Y
después del cuento, ¿qué?
Una vez que los espacios de lectura se
institucionalizan y se convierten en práctica cotidiana, pero a su vez,
jerarquizada, son muchas las opciones que existen para realizar propuestas
pedagógicas significativas en las salas. Podemos leer para enriquecer el mundo
imaginario de los niños y dejar que esas imágenes sean procesadas
individualmente, sumándose así al propio recorrido lector de cada uno; o
acompañar ese viaje que ha significado el cuento o la poesía haciéndonos
preguntas acerca de aquello que no se dijo, pero se sugirió o es necesario
interpelar en el texto. En otras oportunidades podemos vincular el cuento con
distintas expresiones artísticas, tratando en lo posible de evitar las
propuestas que no aportan al desarrollo de la imaginación de los niños y niñas, tales como: “dibujen lo que más
les gustó del cuento”, o “nos movemos como tal o cual personaje”.
Suele suceder a veces, que al finalizar un
cuento nos encontramos preguntando: ¿les gustó? Y posteriormente aparecen las
preguntas obvias: ¿qué decía el cuento?, ¿y después, qué pasó? En esas
preguntas, en la mayoría de los casos, hay intenciones –más que evaluativas y
de andamiaje– de control.
Control para saber hasta dónde escucharon o si estaban distraídos, dejando en
evidencia a aquellos que se perdieron la oportunidad de escuchar el cuento y
además “molestaron” a sus compañeros.
(Extraído de “Acerca de los libros y la
narrativa en el Nivel Inicial” Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2011.)
4 comentarios:
Me parece sumamente interesante la narrativa en el nivel inicial. Abre una capacidad del pensamiento, más allá de todo. Permite al nino crear su propia interpretación, para luego, contarlo, o trabajarlo desde otros aspectos (un dibujo, una imagen, etc) Es muy importante, que para que el relato resulte interesante por parte del nino, el docente, debe generar entusiasmo, a través de su relato (tonos de voz, movimientos, gestos) De esta manera, es frecuente, atrapar a los ninos para generar mayor interés.
Lara Lopez, alumna de prácticas del lenguaje I. Jueves TM. (con el email de mi hermana)
Me parece muy interesante esta nota, ya que es muy cierto: a los niños hay que leerles desde sus primeros años de vida, y mostrarles otro mundo que no conocen, de imaginación, en la cual cada uno va a producir sus propias imágenes.
Es cierto que no hay que preguntarles si les gusto o no la lectura, sino que hay que formar "una comunidad de lectores" donde cada niño pueda decir su opinión y pueda fundamentar porque le gusto o no el cuento. Cada niño va a formar sus propias imágenes y se va a imaginar un mundo diferente, distinto al de los demás.
Karen Ziegler -Literatura en el Nivel Inicial, Martes, turno mañana
Desde ya preguntarles a los chicos ¿que paso? o sobre los hechos del cuento que acabamos de leer, es un sin sentido, ya que pareciera que o los alumnos o la docente tienen un grave problema de memoria y existe entonces una necesidad de repetir como un loro lo que acabamos de vivenciar a través de la lectura.
Agustina Regini
Literatura en el Nivel Inicial (martes) turno mañana
Partiendo de la frase “leer para enriquecer el mundo imaginario de los niños”creo que es ahí donde se centra la “actividad lectora” es decir, la lectura no tiene que ser más que un momento que permita a los niños aumentar su repertorio imaginativo, por lo cual la única actividad que debería plantearse es la propia lectura. No es necesario crear momentos forzados donde se apele a la memoria de los infantes, es más oportuno y constructivo que podamos crear el espacio para que los niños desarrollen su imaginación y si ellos lo desean nos cuenten que le paso durante la lectura del relato.
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