones giran en torno a la legitimidad que esto tiene por fuera y dentro de la escuela.
“Las nuevas tecnologías prometen muchas veces la satisfacción inmediata del usuario, la adaptación a cada uno, y el entrar y salir cuando uno quiere, que combinan mejor con el ´para algunos´ que con el ´para todos´. Hay que aclarar que ese ´todos´ no es ya el todo homogéneo que se pensaba en el siglo XIX, pero sí es el ´todos´ de una sociedad a la que le preocupa la justicia y la igualdad en el acceso al conocimiento, y que pretende sostener una conversación y un marco de acciones compartidas. Ese nuevo todos tiene que hacerle lugar a la diversidad de recorridos y de experiencias, y en eso las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho, pero también tiene que tener como horizonte que esas experiencias diversas se enriquezcan con otras, se dejen interrogar por perspectivas diferentes, y se combinen con lo que la sociedad humana ya acumuló en saberes y en lenguajes. En esas otras tareas, la función de la escuela sigue siendo fundamental”.
Ante los cambios que acaecen en la sociedad, es preciso que la escuela promueva la inclusión.

El teléfono celular – por ejemplo - no es un simple aparato o dispositivo. Se trata de un portador simbólico de lenguajes y culturas que se halla entre los niños, los jóvenes, la escuela, los docentes, la sociedad. Su función social es la de producir redes, concentra los medios de comunicación y porta, en la actualidad, reproductor musical, radio, procesador de textos, filmadora, cámara de fotos, aplicaciones diversas. Sus posibilidades y potencialidades pedagógicas se presentan como un reto en la escuela para ser utilizadas con propósitos claros y definidos.
Hay cuestiones que no debemos soslayar, en la actualidad los jóvenes nacen inmersos en una cultura que cambia constantemente y requieren nuevas competencias, por lo tanto los educadores debemos estar atentos a las  nuevas tendencias de educación.
 La democratización de los medios de comunicación, las tecnologías, las infinitas posibilidades que nos brinda Internet, nos  permiten que hoy la información sea un bien común.
Los alumnos ya no son lo que eran. Se ven como sujetos operantes, no como objetos pasivos. Por tanto, demandan una formación personalizada que alimente su espíritu emprendedor y su imaginación, orientada a encontrar su pasión y nosotros tenemos la tarea -nada sencilla - de  saber acompañarlos...





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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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