lunes, 3 de septiembre de 2018

PLANIFICAR O NO PLANIFICAR ¿ESA ES LA CUESTIÓN? por Estela Quiroga




El propósito de esta publicación  es orientar la reflexión y la discusión sobre las prácticas de enseñanza en el NI y en el NP y la importancia de la articulación.
Promover el intercambio entre colegas
Re pensar las prácticas
Insistir en ciertas estrategias básicas para mejorar las prácticas: La diversidad, la continuidad y la progresión.
¡Qué lindo sería ser docente si no tuviéramos que planificar!. ¿Cuántas veces pensamos o escuchamos algo parecido en conversaciones con colegas? La idea, bastante instalada, hace, por ejemplo, que los editores de libros escolares ofrezcan materiales para los docentes a los que, sostienen, «no puede faltarles la planificación, porque los docentes la piden». Además de ser un requerimiento administrativo, ¿por qué la planificación es una necesidad de la práctica educativa?
Planificar es una actividad eminentemente humana. Se planifica, de una manera u otra, toda actividad voluntaria en la medida en que significa poder anticipar, prever, organizar y decidir cursos de acción.

En el caso de la escuela, 
La planificación representa y ha representado siempre la explicitación de los deseos de todo educador de hacer de su tarea un quehacer organizado, científico, y mediante el cual pueda anticipar sucesos y prever algunos resultados, incluyendo por supuesto la constante evaluación de ese mismo proceso e instrumento
 La planificación es, al mismo tiempo, un proceso mental y el producto de ese proceso, es decir, la explicitación, mediante una diagramación o diseño. Así la describen Elvira Pastorino, Ruth Harf y otros:
«La planificación didáctica es simultáneamente un proceso mental realizado por un docente y un producto de ese proceso, producto comunicable, analizable, modificable. Esta diferencia conceptual, que implica una necesaria complementariedad entre ambos es importante de destacar, ya que cualquier modificación de la cual queramos hacernos cargo deberá definir si lo que se desea modificar es la forma que la planificación como producto adopta, o si desea enfocar sus mejores esfuerzos en el modo en que este proceso mental, organizativo, anticipatorio y mediador se lleva a cabo.»

Generalmente, bajo la denominación de «planificación» suele considerarse únicamente al producto concreto, ignorando el proceso mental que subyace. Pero esta distinción permite reconocer que la dificultad mayor para los educadores en relación con esta cuestión no radica en el proceso de pensamiento, sino en la modalidad de su explicitación. Incluso los docentes que manifiestan que no planifican reconocen que, de una u otra manera, tratan de anticipar lo que van a hacer en sus clases. Piensan, por ejemplo, « ¿qué puedo hacer hoy?», «¿cómo puedo aprovechar los materiales que conseguí?», «¿cómo hago para que los chicos se interesen en tal o cual propuesta?», eso ya es PLANIFICAR
¿Para qué poner por escrito la planificación si, de todos modos, el docente planifica «mentalmente»? Los especialistas coinciden en que, cualquiera sea el formato que se adopte, la planificación escrita permite, entre otras ventajas, organizar el pensamiento de modo coherente y consistente, y respondiendo a una lógica sintáctica y semántica. Al ofrecer una anticipación sistemática, permite reducir la incertidumbre. Todo lo que se planifica, en definitiva, deja «energía libre» para atender las contingencias e imprevistos que pueden presentarse en el proceso de enseñanza aprendizaje.

Por otra parte, actúa como memoria del pensamiento y permite una comunicación duradera, facilita la confrontación y contrastación con otras producciones, propias y ajenas, anteriores y actuales. Y, también, la reflexión acerca de los procesos de decisión sobre el quehacer docente, además de que estimula la posibilidad de compartir lo proyectado.

La coherencia entre los diversos componentes didácticos —su selección, gradualidad, complejización y articulación— se ven favorecidas por el ejercicio escrito de la planificación. Pero, sobre todo, permite la búsqueda de una relación armónica entre
v    La planificación áulica
v    La planificación institucional
Por otra parte cada institución decide qué otros ejes agregarle a las planificaciones, por ejemplo el uso de las TICs, o de un idioma, o filosofía para niños o Educación Sexual integral…y esto es muy importante charlarlo y decidir cómo se va a trabajar n cada caso.
Planificar en soledad no sirve. Hay que planificar con el otro, con los otros.
PENSAR LA ENSEÑANZA ES ANTICIPAR LAS PRÁCTICAS


v Como profesionales de la educación lo primero que tenemos que tener claro es el sujeto con quien estamos trabajando. El sujeto concreto. Los niños de la  sala o el grado. Quiénes son, cuántos, cuáles son sus gustos…planificamos para alguien concreto.
v Otra cosa que nunca podemos perder de vista es el MARCO TEÓRICO
v Hay que considerar estrategias tales como la investigación acción.









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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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