Save
the Children lucha
por
los Derechos del Niño.
Proveemos
mejoras inmediatas y
duraderas
a las vidas de los niños
en
todo el mundo.
Creemos
que es muy importante que quienes nos dedicamos a trabajar con las infancias
tengamos presentes este tipo de PROGRAMAS
·
Los niños y niñas gozan de igual status que los
adultos – no son posesiones de los
padres, ni son “personas por ser”.
·
La participación activa y el desarrollo del
niño son cruciales para el progreso de
cualquier sociedad.
·
Los niños y niñas no desempeñan ningún papel en
el proceso político formal y se les hace difícil hacer uso del sistema legal,
por lo tanto, se requiere de concertaciones especiales que garanticen que los
derechos e intereses del niño se encuentren adecuadamente representados en
todas las decisiones que los afectan.
Las metas globales de la Programación de los Derechos del
Niño son mejorar la situación de los niños y niñas de modo que todos los niños
y niñas puedan gozar plenamente de todos sus derechos y construir sociedades
que reconozcan y respeten los derechos del niño. El significado de la
Programación de los Derechos del Niño puede basarse en las definiciones
adoptadas para las tres palabras que lo conforman:
·
Niño: comprende a todo niño o niña menor de 18
años, a menos que por ley la mayoría de edad se obtenga más temprano. “Niño” se
usa en un sentido integral, donde se toma en consideración sus necesidades “en
su totalidad” (en lugar de separar estas necesidades en áreas tales como
“salud” y “educación”).
·
Derechos: definidos como ley internacional de
derechos humanos aplicable a la niñez, los cuales fueron inicialmente
establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño.
·
Programación: planeamiento, implementación,
monitoreo y manejo de un conjunto de actividades orientados hacia una meta
definida.
La combinación de estos tres términos brinda la definición
de la Programación de los Derechos del Niño (PDN)
“La Programación de los Derechos del Niño se entiende como
el uso de los principios de los derechos del niño para planificar, manejar,
implementar y monitorear programas con la meta final de fortalecer los derechos
del niño, tal y como se definen en la ley internacional.”
La Programación de los Derechos del Niño es un enfoque y
marco conceptual para facilitar el análisis, el planeamiento, la
implementación, el monitoreo y la evaluación.
La PDN conjuga una gama de ideas, conceptos y experiencias
relacionadas tanto con los derechos como con el desarrollo del niño dentro de
un marco unificado. Se basa tanto en los principios como en los estándares
internacionales de la ley de derechos del niño (CDN), así como en estudios
sobre la infancia. La PDN ve al niño desde una perspectiva integral y considera
todas sus necesidades de desarrollo. Esto supone desarrollar una clara
comprensión acerca de los contextos culturales en los cuales los niños y niñas
se desenvuelven, de modo que puedan desarrollarse estrategias y métodos adecuados
para la implementación de una perspectiva de derechos. Si queremos promover el
cambio tenemos que entender por qué las personas piensan y actúan de un modo
específico.
La PDN es diferente a lo que generalmente se conoce como
“trabajo en derechos del niño” o los “programas individuales de derechos del
niño”. Este tipo de trabajo o Programación ha sido visto con frecuencia como un
añadido al resto de la programación de trabajo y se le ha rotulado con la
denominación “trabajo sobre la CDN” o“capacitación sobre los derechos del
niño”. Cuando se le empaqueta de esta forma, el trabajo sobre los derechos del
niño alcanza el mismo status que los estudios sobre la salud, el cuidado
institucional o la educación, esto es, un sector específico de trabajo elegido
a través de un proceso de análisis y de selección de prioridades. Visto de esa manera,
la labor sobre los derechos del niño resulta ser opcional dentro de la programación.
Este no es el caso de la Programación de los Derechos del Niño, donde los derechos
del niño se integran a todos los aspectos de los diferentes programas.
Los siguientes principios son los pilares de todo el
trabajo realizado bajo la Programación de los Derechos del Niño:
·
El principio de la indivisibilidad de los
derechos
·
El principio de la universalidad de los
derechos
Los cuatro
principios generales de la Convención sobre los Derechos del Niño:
– El derecho a no ser discriminado
– El interés superior del niño
– El derecho a la supervivencia y el desarrollo
– El derecho a ser escuchado
(Ver Sección 1 – Marco Conceptual de los Derechos Humanos)
El principio que
todos los niños son sujetos de derechos
!El principio de los que tienen la responsabilidad de su
cumplimiento (Garantes)
¿Quiénes son los Garantes?
Si los niños y adolescentes son poseedores de derechos y
tienen la facultad legal de gozar de garantías sobre éstos, entonces es
esencial identificar a aquellos que actúan como garantes de dichos derechos responsabilizándolos
por su cumplimiento. A pesar de que usualmente se considera a los gobiernos
como los garantes principales e, indudablemente, es su obligación garantizar
los mencionados derechos, otros miembros de la sociedad – tanto individuos como
grupos – detentan también responsabilidad. Esto significa que esos individuos y
grupos desempeñan un papel activo en el resguardo de los derechos de los
jóvenes a su cargo. Este concepto de garante puede representarse por un
diagrama que muestra las comunidades de interés que tienen influencia en las vidas
de los niños y que se constituyen por lo tanto en garantes de distintos deberes
ante la niñez.
Aplicando un Enfoque de
Derechos
Save the Children trabaja en la implementación de la CDN a
través de una diversidad de programas alrededor del mundo. La Programación de
los Derechos del Niño es un enfoque que permite a los miembros de la Alianza
Save the Children planificar implementar, monitorear y evaluar sus programas
desde una perspectiva de derechos del niño y, garantizar el fortalecimiento de
dichos derechos.
Aplicar a la programación un enfoque de derechos significa:
·
Situar al niño como núcleo, reconociéndolo como
sujeto de derechos y actor social.
·
Reconocer a los gobiernos como principales
garantes, responsables ante sus ciudadanos – incluyendo a los niños – y ante la
comunidad internacional.
·
Reconocer a los padres y familias como los primeros
encargados del cuidado del niño, protectores y guías, apoyándolos en el
cumplimiento de estos papeles.
·
Otorgar prioridad a los niños y ofrecerles un
ambiente amigable.
·
Ser sensibles al género y buscar soluciones
incluyentes que involucren un enfoque en aquellos niños y niñas que están en
riesgo y contra los cuales se discrimina.
·
Tratar el problema de las estructuras
desiguales de poder (clase social, sexo, origen étnico, edad, etc.).
·
Mantener una visión integral sobre los derechos
del niño mientras se seleccionan estrategias y se toman acciones específicas.
·
Establecer metas en lo que se refiere al
cumplimiento pleno de los derechos.
·
Apuntar al logro de resultados sostenibles para
los niños, centrándose no sólo en las causas
inmediatas de los problemas sino en sus raíces.
·
Usar enfoques participativos y de
empoderamiento en particular en lo que se refiere a los niños.
·
Formar asociaciones y alianzas para promover
los derechos del niño.
·
Contar con cooperación internacional.
·
Centrarse en aquellos que se encuentran en
mayor riesgo y en los que son sujetos de discriminación.
·
Emplear una perspectiva integral que exija una
respuesta multisectorial.
·
Proporcionar una meta a largo plazo,
claramente definida dentro del marco legal internacional, que sea compartida
por los gobiernos, los donantes y la sociedad civil.
·
Promover
reformas legales y de otro tipo, tales como el establecimiento de mecanismos
regulares de monitoreo que permitan introducir mayores probabilidades de un
cambio sostenible.
Sin embargo, es importante señalar que la Programación de
los Derechos del Niño no es una “solución mágica”. No torna posible aquello
imposible. Los gobiernos pueden ser más responsables pero en la ausencia de
voluntad política no se les puede obligar a actuar. En los países menos
desarrollados los gobiernos son débiles o se encuentran gravemente limitados
por la falta de recursos. Aunque la Programación de los Derechos del Niño puede
mejorar los objetivos, no puede incrementar la disponibilidad de recursos. La
PDN no ayuda a decidir cuáles son las prioridades clave para una programación,
éstas aún son un tema sujeto a evaluación. El éxito también depende de la
disposición de los otros actores de contribuir en beneficio de la optimización
de los derechos del niño.
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