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sábado, 5 de mayo de 2018

EL PODER DE LOS LIBROS Y LAS BIBLIOTECAS por Estela Quiroga


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Nuestra sociedad debe enfrentarse a un mundo cambiante marcado por los rápidos avances tecnológicos que suponen mucho más que modificaciones  en los procedimientos. Los nuevos tiempos traen consigo daños sociales entre los que se encuentra el peligro de la mismísima desintegración social.

 Podemos transmitir a través de las redes. todo lo que queramos, pero no podemos cohesionar y dinamizar una comunidad  sólo a través de la red.

Es fundamental  que  exista un lugar en el que la gente se encuentre y se relacione. Cada vez tenemos más noticias sobre la incomunicación en las grandes ciudades o sobre conflictos sociales y culturales dentro de nuestras comunidades.
El mundo avanza en interconectividad y al mismo tiempo se producen nuevas formas de aislamiento. Por eso apostamos a las bibliotecas. La biblioteca pública es un lugar de encuentro.
Podemos decir que las  bibliotecas representan el derecho al conocimiento. Éste no es sólo un derecho intelectual, es también un derecho social.
Cuando hablamos de conocimiento  nos  estamos refiriendo a la habilidad para comprender  mejor el mundo, saber más sobre nuestras circunstancias particulares y saber lo que otros han hecho cuando las circunstancias en sus vidas fueron similares.
Existen  muchos testimonios (biografías y entrevistas) que nos hablan de personas, muy prestigiosas, escritores, investigadores, quienes, cuando eran niños o  jóvenes se sintieron diferentes (por ser tímidas, tener inclinaciones artísticas, ser muy  estudiosas, o simplemente por sentirse superadas por los esplendores y miserias de la vida. Estas  personas encontraron en la biblioteca de su barrio o pueblo un lugar de refugio y consuelo. Los libros y recursos que ofrecen las Bibliotecas Públicas pueden aminorar el sentimiento de soledad, dar valor a la diferencia y hacer que la vida sea digna de ser vivida.
Sirva como ejemplo nuestro Roberto Arlt con una historia de abandono y desolación, que nos cuenta cómo se refugiaba en las historias de aventurasen la biblioteca de su barrio o en otros tiempos y latitudes a  aquel muchacho alto y desgarbado de quien tanto se burlaban sus compañeros, nos referimos a Hans Christian Andersen, quien también se refugiaba en la biblioteca…
¿Cuántas personas gracias a las bibliotecas y los libros salieron adelante?
Crear mundos paralelos, repletos de fantasías, donde todo es posible, es un acto de magia que nos ayuda a sobrellevar nuestro propio dolor… encontrar un espacio amable y confortable nos hace sentir mejores personas, por eso un buen libro, y la sonrisa de una bibliotecaria   tienen el poder de rescatarnos


                             

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