La poesía es un género primordial para los pequeños, que juega con la musicalidad y
el humor, que estimula la imaginación y la
sensibilidad.
Además la poesía está presente en la formación de los niños
desde que son apenas unos bebés. ¿Acaso no son las nanas y las canciones de cuna
poemas cantados?
¡¡¡Dejemos que la poesía entre en las bibliotecas de nuestros
niños!!! Aprendámoslas con ellos, juguemos a recitarlas. Descubriremos que
además de divertidas, las poesías infantiles tienen multitud de beneficios para
los más pequeños:
- La poesía es una herramienta perfecta para ejercitar la memoria de los niños.
Las rimas hacen más fácil la memorización del texto, y recitar poemas mejora la expresión corporal
y la dicción.
- La poesía infantil puede ser percibida por los pequeños
como un juego.
Inventar versos, continuar poemas o simplemente recitarlos, es
una actividad divertida que implica a los pequeños y les hace partícipes del
proceso creativo. Al igual que las canciones
infantiles, los poemas que los niños aprenden y
cantan son parte de su juegos.
- Aumenta
su vocabulario y su capacidad perceptiva. Los niños
acostumbrados a escuchar poesía desarrollan más su creatividad,
captan mejor lo que ven a su alrededor, tienen una mirada más “sensible” hacia
las cosas que le rodean.
- La poesía ayuda a comprender situaciones emocionales
complejas, mejorando su crecimiento interior.
Por supuesto, al igual que las narraciones, los poemas tienen que
ser adecuados a la edad del niño, aunque, al mismo tiempo,
muchos poemas tienen varios niveles de lectura. Muchos autores
que nunca pretendieron escribir para los más pequeños resultaron ser favoritos
de esos locos bajitos, por ejemplo Pablo Neruda y su Libro de las preguntas,
algunos poemas de Machado y de Guillén. Desde luego qué mejor que un bello
poema para cerrar esta nota. A ver qué les parece este:
La madre de los pájaros ( En "Las torres de Nuremberg")
Juan
Sebastián Tallón :
En una de las Torres de Nüremberg, la antigua
ciudad de los milagros, hace más de cien años que trabaja
la Madre de los Pájaros.
Su cuerpo no es más grande que una mano de niño,
y lo viste con plumas de paloma.
Tiene un nido debajo la campana
que a la vieja ciudad canta las horas.
Aprendamos la historia de esta rara
viejecita sonriente y juguetona,
que hizo todos los pájaros del mundo
con palabras hermosas.
Y sabremos entonces que en su nido
van cayendo al sonar de la campana,
convertidas en pájaros cantores,
las hermosas palabras.
Las hermosas palabras que en viento
van a la torre mágica, tan solo cuando han sido
por la boca de niño pronunciadas.
Milagro, maravilla,
verdad, ensueño y alborada;
Dios, humildad, perdón,
trabajo, cielo, corazón y amada.
La buena viejecita se alega cuando el viento
le lleva esas palabras.
Y para convertirlas en pájaros cantores
las repite tres veces en su idioma de maga.
Tres veces dice Madre,
y nace un ave blanca.
Tres veces dice Niño,
y un ave de colores, elevándose, canta.
Tres veces dijo Vida
para hacer las canciones que se escuchan al alba.
Amor, Amor, Amor,
y el pájaro más lindo salió de la campana...
Y así todos los pájaros cantores
los ha hecho la maga;
pues la voz que los niños dan al viento,
se la devuelve al viento, con dos alas.
Dila en secreto y con amor,
cuando la encuentre, tu Palabra;
y verás que algún día un pajarito
cantará en tu ventana.
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